En un entorno de mercado en el que la renta fija ofrece rentabilidades no vistas en la última década -con un bono español en el 4% de rendimiento-, el valor y la oportunidad de invertir en renta variable queda diluido y la efectividad de la gestión activa se pone en cuestión. Pero nada más lejos de la realidad.
En la jornada El valor de la gestión activa, celebrada por elEconomista.es con el patrocinio de Bestinver ha quedado demostrada la importancia de este tipo de gestión, incluso en un contexto en el que la renta fija es la gran protagonista. El evento contó con la participación de Josep Prats, gestor de Abante European Quality, Lola Solana, gestora de Santander AM, Jorge Fuentes, gestor de Renta Variable Internacional de Bestinver y Javier Galán, director de Inversiones de Renta Variable de Renta 4.
Ante esta situación de mercado, entonces ¿qué aporta de diferenciación la gestión activa? Para Lola Solana, el alfa es una de las principales cualidades diferenciadoras de este tipo de gestión: "Poder mirar compañías que están fuera de los índices, compañías pequeñas, compañías líquidas, compañías olvidadas, que a la larga te aportan mucho más retorno. Y eso es lo que buscamos en esto, el retorno", explica. La diversificación es otro de los aspectos, junto con la gestión del riesgo, que la gestora de Santander AM señala como particularidades que en la gestión activa no se pueden encontrar. El estar diversificado permite, para Solana, "exprimir todas las oportunidades. Moverte de un sector a otro y adaptarte mejor al ciclo". A todo ello añade que gestionar el riesgo permite tener un mayor control sobre las compañías y, especialmente, sobre las posibles crisis a las que haya que hacer frente. "Un gestor activo puede ser más sector neutral y diversificar más los riesgos", concluye.
En este sentido, Jorge Fuentes apunta que "la gestión activa aporta la doble rentabilidad compuesta", en la que cada diez años se dobla la inversión. "Las valoraciones que tenemos en las carteras de Bestinver son concordantes con esto", añade Fuentes.
"Con la gestión activa se consigue un alineamiento de la filosofía o de perfil diversificado", es lo que opina Javier Galán sobre las ventajas de la gestión activa. Para Galán, históricamente en el largo plazo no ha habido tipos de interés en el 0%, sino que esos periodos han durado entre 5-6 años, así que "una vez quitas este zoom, la rentabilidad histórica de la bolsa, en 200 años de historia ha sido entre el 7 y el 10% anualizado, frente al 3-4% de la renta fija", apunta y añade que es lógico pensar que "en el largo plazo, la renta variable va a seguir batiendo a los fondos más conservadores". "Si encontramos compañías que crezcan más que ese 4%, que las hay, va a haber un retorno por encima de este porcentaje", explica.
Para Josep Prats "casi siempre" es una buena oportunidad para invertir en renta variable, especialmente con una perspectiva de largo plazo. "La renta variable es la mejor protección contra la inflación", subraya y agrega que "en términos reales, el rendimiento de la renta fija es del 1-2%, mientras que en la renta variable, si hay inflación, las compañías cotizadas serán las encargadas de recoger ese aumento de los precios. La bolsa te da inflación, más crecimiento real más la rentabilidad inicial que reparten a los accionistas". "De media, si aciertas, la bolsa te va a dar una rentabilidad del 8-9%", explica y añade que ese porcentaje crecerá o será más bajo en función del precio al que se compró.
Distintos 'métodos'
Los ponentes también detallaron en qué consisten sus respectivos estilos o métodos a la hora de gestionar de forma activa. "Hace años te hubiera dicho que miro el PER [multiplicador de beneficios], ROCE [rendimiento del capital empleado], free cash flow [flujo de caja libre]… pero ahora me fijo por encima de todo en el equipo directivo; no invertimos en una compañía sin conocerlo", señaló Lola Solana. "Los balances se pueden maquillar", de ahí la importancia de "sentarse con el equipo directivo mirándole a los ojos y ver si su plan de negocio es coherente; tengo que tener confianza en ellos", añadió la gestora de Santander AM. "Este es un negocio de confianza, los clientes invierten en nosotros por confianza", apostilla Solana.
Respecto a las oportunidades, ella considera que el value "va a seguir haciéndolo bien". La dispersión, explicó la gestora, es tremenda: "Las 10 compañías que mejor lo han hecho, lo han hecho un 70% mejor que la media. Y las 10 que peor se han comportado, lo han hecho un 70% peor que la media. Yo quiero comprar esas 10 que caen un 70%, siempre y cuando tengan crecimiento y sean sólidas, y que quizás hayan caído por razones [ajenas a su negocio]". Entre ellas, las de sectores considerados bond proxys: "Las renovables, las utilities o el real estate. Aquí, si inviertes a largo plazo, hay oportunidades que nos van a dar retornos altos".
Especializada en small caps, Lola Solana pone de relieve la histórica ventaja que están sacando las empresas de pequeña capitalización a las grandes: "En los últimos dos años se ha abierto un gap y nunca había visto uno tan grande entre small caps y grandes cotizadas desde 2008. Normalmente, las empresas de pequeña capitalización suelen caer cuando esperamos una recesión. Pero la recesión no hay llegado y las small ya han caído un 20% o 30% más que las grandes. Ahí están las oportunidades, cuando en España, las pequeñas compañías están creciendo un 20% , mientras que las grandes en Europa crecen un 10%", detalla.
Javier Galán alude a la importancia de la experiencia: "Lo que hacía en el año 2000, cuando empecé, no tiene que ver con cómo lo hago ahora. Todos los gestores pasamos por un periodo en el que nos creemos muy listo… pero si algo está muy barato suele ser por algún motivo". La mejor estrategia, explica, ha sido "invertir en las mejores compañías de cada área geográfica, y ser disciplinado en su selección. Compañías con poder de fijación precios, con ventajas competitivas, márgenes elevados, que no tengan mucha deuda, generación de caja… Esto no es apostar por rojo o negro en el casino en Las Vegas, sino intentar acertar cuáles serán los flujos de caja futuros de las compañías".
Respecto a sus firmas de interés, el director de Inversiones Renta Variable de Renta 4 señala: "No quiero estar en sectores regulados y muy apalancados, financieras y eléctricas, y esos sectores representan el 50% del Ibex. Sólo por es no me puedo parecer mucho al índice", añade.
"Intentamos hacer lo mismo que hace un empresario: prestar un servicio que es valioso para sociedad. Y la única diferencia entre las compañías privadas y las públicas es que éstas cotizan todos los días, y tienen un múltiplo de valoración", apunta Jorge Fuentes, gestor de Renta Variable Internacional de Bestinver. El flujo de caja por acción es muy importante, "pero igual de importante es el precio que pagas por ese flujo de caja. Lo que hacemos en Bestinver es intentar comprar negocios fantásticos a buenos precios", explica. En su metodología, Fuentes trata de proyectar y calcular qué va a generar un negocio "de manera cautelosa, leyendo lo que ha hecho en ciclos anteriores", explica. El objetivo es que "Cuando una compañía sabes lo que puede generar y proyectas de manera eres capaz de determinar cuánto quieres pagar por ella" y por ende es más difícil incurrir en trampas de valor.
Al igual que Javier Galán, Josep Prats hace referencia a que la experiencia es un grado. "Hay un criterio que es muy importante: el nivel de prudencia, o de ambición que tengo en mi fondo, es el propio de un inversor de mis características personales, patrimoniales, y eso es un buen ingrediente para un fondo". Si el objetivo fuese únicamente "intentar sobresalir para salir en un Ranking un año" y captar mucho dinero implicaría construir un tipo de carteras "muy arriesgadas" que, con suerte, irán bien, pero sin ella no. En el caso de Prats, "mi expectativa de rentabilidad es, evidentemente, batir al mercado, pero estoy tranquilo sabiendo que las compañías que tengo en cartera lo harán, por lo menos, como el mercado". "En el universo de valores en el que yo opero, en el largo plazo probablemente saque un 8% o 9% de rentabilidad anualizada". Prats se enfoca "en un universo de valores limitado a unos 70 u 80", incluidas las 50 del EuroStoxx, evitando la excesiva concentración en un solo sector. Para él, al igual que Solana, la calidad del equipo directivo es también un factor fundamental: "Cuando el equipo directivo está bien organizado sabes que los intereses están muy alineados. Piensan en el largo plazo y en los accionistas, porque ellos también lo son. Por ende, las decisiones que toman no son un capricho".
Un mundo difícil de predecir
"Predecir flujos de caja es algo que hacemos, pero a veces nos equivocamos. Me hace mucha gracia la expresión normalizar los flujos de caja, porque este mundo en que vivimos nunca se normaliza; cuando no es una pandemia es una guerra, o los tipos, o la recesión", reflexiona Lola Solana. La gestora exige realidades económicas a día de hoy, no futuribles. "Esto de invertir en compañías que hoy no generan caja ni beneficios, pero a que a 5 años sí lo harán... pues no. Y son muchas, en EEUU, el 38% de las compañías cotizan sin beneficios en el Russell 2000". Solana añade que su experiencia le dice " que una compañía con deuda quiebra, y sin ella no. No me sirve que dentro de tres años reduzcas deuda, quiero que hoy la tengas controlada; esto de la gestión activa, fundamentalmente se trata de gestionar riesgos".
Para evitar los años malos, el gestor "debe vencer su principal pecado capital, la soberbia", apunta Josep Prats. "El gestor es el que elige bien, el que acierta, pero el gestor excelente es el que acepta que se ha equivocado". Son los años de experiencia los que aportan esa humildad, añade. Por su parte, Jorge Fuentes considera que el gestor "tiene que ser flexible, pero un poco tozudo", y las compañías, estar "bien gestionadas y bien financiadas"; es entonces cuando se tiene "la capacidad de añadir esas posiciones a la cartera", explicó. Javier Galán alude a un gestor que, tras 15 años de experiencia, afirmaba que nunca había estado por encima del segundo cuartil. "Esto suele pasar. Para ser el mejor tienes que asumir mucho riesgo, o mucha concentración. Por eso no nos tenemos que obsesionar con ser los mejores. Y nadie es el mejor continuamente".
Los ponentes defienden la importancia de realizar aportaciones periódicas, por lo difícil que resulta acertar con el market timing ("si esperas a la caída para invertir, puede que no inviertas nunca", señala Josep Prats); pero, al mismo tiempo, sin olvidar que los desplomes pueden ser buenas oportunidades. "Yo mi fondo lo invierto en momentos de caída, y cuando veo que los mercados caen mucho, compro; por ejemplo, con la pandemia", afirma Solana.
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