
Uno de los mayores peligros que acecha al Banco Central Europeo (BCE) en su misión de reducir el ritmo de la inflación hasta el 2% es la subida de los salarios. Después de un repunte inflacionista como el que se vivió desde finales de 2021, los salarios suelen reaccionar con subidas para adaptarse al incremento en el coste de la vida. Esto, a su vez, puede desatar una espiral inflacionista muy complicada de frenar, y el BCE es consciente de la necesidad de evitar que esta situación se consolide en la zona euro. Ahora el avance salarial se mantiene muy por encima de los niveles que llevarán a la inflación al 2%, según el banco japonés Nomura: con un incremento de las nóminas del 4,6% interanual, la entidad cree que debería caer hasta la horquilla del 2,5% - 3% para que el BCE pueda cantar victoria.
Christine Lagarde, presidenta del BCE, ha puesto el dedo sobre la cuestión de la subida salarial en la zona euro esta misma semana en su comparecencia ante el Parlamento Europeo. Lagarde no quiere vender la piel del oso antes de haberlo cazado, y en los últimos meses ha insistido en muchas ocasiones en la necesidad de dejar los tipos altos durante un tiempo prolongado, para asegurarse de que mete en vereda a las fuerzas inflacionistas de una vez por todas.
En primer lugar, Lagarde ha señalado que la inflación en la eurozona ya no proviene del exterior, sino que su fuente principal son fuentes internas. "Está siendo conducida por fuentes domésticas, más que por las externas", indica Lagarde, y destaca los incrementos salariales como uno de los principales contribuidores al incremento de los precios en la actualidad. "Las presiones de los salarios están siendo fuertes. Nuestro análisis concluye que esto tiene que ver con los efectos derivados de la inflación pasada, más que por una dinámica de inflación doméstica retroalimentándose", señala.
Los salarios retrasan el recorte de tipos
Tanto en Reino Unido, como en la zona euro, la subida de los salarios se encuentra en este momento en un nivel muy superior al deseado por los banqueros centrales de ambas economías. Huw Pill, miembro del Comité de Política Monetaria del Banco de Inglaterra, ha señalado este octubre el peligro que supone una subida salarial descontrolada. "Un aumento fuerte de los salaries, si es por las razones adecuadas, como lo es un aumento de la productividad, es algo a lo que yo doy la bienvenida. Sin embargo, una espiral de subidas de precios por los salarios es una causa de gran preocupación", avisa.
¿Cuál es el nivel de crecimiento salarial que mejor encaja con el objetivo de inflación de los bancos centrales? El banco japonés Nomura ha querido responder a esta pregunta, y tienen una respuesta. "Según nuestros cálculos, en general, una subida salarial de entre el 2,5% y el 3% es compatible con una inflación en el 2% en Europa", indican, y consideran que "tanto el BCE, como el Banco de Inglaterra, serán menos tolerantes que la Fed con la subida de salarios". El banco avisa de que "si bien los salarios no son la única variable que está en juego, es una de las más importantes para los bancos centrales de cara a completar el puzle de la inflación".
Con un incremento salarial corriendo casi el doble de rápido de lo que debería para que el BCE pueda comenzar el ciclo de recortes de tipos, esto se traducirá, presumiblemente, en un retraso en este proceso frente a las perspectivas que mantienen los mercados en este momento. Los inversores esperan que el BCE empiece a reducir el precio del dinero en el mes de abril, y que lleve a cabo 4 bajadas de tipos el año que viene de 25 puntos básicos cada una. Sin embargo, Nomura sitúa el primer recorte para algún momento del tercer trimestre de 2023, una perspectiva que, además, es probable que se tenga que retrasar si el incremento salarial no se modera. "Nuestro análisis sugiere que existe el riesgo de que las bajadas del precio del dinero se retrasen en el tiempo, con la perspectiva de los salarios sobre la mesa", indican.
La caída de la tasa de desempleo en la zona euro es uno de los componentes que más está pesando en la subida salarial, al haberse reducido hasta el 6,47% al cierre del mes de septiembre, el dato más bajo que se ha registrado en la historia, y muy por debajo de la media, del 9,28%, que se ha mantenido en el bloque económico europeo desde 1990.
Los analistas de Nomura no son los únicos que creen que el BCE va a tener más problemas que la Fed por la fortaleza salarial. Desde HSBC ya avisaban el pasado mes de mayo de cómo "la inflación pasada está jugando un papel mucho más fuerte en las dinámicas salariales de la zona euro de lo que lo están haciendo en Estados Unidos", del mismo modo que "la tasa de desempleo baja" afectará más en la eurozona que en el gigante norteamericano.
El banco británico destaca cómo la subida salarial ha tomado el relevo a los márgenes de beneficio como la principal fuerza que está presionando al alza a la inflación. "El año pasado fueron los márgenes de beneficio los que dirigieron a la inflación, pero este, las presiones están llegando más por los salarios, especialmente en el sector servicios, algo que ha llevado al BCE a poner el foco en la dinámica de las nóminas", indican.