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La inversión ESG es acertar en el largo plazo sin perder rentabilidad

  • Se celebra el IV Foro Mapfre de Finanzas Sostenibles
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El mundo empresarial y de las finanzas se dio cita en el IV Foro Mapfre de Finanzas Sostenibles, donde expertos en la materia abordaron la actualidad en inversión con criterios ESG. Así, se abordaron los retos y oportunidades de los aspectos medioambientales, sociales y de buen gobierno en el entorno financiero y cómo este último suscita atractivo para los inversores y genera un dividendo social.

Expertos en el mundo de la inversión con criterios ESG (medioambientales, sociales y de buen gobierno) se dieron cita en el IV Foro Mapfre de Finanzas Sostenibles. En los últimos años, el enfoque medioambiental ha sido el más desarrollado por existir un marco regulatorio más avanzado y por poder cuantificar con mayor exactitud el impacto de las iniciativas sostenibles. Sin embargo, la S de ESG también juega su papel. El director general comercial adjunto de Mapfre Iberia, Javier Oliveros, abogó por "colocar a las personas en el centro de las inversiones sostenibles".

A este planteamiento también se sumó la CEO de Santander Asset Management, Samantha Ricciardi, que reconoce que lo medioambiental se ha situado en una posición predominante hasta la llegada de la pandemia. "Desde el 2020 la S de social está presente en el 15% de los bonos emitidos y casi representan un total de 400.000 millones de euros en inversión", ha asegurado Ricciardi.

La regulación ha sido una de las principales contrapartes para que lo social haya tenido la misma trayectoria que los proyectos o productos enfocados a la transición energética o a la reducción de las emisiones de carbono, ya que en el aspecto medioambiental existe una taxonomía, aunque esté diferenciada según las geografías. "En lo social entramos a valorar el impacto real en personas, un aspecto que es mucho más difícil de cuantificar.

Tiene que establecerse un lenguaje común y claro para medir cuál es la aportación de la empresa y cuál el dividendo social", ha opinado la directora de Social y Voluntariado de Fundación Repsol, Mar de Andrés. "En Europa se ha avanzado mucho en regulación ambiental, mientras que en resto del mundo, donde más contaminan, no lo han hecho en igual medida. Eso reduce nuestra competitividad y nos hará daño en lo social también", ha advertido el director general de Inversiones de Mapfre, José Luis Jiménez Guajardo-Fajardo.

En el camino de mejorar el mundo sin perder de vista la sostenibilidad de lo social está la perspectiva de la rentabilidad. El 2022 fue un ejercicio marcado por la guerra de Ucrania que dura hasta estos días. Y eso afectó al precio de las materias primas que dieron mayor retorno a las compañías energéticas más convencionales. "En el 2022 el inversor enfocado a ESG pudo haber visto una caída de rendimientos pero hay que seguir centrados en el ESG a pesar de las inestabilidades geopolíticas", explicó la responsable de Santander AM, Ricciardi, quien ha recalcado que el cliente institucional sigue siendo el más enfocado a la inversión ESG.

Los expertos del coloquio estuvieron de acuerdo en que no se pueden gestionar proyectos sostenibles o crear productos de inversión sostenibles únicamente porque sea una tendencia. "Tiene que estar intrínseco en el ADN empresarial", ha explicado Jiménez. "No podemos pensar en el corto plazo. Hay que buscar criterios estructurales. Al final, es importante rodearse de un equipo ESG serio porque te asegurará la rentabilidad en el largo plazo. Y eso es un acierto", ha asegurado Jiménez. "Hay que centrarse en la intencionalidad social, el qué queremos resolver, y medir el impacto de esa iniciativa tomada. La adicionalidad nos permite verlo desde la perspectiva del qué hubiera pasado si no llevamos a cabo esa iniciativa", puso por ejemplo Mar de Andrés para computar el valor añadido

Más tiempo para digerir el 'tsunami' regulatorio

En el último lustro hemos vivido un auténtico tsunami regulatorio en lo que respecta a las finanzas sostenibles, que afecta tanto a la forma de medir los riesgos como a la de reportar los resultados anuales, y al modo en que las carteras de inversión integran activos sostenibles. Este tema ha centrado la segunda mesa redonda del IV Observatorio Mapfre de Finanzas Sostenibles.

Juan Carlos Delrieu, director de Estrategia y Sostenibilidad de la Asociación Española de la Banca (AEB), ha defendido la necesidad de conceder a las entidades un margen de tiempo que les permita procesar el tremendo aluvión regulatorio en lo que respecta las finanzas sostenibles. Ha reivindicado "un espacio de digestión donde los agentes del mercado podamos digerir todo lo que ha venido y se nos viene, para procesarlo y utilizarlo con más eficacia".

"Considerando que la regulación debe ser un marco habilitador", posiblemente el tema "se nos está yendo de las manos". En su opinión, "la regulación debería preguntarse si realmente [...] son marcos útiles para lo que se pretende". Delrieu se ha referido a la taxonomía, "que es extraordinariamente compleja"; al Reglamento Europeo de Divulgación para los fondos, que "sigue sin ser un marco adecuado para darle claridad al inversor, mucho menos al minorista", ha lamentado.

De Miguel (CNMV): "La norma es compleja y tiene inconsistencias"

Frente a un sector financiero que pide más tiempo, el regulador quiere reforzar la supervisión. Según ha admitido David de Miguel, subdirector de Regulación y Sostenibilidad de la CNMV, efectivamente "la norma es compleja y tiene inconsistencias, y ha supuesto un esfuerzo para todos, también para los supervisores". Pero ha añadido un punto optimista: "Desde 2018 hemos conseguido muchas cosas. Ha habido un flujo claro de inversiones hacia las finanzas sostenibles, que era lo que se pretendía, y hemos impulsado mucho la transparencia, tanto en los emisores, en las entidades y en los inversores". Al mismo tiempo, a estos últimos "los estamos educando", ha añadido De Miguel.

Sobre el lado positivo de las normas, Delrieu ha admitido que el marco normativo, pese a todo, está funcionando. "En los últimos años el mercado ha respondido con crecimientos en las emisiones de bonos y préstamos verdes, cercanos al 60% de media anual, tanto en España como a nivel europeo. Y esto se debe a la regulación", ha defendido.

No podemos olvidar que "es la primera vez que se regulan las finanzas sostenibles, en Europa y diría que en el mundo, es un fenómeno nuevo; hasta ahora, todo lo que tenía que ver con finanzas sostenibles era autorregulación", ha recordado, por su parte, Úrsula García, socia de finReg360. "Esto supone un reto, y los reguladores tampoco son necesariamente expertos en sostenibilidad". La sostenibilidad tiene muchísimos prismas, ha explicado, entre ellos el de la medición del riesgo y la del impacto o contribución positiva.

Importante papel de la empresa en el dividendo social

Existen muchos aspectos que condicionan los criterios de selección en inversión ESG, como las dimensiones medioambientales o sociales, sin perder de vista cuál es el impacto que se quiere generar con esa iniciativa. De ahí que la presidenta de BNP Paribas en España, Cecilia Boned, haya invitado a abordar la elección de proyectos desde una perspectiva global.

"Hay que incluirlo todo. No vale solo con decir que haces algo de ESG. Esto solo tiene sentido si se aborda desde una perspectiva global", ha sintetizado Boned. En el caso de BNP Paribas llevan más de diez años sin financiar proyectos vinculados al carbón y ya financian más proyectos enfocados a la energía verde que al conjunto de las convencionales por un importe superior a los 28.000 millones de euros, según la responsable de la entidad. "Sin embargo, es verdad que el tema medioambiental es del que más se habla porque es más fácil de comunicar y de cuantificiar", ha reconocido Boned.

Pero el aspecto social del ESG también tiene cabida en el enfoque financiero de las compañías en los últimos años. El vicepresidente de Mapfre y CEO de Mapfre Iberia, José Manuel Inchausti, puso de ejemplo de uno de los planes ejecutados desde la fundación de la aseguradora para generar un dividendo social. A través de su programa de voluntariado, del que forman parte 5.000 empleados, se llevan a cabo iniciativas que dejan su huella en la sociedad. "Existen mil formas de retornar en la sociedad lo obtenido en la empresa. Son medidas de pequeño impacto pero con un trasfondo en su conjunto", comentó el responsable de Mapfre.

Inchausti (Mapfre): "Existen mil formas de retornar en la sociedad"

Además, existe un sistema de sesgo que imponen los mismos clientes e inversores que demandan proyectos o productos que tengan algún impacto social, más allá de un rendimiento estrictamente económico. "Nosotros evaluamos que una empresa tenga un plan ESG. Aportamos directamente pero también enfatizamos en que exista un perfil sostenible a través de una política de inversión, de producto y de suscripción", comentó Inchausti.

"Llegará un momento en el que se necesitará una licencia ESG para poder operar. Los criterios de sostenibilidad en medioambiente y sociales no se puede plantear en términos de costes porque al final el cliente/inversor es el que demanda un enfoque en ESG", ha aventurado Cecilia Boned que incidió en un enfoque más colectivo del mundo empresarial alrededor de los criterios en sostenibilidad.

Del Valle (Unespa) reivindica la solvencia del sector

"Estamos en todos los aspectos de la vida cotidiana. Más de 13 millones de asegurados y partícipes nos confían sus ahorros para la jubilación", ha señalado Mirenchu del Valle, presidenta de Unespa, en la clausura del IV Observatorio Mapfre de Finanzas Sostenibles. En este sentido, "gestionamos 250.000 millones de euros de nuestros clientes", ha detallado.

"Contamos con productos, como las rentas vitalicias o las hipotecas inversas, que hacen posible transformar elementos patrimoniales ilíquidos, como los inmuebles, en una fuente de ingresos recurrente", ha destacado la presidenta de la patronal de las aseguradoras, quien ha hecho hincapié en la importancia de la S del acrónimo ESG: "El día a día del sector asegurador es, por definición, social", ha remarcado durante su discurso de clausura.

Del Valle ha explicado que muchos de los asegurados son personas mayores: "Para ser exactos, 2,3 millones de asegurados tienen más de 60 años. El seguro de salud canaliza un flujo constante de pacientes hacia la sanidad privada, con lo que asume parte de la carga asistencial sanitaria española y, al hacerlo, contribuye a que el sistema público de salud preste mejor servicio", ha reivindicado. También hizo alusión al tema de la vivienda: "Dos de cada tres familias son propietarias del inmueble donde residen, según el Banco de España, y las aseguradoras tenemos un papel clave en la protección de este patrimonio inmobiliario", ha señalado.

También ha aprovechado la número uno de la patronal para destacar la solvencia del sector: "Debemos refrendar ante el Estado que estamos en disposición de atender los compromisos que tenemos con nuestro clientes; esto es lo que llamamos requisitos de solvencia. Pues bien, las aseguradoras españolas disponemos de activos que nos permiten atender 2,41 veces las cuantías que marca la regulación sobre solvencia. Me he animado a hablarles de este tema porque es importante que retengan esto: nuestra capacidad de ejercer de red de seguridad de la sociedad descansa sobre la posibilidad de pagar lo que haga falta ahí donde ha ocurrido un percance o donde hay una prestación comprometida", ha resaltado Del Valle.

Asimismo, ha apuntado que el seguro tiene 82.500 puntos de atención presencial, frente a, por ejemplo, las 2.400 oficinas de Correos o las 22.200 farmacias existentes en España. "Nos sentimos especialmente orgullosos, no sólo de que tener muchos puntos de atención, sino de que nuestra red de atención esté adecuadamente repartida. De hecho, tenemos una presencia relativa más alta en la llamada "España vaciada", ha destacado.

Puede ver la jornada completa aquí:

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