
La inversión sostenible se ha convertido en un tema central para las gestoras de fondos, pero en ocasiones es complicado realizar una medición cuantitativa para evaluar de manera correcta si las compañías cumplen en factores ESG y cuál es su impacto en la cuenta de resultados.
Muchas firmas han desarrollado sus propios modelos de medición y en el que ha elaborado Schroders, España aparece como el mercado bursátil mejor puntuada de los veinte analizados, con un 3,3% según SustainEx, la herramienta que utiliza la gestora para evaluar la repercusión de la sostenibilidad.
Le siguen Alemania y Dinamarca, con un 1,6% y un 1,5% respectivamente, y Suecia y Suiza con un 1,1% y un 0,9%. Italia también se encuentra en terreno positivo, con un ligero 0,3%.El resto de mercados ya aparecen en negativo en la herramienta de Schroders, con Reino Unido y Países Bajos con las peores notas, con un -13% en el caso del primero y un -15,2% en el caso del segundo.
¿Pero qué indica este porcentaje exactamente? La herramienta trata de medir el efecto de las políticas sostenibles en el beneficio de las empresas, es decir, que el 3,3% de España significa que las cotizadas nacionales cuentan con ese porcentaje extra no reconocido por la sociedad sobre sus ventas. Si se añade ese porcentaje a la previsión de beneficios, se incrementaría en dicha proporción por las externalidades que aportan su estrategia en materia de ESG.
Por el contrario, Reino Unido y Países Bajos sufren una pérdida igualmente oculta ante la baja consideración de las compañías de estos mercados en temas de sostenibilidad.
Al ser una nota sobre la totalidad de los mercados, incluyendo a firmas de toda capitalización, la nota es genérica y no distingue a aquellas que individualmente sí que cuentan con una política sostenible adecuada.
Duncan Lamont responsable de análisis estratégico de la gestora, y HettieMacCarthy, analista cuantitativa de Schroder Systematic Investments, explican que la mala nota de Reino Unido es la exposición de su mercado a las empresas tabaqueras y de bebidas alcohólicas, que tienen costes directos para la salud e indirectos para la sociedad. El mercado neerlandés también sufre por su exposición a las empresas de bebidas alcohólicas. Pero, dentro del Ftse 250, por ejemplo, tienen mejor puntuación en factores sociales y medioambientales que sus hermanas mayores.
Los expertos subrayan que aunque los inversores quieran acompañar a determinadas compañías en su proceso de transición, "hay líneas rojas. Y cuando las empresas se niegan a comprometerse, o cuando su modelo de negocio está tan íntimamente ligado al daño que en la práctica son una causa perdida, puede que no haya otra opción que vender".