
El euro ha cortado de forma clara su ascenso. La divisa europea ha detenido su progresión frente al dólar y, desde sus máximos de julio, ha caído ya un 4,5% frente al billete verde, sus máximos desde marzo. Esta caída rompe un alza que parecía incontestable y ha abierto un gran debate entre los analistas, no tanto por sus causas, sino por si este cambio de tendencia es solo una anécdota o si realmente la fortaleza del dólar ha venido para quedarse.
Desde que el banco central Europeo comenzó a calentar motores con las subidas de tipos en la recta final de 2022 su progresión siempre había ido al alza, revalorizando un 15% hasta la llegada de este verano. A pesar de que con el ciclo de subidas de la Fed, la moneda norteamericana llegó a lograr la paridad e incluso superarla. Desde entonces parecía que ya se ha recuperado el equilibrio entre ambas.
El motivo detrás de estos movimientos tiene dos causas claras. Por un lado, la resistencia de la economía estadounidense frente a unos datos europeos algo menos halagüeños. "La solidez de los datos de EEUU está suscitando inquietud por la posibilidad de que los tipos estadounidenses se mantengan altos durante más tiempo", explica Thomas Hempell, responsable de análisis macroeconómico y mercados en Generali Investments. Por otro, la contundencia de Jerome Powell y la Reserva Federal con el mantenimiento de unos tipos altos durante el máximo tiempo posible.
En un tercer plano están las dudas sobre los mercados emergentes y, en particular, con la debilidad económica de las principales economías de Asia incrementando la demanda de dólares. Claudio Wewel, estratega de divisas de Safra Sarasin Sustainable AM, creen que "la debilidad de divisas como el yen o el yuan está empujando al billete verde".
Además, Wewel apuesta porque este movimiento ha venido para quedarse porque "el grado de restricción financiera global aboga por un mayor debilitamiento de la actividad mundial" y "esto debería pesar sobre las divisas cíclicas, al tiempo que apoyaría un dólar estadounidense más fuerte hacia finales de año." También deja claro que esta revalorización y el debilitamiento de la actividad china "pone de relieve que es probable que el euro sufra más caídas".
Y este no es el únicos experto que ve las recientes alzas del dólar como una tendencia que ha venido para quedarse. Víctor Alvargonzález, estratega de Nextep Finance, que afirma que "la economía más fuerte de lo esperado y una Fed más restrictiva apoyan una recuperación del dólar". En ese sentido matiza que "los datos económicos no son el factor fundamental" sino que "es sobre todo la situación de los tipos de interés en EEUU". En ese sentido la contundencia de Powell en Jackson Hole y las declaraciones del resto de miembros de la Fed fueron clave. Durante el transcurso del simposio, los altos cargos defendieron que era mejor arriesgarse a mantener una política restrictiva antes que exponerse a una inflación resistente.
Desde Monex Europa insisten en esta teoría y explican que "aunque hay factores que deberían apoyar al euro creemos que el euro/dólar probablemente se verá lastrado por los crecientes temores de recesión". Debido a ello, los expertos añaden que "esperamos que el euro caiga por debajo del nivel de 1,07, donde es probable que siga cotizando hasta que se enfríen las condiciones de crecimiento en EEUU o mejoren las perspectivas de crecimiento en China y Europa".
En un punto intermedio se mantiene también Generali Investment que explica que "Con las perspectivas a corto plazo para la eurozona y la mayor probabilidad de que el BCE se mantenga a la espera en septiembre, el euro/dólar parece vulnerable a nuevos retrocesos a corto plazo". En ese sentido comentan que los desencadenantes de una nueva caída del billete verde"se producirán más tarde y de forma más lenta". Sin embargo, apuestan por que numerosos problemas, como "la disminución de la demanda extranjera de bonos de EEUU"o "la polarización política" han provocado que "veamos un dólar más débil que ahora con unas caídas en favor del oro o los bonos emergentes".
José Francisco Ramos Ponferrada, responsable de Asesoramiento y Análisis de A&G es muestra una opinión diferente. Aunque afirma que "vemos un dólar que podría continuar apreciándose en el corto plazo ante aumentos de la volatilidad o sorpresas de la Fed", pero "sí que en el medio plazo no vemos que esta fortaleza pueda mantenerse". El motivo que esgrime el estratega es que la resistencia de la economía y el mercado laboral de EEUU no aguantarán eternamente y "podría ejercer presión sobre la Fed". Además creen que "el BCE podría considerar mantener una política restrictiva ya que la inflación sigue siendo demasiado elevada en un contexto de aumento de los costes laborales unitarios".
Más claro aún es Benoit Anne, director del grupo de soluciones de inversión de MFS Investment Management que ve claros indicios para que el repunte del dólar no se sostenga. "Es probable que muchos factores macroeconómicos se vuelvan contra el dólar en el próximo período", afirma el experto. Estos incluyen que "la Reserva Federal puede haber completado su ciclo de ajuste; la corrección de los tipos del mercado estadounidense puede haber seguido su curso; y las perspectivas de crecimiento global ahora han mejorado, lo que tradicionalmente tiende a socavar la moneda estadounidense".
EEUU resiste, Europa duda
La diferencia entre las perspectivas económicas a uno y otro lado del Atlántico se ha ido acrecentando en los últimos meses. La Oficina de Análisis Económico (BEA por sus siglas en inglés) revisó al alza el PIB del segundo trimestre de EEUU al 2,4%, superando el 2% del último trimestre y afirmando que no ven síntomas de recesión. Desde entonces otras firmas como Moody's han proporcionado mejoras en sus previsiones. El crecimiento de la zona euro fue más leve, del 0,3% el segundo trimestre con Alemania, la locomotora de Europa, estancada y con importantes economías como la italiana retrocediendo un 0,3%.
Respecto al mercado laboral, Estados Unidos mantiene se mantiene aún fuerte. A pesar de que hayan visto crecer su tasa de paro tres décimas hasta el 3,8%, se mantiene en zona de pleno empleo. Por su parte los datos de la zona euro también son positivos con una tasa de paro del 6,4% según EuroStat.
Thomas Hempell, responsable de análisis macroeconómico y mercados en Generali Investments incide en que "los datos sobre la actividad europea sorprendieron a la baja y los mercados empezaron a reevaluar las expectativas sobre los tipos europeos en la segunda mitad del mes de julio". Los últimos datos del índice de Gestores de Compra (PMI por su siglas en inglés) de S&P Global mostraron la mayor caída desde noviembre de 2020, en los 46,7 puntos frente a los 48,6 de julio (menos de 50 significa contracción de la industria manufacturera o de servicios). Además, los nuevos pedidos tuvieron su mayor caída desde finales de 2020.
"La debilidad de los ingresos reales y una nueva caída de la confianza de los consumidores debido a la subida de los precios de los carburantes siguen lastrando el gasto"
El índice PMI de Estados Unidos también ha sido negativo, situándose en los 47,9 puntos lo que, a pesar de estar en contracción, muestra un repunte inesperado respecto a julio de casi un punto. Además, el consumo europeo ya se está debilitando, con unas ventas minoristas en retroceso en la zona euro con una caída del 0,2%, según EuroStat, un 1% menos que el año pasado.
Rory Fennessy, economista de Oxford Economics, destaca que "la debilidad de los ingresos reales y una nueva caída de la confianza de los consumidores debido a la subida de los precios de los carburantes siguen lastrando el gasto". Por el contrario en EEUU las ventas minoristas de julio subieron un 0,7%, creciendo por sorpresa y provocando que, respecto a hace un año, consolide un alza del 3,2%.