
El mercado se está empeñando en seguir apretando a los inversores menos acostumbrados a ello. La escalada de tensión en Oriente Próximo, lejos de empujar la inversión hacia los activos refugio, está haciendo que los flujos salgan tanto de bolsa como de renta fija, incluso en sus referencias más seguras como puede ser el bono americano a 10 años. De hecho, los tenedores del T-Note han perdido esta semana otro 2,5% por precio.
Desde el pasado viernes, la rentabilidad del bono ha escalado en más de 20 puntos básicos e incluso ha llegado a rozar el 5% de rendimiento, un nuevo máximo no visto desde 2007. ¿Y qué va a hacer la Reserva Federal dentro en su próxima reunión del 1 de noviembre? Este jueves Jerome Powell confirmó prácticamente que no moverán los tipos, algo que el mercado ya había descontado. "Los operadores buscaban claridad sobre los próximos pasos y la interrelación entre las condiciones financieras y las acciones de la Fed", explican desde Monex. "En los mercados, la perspectiva no muy clara de una subida en noviembre pesó sobre la parte delantera de la curva, mientras que la aceptación de una economía más resistente y, por tanto, la perspectiva de un tipo de interés real más alto a corto plazo hizo que los rendimientos de la parte trasera subieran, desinvirtiendo ligeramente la curva", agrega.
Pese a esto, el riesgo de que los tenedores de bonos sigan acumulando pérdidas no ha desaparecido tal y como explican desde Bloomberg al recordar que los grandes tenedores históricos como los gobiernos de otros países, los bancos comerciales estadounidenses y la propia Reserva Federal ya no están comprando bonos y en su lugar están apareciendo otros actores como hedge funds, aseguradoras y pensiones, que van a exigir mayores rentabilidades para financiar el déficit público de EEUU. El famoso inversor Ray Dalio también comparte esta visión ya que percibe un gran desequilibrio entre la oferta de deuda y la demanda de la misma y prevé que el bono estadounidense a 10 años supere el 5% "en el futuro próximo". "Los compradores están menos proclives a comprar deuda por varias razones, pero especialmente porque están agotados y ya han perdido mucho", recuerda Dalio, que también hace alusión al enorme incremento de la volatilidad de un activo que históricamente se ha comportado sin movimientos tan extremos.