Bolsa, mercados y cotizaciones

La CNMV quiere acabar con la 'sopa de letras' de la ESG y apoyará el estándar global de información

Rodrigo Buenaventura, presidente de la CNMV, durante su intervenci?n en los IX Premios de Inversi?n de elEconomista.es (David Garc?a)
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La Comisión Nacional del Mercados de Valores (CNMV) va a apoyar la adopción de las normas estandarizadas de información sobre sostenibilidad, un hito que permitirá a las compañías contar con un modelo común globalmente y su comprensión por parte de los inversores, según reveló ayer Rodrigo Buenaventura, presidente del supervisor, durante la IX edición de los premios Inversión a Fondo, de elEconomista.es.



Este lunes, el Consejo de Normas Internacionales de Sostenibilidad (ISSB, por sus siglas en inglés), publicó las normas estandarizadas NIIF S1, sobre requisitos generales para la divulgación de información financiera relacionada con la sostenibilidad y la NIIF S2, sobre la información relacionada con el clima, que cuentan con el apoyo de la organización internacional de los auditores para supervisar su correcta implementación y utilización.

"Los gestores de fondos reclamaban desde hace muchos años un plan contable internacional para que los emisores de valores informen a los inversores con un lenguaje único que acabe con la sopa de letras que hasta ahora teníamos para esta materia", subrayó Buenaventura, quien explicó que a partir del próximo año se podría contar, por primera vez, con un marco armonizado de reporte para que "los inversores en cualquier parte del mundo desglosen la información que pueda ser relevante sobre riesgos y oportunidades del cambio climático", aunque la ISSB está también trabajando en otros estándares similares sobre temas sociales y de biodiversidad.

La organización internacional de comisiones de valores (Iosco, por sus siglas en inglés) tendrá que determinar si adopta estas normas como guía para su desarrollo normativo en cada país, y "desde la CNMV trataremos de dar la mayor difusión posible", enfatizó Buenaventura, para quien la adopción mundialmente de estas normas permitiría a los inversores europeos contar con un modelo de reporte compatible con sus estándares.

Durante su intervención, el presidente de la CNMV también destacó la importancia creciente de la sensibilidad de los inversores con los temas ESG, como ponen de manifiesto los 317 fondos de inversión que cuentan ya con la calificación de artículo 8 (según la normativa europea), aquellos que promueven objetivos de sostenibilidad, y 18 fondos que ya son artículo 9, los que tienen un objetivo explícito. En conjunto, manejan 117.000 millones de euros, según cifras del regulador, lo que representa el 35% del patrimonio total de los vehículos de inversión colectiva, por debajo del 50% que significa en Europa.

"El perfil de las carteras sigue siendo conservador, porque el inversor español es conservador: casi el 50% de los activos está en renta fija; el 15% en renta variable, del que un 2% está en bolsa española. Confío en que estos porcentajes se amplíen porque a largo plazo no tienen sentido", enfatizó Buenaventura, quien también destacó la adhesión de cinco gestoras más al Código de Buenas Prácticas del regulador español, con lo que ya son media docena las firmas.

"Esto se ha producido por la reciente licitación de los planes de promoción pública, que tiene entre sus criterios para pasar el corte la adhesión al Código, pero animo al resto de gestoras a que lo hagan también porque es una buena manera de implicarse como accionistas en la necesaria gobernanza y estrategia de las empresas en las que invierten", subrayó el presidente de la CNMV.

Reforma de calado

Buenaventura también mencionó la reciente aprobación por parte de la Comisión Europea de la Retail Investment Strategy, que finalmente no incorpora de manera expresa un veto total a los incentivos en la venta de productos de inversión, pero sí una prohibición específica en las transacciones que no conllevan asesoramiento.

A su juicio, significa una reforma de "extraordinario calado" que "no está exenta de dificultad a la hora de realizar el cálculo del coste de los productos", una "tarea compleja" ya que "los comercializadores deberían cobrar un precio explícito al inversor o cambiar el modelo de distribución: de uno de recepción y transmisión de órdenes a otro de asesoramiento, si quieren seguir percibiendo retrocesiones", uno de los temas más relevantes para Europa, según Buenaventura.

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