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El talón de Aquiles de Europa: las empresas volcadas en China y quedándose en tierra de nadie

  • Las firmas han apostado por el país y ahora podría llegar el golpe arancelario
  • Goldman Sachs recomienda huir de las más expuestas al gigante asiático
  • El ascenso de Trump anticipa una guerra comercial

Aún quedan algunos meses en la carrera por la Casa Blanca, sin embargo, la opción de que sea Donald Trump el que salga triunfante de los comicios no para de ganar enteros. El republicano ha cogido impulso tras el atentado contra su vida y la media de todas las encuestas recogidas por Emerson College Polling ya le da tres puntos de ventaja sobre Biden. Con la opción cada vez cogiendo más fuerza los mercados ya se preparan para lo que puede suponer su ascenso y la dirección parece clara: Europa.

El viejo continente se encuentra en medio de lo que puede ser una auténtica guerra comercial con China si el republicano cumple su promesa de elevar sensiblemente los aranceles para bloquear los productos asiáticos de su mercado. Los analistas llevan ya meses anticipando el impacto que esto supondrá para la región, incluso abriendo la posibilidad a un potente golpe deflacionario por la recolocación de una ingente cantidad de productos chinos que, con los aranceles, se redirijan a este mercado. Sin embargo, fuera del frente macroeconómico, los analistas apuntan a las empresas europeas, que pueden quedarse en tierra de nadie tras años apostando por tomar posiciones en China.

El último en sumarse a esta advertencia ha sido Goldman Sachs. El equipo de analistas liderado por Lilia Peytavin recomendó la semana pasada en un informe huir de las acciones europeas más expuestas al gigante asiático. En particular centró su recomendación en el sector de la automoción, el lujo, las materias primas y los semiconductores. China, un mercado ya dañado por un menor empuje económico de lo esperado se encuentra ahora con la posibilidad de que la UE se vea arrastrada a un conflicto arancelario con Pekín, lo que lleve a estas firmas a recortar claramente sus beneficios.

El lujo es uno de los grandes bastiones de la economía europea ante la crisis, con ingresos muy defensivos representando cerca del 4% del PIB europeo (unos 880.000 millones de euros), gracias a la facturación que generan los titanes como LVMH (Louis Vuitton), Hermes, Hugo Boss… etc. En ese sentido compañías del sector han ido creado una enorme red en el gigante asiático como su gran esperanza. Un ejemplo es Richemont, para el que los ingresos procedentes de China suponen el 27% de su facturación, seguido de LVMH (20%), L'Oreal (17,5%) o Hermes (9,2%).

Este es el motivo por el que un goteo de profit warnings se han instaurado estos días en el sector ante la ralentización del mercado chino, algo que puede acelerarse incluso más rápidamente con las sanciones. La última ha sido la de Hugo Boss, pero también Swatch y Burberry han realizado ajustes de sus perspectivas debido a la baja demanda del gigante asiático.

Al margen de estas firmas del lujo, el otro sector que lo han apostado todo por China son los fabricantes de coches, en particular los alemanes. En ese sentido destacan BMW, (32,3%), Volkswagen (12,6%) o Daimler (18%) durante el año 2023. Sin embargo, más allá de sus ventas este tipo de firmas encuentra la clave del país en su suministro, representando cerca de un tercio del mismo para las dos primeras y un 22% para la tercera.

Sin embargo, más allá de estos sectores están gigantes como Adidas, cuya facturación depende en un 15% de este país, eso sí, en este caso es la tercera región en importancia por detrás de EMEA (50%) y América del Norte (15%). También destaca el caso de ASML, para la que China representó el 29% de la facturación total del grupo. Hay otras firmas como AstraZeneca para las que China representa el 13% de su negocio.

El Centro de Investigación de Política Económica (CEPR) coincidía en que las empresas europeas se encuentran ante un gran desafío con su exposición al gigante asiático. Sin embargo, más allá de las ventas, desde la institución apuntan más a los suministros. Así lo defendían en un reciente informe en el que participaron todo tipo de analistas europeos, como Irina Balteanu directora de la Unidad de Políticas Europeas e Internacionales del Banco de España o Richard Morris, economista senior del BCE o Amber Kutten, economista de Deutsche Bank.

"En caso de que se produzcan tensiones que generen barreras al comercio una gran parte de las empresas europeas se verían afectadas"

"Las recientes tensiones geopolíticas han ejercido presión sobre las cadenas de suministro internacionales. En esta columna se presentan los resultados de encuestas recientes realizadas por los bancos centrales del Eurosistema, que sugieren que la exposición de las empresas a insumos críticos producidos en China sigue siendo elevada, especialmente en Alemania". En ese sentido, señalan que muchas empresas están ya implementando estrategias para reducir riesgos al margen de los ingresos "sustituyendo proveedores chinos por otros de la UE". Sin embargo defienden que "en caso de que se produzcan tensiones que generen barreras al comercio y a las inversiones extranjeras entre China y Occidente, una gran parte de las empresas europeas se verían afectadas, principalmente a través de un aumento de la incertidumbre y de las perturbaciones del comercio".

Los analistas señalan en su informe que el caso de Alemania es el más crítico con casi el 35% de las empresas industriales del país importando materiales críticos de China para realizar su actividad. Sin embargo, algunos de los países menos expuestos, como España e Italia también cuentan con una gran dependencia. "La exposición de las empresas manufactureras españolas e italianas también es relativamente alta, alcanzando el 20% y el 17% de las empresas manufactureras, respectivamente".

Desde la propia Comisión Europea señalan que, aunque están de acuerdo en la necesidad de ir reduciendo lazos comerciales con China, esto es una labor que es complicada y que llevará tiempo, lo que implica problemas a medio plazo si las sanciones llegan. "Reducir el riesgo que supone China es una tarea compleja" por cuatro motivos fundamentales.

En primer lugar, desde el órgano de gobierno inciden en que "la exposición es muy diversa, con áreas desde materias primas hasta drones y con buena parte de la cadena de valor". Por otra parte, destaca que "la exposición y riesgos también son indirectos", pues "China tiene grandes inversiones en socios comerciales de la UE (con infraestructura en terceros países, por ejemplo)". Solo en tercer lugar alude a la importancia de este mercado para los planes a futuro de las empresas del viejo continente "no solo es una fuente de insumos" las grandes firmas "tienen grandes intereses en el país". Por último destaca la ventaja que está consiguiendo China en tecnología clave, lo que añade "una capa más de exposición".

Actualmente China ha anunciado que está abriendo una investigación sobre las medidas que tomó la Comisión Europea sobre diversos productos chinos. Este estudio se extenderá hasta el 10 de enero de 2025 y concluirá con una respuesta de "aranceles compensatorios". Esta medida responde a los gravámenes provisionales que Bruselas impuso a comienzo de junio con una tasa del 37,6% a los coches eléctricos chinos (como máximo) debido a que, presuntamente, compiten de manera injusta por las subvenciones que reciben.

El análisis de China no solo se centrará en estos gravámenes, sino en las diversas investigaciones que se han ido poniendo en marcha a otras industrias, como la ferroviaria, fotovoltaica, eólica o de equipo de seguridad. Estas "han causado impedimentos a la entrada de productos o servicios chinos en el mercado europeo... y han dañado la competitividad de las empresas chinas, constituyendo barreras comerciales", dijo el Ministerio de Comercio.

Mejor las firmas expuestas a EEUU

Por su parte, desde Goldman Sachs sobreponderar a las firmas más expuestas a EEUU, como son Novo Nordisk (obtiene cerca del 59% de sus ingresos de este país) o Boe System. El motivo no es tanto un factor geopolítico, sino una consecuencia del mismo. Un dólar fuerte de la mano de las medidas de Donald Trump puede ser clave para que mejoren sus resultados. "Probablemente obtendrían buenos resultados en caso de una escalada arancelaria", defendió Peytavin. "Un dólar más fuerte, en igualdad de condiciones, es bueno para las empresas europeas con exposición a Estados Unidos", dijo Peytavin.

Donald Trump propone una tasa general del 10% sobre los productos extranjeros de cualquier país y un 60% de los de China. Esto sin tener en cuenta una ofensiva arancelaria más clara sobre productos concretos, o una escalada entre ambos países tal y como pasó en la guerra comercial de su primer mandato. En ese sentido, desde Peterson Institute dan por hecho una "apreciación del dólar tras un aumento generalizado de los aranceles estadounidenses". Los expertos de TS Lombard coinciden, alegando que "los aranceles pesan sobre las monedas del país que los aplica".

No solo es la guerra comercial

Al margen de sanciones el impacto económico es totalmente clave. Así lo explicaba la encuesta de la Cámara de Comercio de la UE en China durante el mes de mayo, en el que el director, Carlo D'Andrea defendió que la ralentización económica del país incluso ha derivado en alertas de retrasos en los pagos y desaceleración de este mercado. "Las empresas estatales pospusieron los pagos y están usando eso para obtener algunos préstamos de facto de las empresas, especialmente de las pequeñas y medianas empresas", dijo D'Andrea.

En cualquier caso, en el sondeo solo el 30% de los encuestados defendía que el beneficio en China era superior al que obtenían a nivel promedio en el cómputo global de su negocio. Esta cifra es especialmente llamativa pues el país asiático era una de las grandes promesas en cuanto a crecimiento económico y de consumo, sin embargo, el bajón en las perspectivas que se han ido produciendo en el último año lo han cambiado todo.

El cambio de China más allá de las tarifas, y que puede lastrar especialmente a las empresas europeas más expuestas, viene desde este mayor cansancio de su economía. Esto se ha visto más recientemente en los últimos datos relativos a su PIB del segundo trimestre. El crecimiento económico se quedó en un 0,7% en comparación con el primero, siendo unas lecturas ostensiblemente peores de lo esperado y marcando un crecimiento del 1,6% intersemestral.

"Se ha dado un efecto de riqueza negativo debido a la caída de los precios de las propiedades y las acciones"

Este frenazo se ha notado especialmente donde más duele a las compañías, en el gasto de los consumidores que se ha enfriado inesperadamente hasta el 2,3% en los últimos datos registrados (mayo), siendo el ritmo más lento desde 2022. "Si bien la economía china enfrenta constantes vientos en contra y las empresas de consumo enfrentan una competencia cada vez más feroz" comentan desde McKinsey.

Desde ING señalan que el motivo de que las ventas minoristas se desacelere en línea con el gasto de los consumidores viene de la mano de varios frentes. "Se ha dado un efecto de riqueza negativo debido a la caída de los precios de las propiedades y las acciones, así como un bajo crecimiento salarial en medio de recortes de costos en varias industrias, está arrastrando el consumo y provocando un giro de las compras de alto precio hacia algo más básico', dijo Song.

En ese sentido cobra importancia la enorme crisis de su sector inmobiliario, hasta ahora uno de sus grandes motores de crecimiento y que ahora se ha tornado en desplomes en la actividad y quiebras entre sus grandes promotoras. Esta crisis incluso amenaza con expandirse a su sector bancario afectando a las entidades más expuestas al sector. Ahora, queda por ver si todos estos problemas económicos se acaban por manifestar en las empresas europeas que, junto al ascenso de un enfrentamiento comercial, ya ha hecho saltar las alertas de los analistas.

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