
En los últimos años, "accionistas, proveedores, inversores y consumidores exigimos cada vez más transparencia en lo que respecta a las prácticas sostenibles de las empresas" ha señalado Lola Solana, presidenta del Instituto Español de Analistas (IEA), durante la presentación del informe ¿Están las empresas preparadas para los nuevos requerimientos de información sobre sostenibilidad?, del IEA y Workday. El estudio, presentado este martes en Madrid, se centra en analizar las implicaciones de la directiva sobre información corporativa en materia de sostenibilidad (CSRD), una norma que, según la autora del informe, Marta Olavarría, supone "un importante reto para las compañías".
Un reto, en primer lugar, por el número de afectadas: ya no solo tienen que reportar las grandes, sino también las pequeñas y medianas empresas que cotizan. Se estima que el número de firmas sometidas a ella ronda las 49.000 en la UE. Pero España juega con ventaja, por así decirlo, ya que, con la entrada en vigor de la Ley 11/2018 (resultado de la transposición de la Directiva sobre información no financiera o NFRD), este país empezó a contar con una de las normativas de reporting sobre sostenibilidad más exigentes de la Unión Europea. Esto "permitió a las empresas españolas una muy valiosa experiencia práctica en esta materia", tal y como destaca el informe. Esta regulación "generaliza una práctica que en nuestro país ya se venía aplicando", añade el estudio. La CSRD ya aplica desde este año a las grandes cotizadas (que reportarán en base a ella en sus informes de 2025), e irá afectando gradualmente, en años sucesivos, a empresas de menor tamaño. Visite el portal especializado elEconomista ESG.
En respuesta a la pregunta planteada en el propio título del informe -si están preparadas para lo que viene-, Marta Olavarría ha señalado: "Yo distinguiría entre las grandes empresas, que ya están reportando, y las pymes". Las primeras "ya están trabajando en ello desde hace años, y sí, creo que están preparadas"; respecto a las pymes, "es una cuestión de recursos; y de ellos siempre van a estar escasas". Aún así, Olavarría ha explicado que las plantillas que tienen que cumplimentar las pequeñas y medianas empresas en base a la CSRD "son mucho menos complejas" que las de las grandes compañías, y que utilizan unos "estándares simplificados". También ha recalcado que las compañías que tengan que cumplir con la CSRD "no van a poder exigir a un proveedor, si éste es una pyme, más información de la que se le requiere a esa pyme en base a su estándar correspondiente". Se trata, ha destacado, de "un mecanismo de limitación que es importante tener en cuenta". Mariola Domenech (Acciona Energía): "El 57% de nuestro 'free float' está en manos de inversores ESG".
El evento ha contado con la participación en una mesa redonda de Ana Peña, directora de Sostenibilidad, Cambio Climático y Medioambiente de Ferrovial, quien ha relatado su experiencia en una compañía que cotiza ya en dos bolsas distintas -Madrid y Holanda- y que muy pronto lo hará en tres (Ferrovial se estrena este jueves en el Nasdaq). "Llevamos tiempo dando respuesta a distintas exigencias en distintos países, y lo que hemos visto es que la [regulación] de España es muchísimo más restrictiva que las de otras geografías", ha explicado. "El nivel de exigencia [en EEUU] no tiene nada que ver con el de Europa. Por poner un ejemplo, si hablamos solamente de emisiones de alcance 1 y 2, en Estados Unidos nos van a pedir que las reportemos en 2026, cuando aquí llevamos años reportándolas; al alcance 3 [las emisiones generadas a lo largo de toda la cadena de valor] no hacen referencia, cuando aquí también las tenemos que reportar", ha detallado. Se denominan emisiones de alcance 1 a las directas, esto es, las que produce la quema de combustibles por parte de la propia compañía. Las de alcance 2, por su parte, son las que genera la electricidad consumida por la empresa.
La verificación de la información sostenible también va más despacio en EEUU que en Europa, ha añadido Ana Peña. "La llamada verificación razonable [más estricta que la que se requiere actualmente] no se exigirá hasta 2033; en Europa será cinco años antes, en 2028". Esto "es clave, ya que en este sentido existe una gran diferencia en cuanto a la exigencia", ha enfatizado la responsable de Sostenibilidad de Ferrovial. El dinero sigue entrando en fondos sostenibles, pese al "hastío" de la inversión ESG.
La verificación es una cuestión crucial de cara a entender el impacto de la CSRD, ya que esta norma equipará la información medioambiental con la financiera, poniéndoselo más difícil al conocido greenwashing o ecopostureo (el uso injustificado de calificativos como sostenible o eco). La obligación de verificar la información de sostenibilidad se implantará en la UE de forma gradual: inicialmente se exigirá lo que se denomina verificación limitada, que es más laxa, y se dan más años de margen para empezar a exigir esa verificación razonable, más exigente. En este sentido, existirá "una figura especial, el auditor legal" para los informes de sostenibilidad, ha explicado Marta Olavarría, que también ha lanzado una advertencia: "En mi opinión personal, es posible que aquellos verificadores que no sean también auditores de estados financieros tengan que afrontar un reto algo mayor, ya que el informe de sostenibilidad no sólo se refiere a verificar cuestiones medioambientales o sociales, sino también a determinar cuál es su reflejo en los estados financieros".
También ha sido positivo el mensaje de María Marín, directora de Relación con Inversores de Atrys Health: "Creo que las compañías estamos mejor de lo que nosotras mismas creemos. En nuestra experiencia, cuando nos hemos puesto a mirar qué es lo que nos están exigiendo y qué tenemos, hemos comprobado que en muchas de esas cuestiones ya hemos estado trabajando. Considero que una parte muy positiva de la CSRD es el hecho de aflorar todas esas actuaciones y hacerlas accesibles", ha señalado.
El 57% de las empresas recurren a consultoras para responder a los requerimientos de esta directiva. "Nos estamos encontrando con compañías que hasta ahora no estaban sometidas a obligaciones estrictas en este sentido, o que hacían una información no financiera, digamos, light", sin "el grado de profundidad que se requiere con la nueva regulación", ha comentado Nieves Álvarez, directora de Comunicación Corporativa y ESG de Llorente y Cuenca, quien también ha aludido a que estas empresas a menudo sienten "mucha inseguridad" acerca de los datos que ellas mismas proporcionan.
La mesa la ha moderado Juan Carlos Delrieu, director de Sostenibilidad de la Asociación Española de la Banca (AEB), que ha aprovechado para enfatizar que "la ambición de esta directiva es tan amplia, que comienza conjugar demasiadas cuestiones; la conversación en esta mesa ha ido ligada a cómo alcanzar los objetivos net zero, con qué estrategia, con qué recursos de capital, y esto es fundamental; sin embargo, la directiva debería estar fijándose en qué datos presentan las empresas de la forma más trazable y objetiva", ha remarcado.