
¿Qué se puede hacer si te despiertas un día y descubres que tu negocio pasa, de golpe, a ser ilegal? Esto es lo que le ocurrió a New Oriental, una empresa china que se dedicaba a la educación privada, principalmente focalizado en el pujante sector de las clases extraescolares. A pesar de que en países como España se trate de un sector extremadamente atomizado, la realidad es que New Oriental era el dueño de un auténtico imperio de más 30.000 millones de dólares de valor en bolsa, de 4.500 millones de dólares de ingresos y más de 65.000 trabajadores. Todo ello para sostener una red de 771 centros de aprendizaje y 5.000 librerías repartidas a lo largo de 55 ciudades de toda China, a través de los cuales gestionaba más de 26,6 millones de estudiantes.
Sin embargo, el Gobierno del país sacudió por completo los cimientos de la empresa. Xi Jinping lanzó una ley de educación e infancia por la cual todos los negocios relacionados con los estudios y en particular las clases extraescolares se convertían en ilegales, solo podían realizarse sin ánimo de lucro. En aquel momento New Oriental explotó con una caída del 95% en el parqué. De golpe un sector ampliamente rentable del país pasó a reportar cero ingresos y la compañía no tardó en anunciar un impacto inicial en sus resultados con una pérdida neta de 1.000 millones de dólares en 2022.
La empresa había apostado todo por el negocio de la educación en China, dividido a su vez en cuatro grandes pilares. Su principal, las clases particulares y cursos de preparación para exámenes. La educación en línea, en auge con los confinamientos que se instalaron en China. Consultoría para aquellos estudiantes que se encuentren en el extranjero y, por último, distribución de materiales educativos. La gran mayoría de estos servicios dejaron de tener aplicación y el futuro de la compañía estaba más que en juego.
Fue entonces cuando desde la cúpula de New Oriental se encomendaron al único camino que se les presentaba. Despidos masivos y una búsqueda desesperada de nuevas fuentes de ingresos. La primera decisión se tomó de forma rápida y contundente y, a pesar de que anunciaron tras conocerse la nueva ley 40.000 despidos, estos no tardaron en extenderse al poco tiempo hasta 60.000. La plantilla que habían confeccionado durante tres décadas de existencia ya no tenía un propósito.
Más de un año y medio después de la debacle, la compañía se ha reestructurado y es algo muy diferente. Una transformación que ha bendecido el mercado, pues New Oriental Education ya ha subido mas de un 105% en lo que va de año siendo la gran joya del Nasdaq Golden Dragon, el índice norteamericano donde cotizan las acciones chinas. La compañía sigue todavía un 61% por debajo de sus máximos de 2021, antes de que Xi Jinping desatase un descalabro en el parqué. Sin embargo, desde mínimos de 2022 la subida ya es superior al 600% y ya tiene una capitalización bursátil de 11.910 millones de dólares.
Para empezar, la compañía puso el foco en los clientes en el extranjero, la única línea de su rama original que aún podía mantenerse. Especialmente en la preparación, no solo de exámenes universitarios para estos alumnos chinos fuera del país, sino en de exámenes de idiomas. En ese sentido, los últimos resultados fueron bastante buenos al aumentar un 52% los ingresos en este segmento. También han intentado virar hacia clases extraescolares no afectadas por la ley como arte o baile.
Además, la compañía se lanzó a por los universitarios, ofreciendo un importante negocio de viajes de estudios para estos alumnos. En un país tan grande como China esta propuesta encontró buena acogida, aunque solo fue un pie en la puerta para entrar de par en par en el negocio del turismo. Desde entonces han utilizado a sus maestros para emprender a partir de este año un segmento de guías para las principales ciudades de la nación milenaria, con un público objetivo de mediana y avanzada edad.
Sin embargo, el gran cambio de paradigma fue al poco tiempo, cuando decidieron que el futuro de New Oriental tenía que estar más en Amazon que en Cambridge. En ese sentido, se lanzaron al comercio electrónico de transmisión en vivo. Durante las clases de inglés que realizan online también venden productos por los que sacan una comisión. Un ejemplo de ello es un video viral que ha circulado en las redes chinas, donde un profesor enseñaba como se decía la palabra 'filete' y 'condimento' en inglés para animar posterioremente a los usuarios a comprarlo. Los analistas de Citi, que tienen una calificación de "compra" en New Oriental, calificaron la transmisión en vivo en línea como un punto brillante y estimaron que podría lograr más de 980 millones de dólares en facturación bruta anual si mantuviera las cifras actuales.
Todos estos cambios han provocado que la empresa 'reflote' tanto en el parqué como en sus cuentas. A pesar de que los ingresos se situarán en los 3.000 millones en 2023, muy por detrás de los 4.280 logrados en 2021 y los peores desde 2018. Los expertos esperan que rebote en 2024 hasta rozar los 4.000 millones y que supere sus mejores cifras en 2025. En cualquier caso, los beneficios ya son, a día de hoy, superiores a antes de que se lanzara la ley, con 258 millones de dólares en negro. Eso sí, aún tiene que remar para compensar las potentes pérdidas de más de 1.000 millones sufridas el año pasado.
"Tendrá que gastar mucho dinero en capacitar a los empleados en estos nuevos negocios"
Aunque lo que está claro es que los últimos resultados han pulverizado las previsiones y han hecho olvidar el terrible 2022. Los ingresos se han disparado un 48% con un incremento de más del 52% de los servicios para exámenes y consultoría en el extranjero. Esta es la nueva gallina de los huevos de oro de la empresa. Desde China Renaissance explicaban que se muestran "muy optimistas" dado que han conseguido "buenos ingresos de nuevas líneas de negocio muy rápido". Destacan, en ese sentido, cómo han podido mantener sus centros de aprendizaje para 'clases no académicas" en las que lograron más de 438.000 alumnos.
El riesgo que había y que estaba generando grandes dudas hasta el momento eran las dudas de conseguir entrar con éxito en estas nuevas áreas al tiempo que reestructuraba plantilla y activos, una duda que se está despejando. Ekaterina Kologrivaya, cofundadora de EdTech Expand, una start-up de consultoría con sede en Pekín, explicaba sus preocupaciones sobre New Oriental alegando que "tendrá que gastar mucho dinero en capacitar a los empleados en estos nuevos negocios", aunque ya en aquel momento explicaba que a nivel de caja "tienen suficiente músculo para asumir estos costes".
"La fortaleza de las nuevas unidades de negocios y la resiliencia de las unidades tradicionales deberían ayudar a fomentar el crecimiento sostenible de los líderes del mercado educativo", escribieron en una nota reciente analistas de Morgan Stanley. De momento el mercado le ofrece solo una revalorización adicional del 10%. Sin embargo, todos están de acuerdo en que ha logrado con éxito una transformación total.