
Tras el desplome de las bolsas europeas de este jueves impulsado por el sector bancario, que está descontando un acelerón en el ritmo de bajadas de tipos por parte del BCE ante algunas señales de debilidad en la economía, este viernes los futuros apuntan a que continuarán las caídas, profundizando en los mínimos no vistos desde el mes de febrero.
Tras la consolidación del mes de julio, desde Ecotrader se señalaba que estábamos a la espera de ver una caída que abriera una nueva oportunidad de entrada en la bolsa europea. Pues esta oportunidad está cerca tras el retroceso de este jueves. "El índice se acerca de nuevo a menos de un 2% de alcanzar la parte superior del rango de los 4.600/4.675 puntos, donde hay que pensar en comprar y no en vender", señala Joan Cabrero, asesor de Ecotrader.

"En aproximaciones a esta zona ya se puede considerar volver a comprar acciones europeas con una orientación de medio plazo ya que, además de coincidir con esa directriz alcista, una caída a ese rango supone un descenso del 10% desde el máximo que estableció en los 5.120 puntos", agrega. "En el peor de los casos, si el EuroStoxx 50 replicara la caída del año pasado, que llevó al índice de los 4.491 puntos a los 3.993 puntos, supondría asistir a una caída adicional del 5% hasta los 4.550 enteros", concluye el experto.
El Nikkei se desploma más de un 4%: sufre su mayor caída desde el Covid
Este miércoles el Banco de Japón elevó el tipo de interés en 25 puntos, hasta el 0,25%, dejándolo en terreno positivo por primera vez desde 2010 y la reacción de los inversores ha sido la de lanzarse a recoger los beneficios de una bolsa que era hasta el momento una de las más alcistas del mundo. Sin embargo ahora el Nikkei está en caída libre y ya cotiza en mínimos de febrero tras desplomarse cerca de un 5% en la sesión de este viernes, protagonizando su mayor caída desde la crisis del Covid, en 2020.
Detrás de ello está también el contexto global y el miedo a una recesión tras los últimos datos económicos publicados, que traen de nuevo la idea de recesión a los mercados. Los inversores están comprando deuda y ya han hecho que el bono estadounidense a 10 años se sitúe por debajo del 4% por primera vez desde enero.