
Las sandalias Birkenstock preparan su camino a la bolsa estadounidense. La dueña de la compañía, la firma de capital privado L Catterton, está trabajando en la operación con el objetivo de que el estreno se produzca en septiembre y con una valoración de 8.000 millones de dólares, según Bloomberg.
L Catterton está trabajando con Goldman Sachs y con JP Morgan para llevar a cabo la Oferta Pública Inicial (OPI). La de private equity, que está especializada en consumo, se creó de la mano de la de lujo LVMH, la cotizada más valiosa de Europa, y su dueño, Bernard Arnault. La firma adquirió una participación mayoritaria en Birkenstock hace algo más dos años y ahora preparan su estreno en el parqué.
La de calzado alemana podría estar valorada entre los 8.000 y 10.000 millones de dólares, ya que, de momento, los detalles finales no se han terminado de cerrar. La fecha también está pendiente de confirmar, ya que L Catterton no ha hecho públicas las negociaciones, detalla la agencia.
Recientemente, Birkenstock ha vivido un auge de ventas de la mano de Barbie. Su protagonista, Margot Robbie, lleva un par de sandalias en una escena de la película, lo que ha impulsado a la marca.
La casa alemana de calzado fue fundada en 1774 y se encuentra entre las cinco principales marcas de zapatos globales, según la propia compañía. Tiene presencia en 90 países y en torno a 5.500 empleados. Durante su trayectoria, Birkenstock ha hecho colaboraciones con Dior, Valentino o Guivenchy.
Actualmente, la compañía está inaugurando una nueva fábrica en Alemania, en Pasewalk. Ha invertido en las instalaciones 120 millones de euros y prevé generar 1.000 empleos, según la propia empresa. Birkenstock está ampliando así su producción local.
Aunque la cuentas de la compañía no son públicas, el año pasado facturó 1.200 millones de dólares y sus ventas se incrementaron un 29%, según Bloomberg. Su beneficio ajustado es de 432 millones de dólares.
De cerrarse la salida a bolsa de Birkenstock, esta sería una de las pocas OPIs del año, ya que la restricción monetaria no favorece los estrenos y se producen menos operaciones que en periodos de estímulos, ya que las condiciones del mercado son menos favorables.