
La segunda propietaria de salas de cine más grande del mundo, Cineworld, no ha sido capaz hasta la fecha de sacar a la compañía de la bancarrota ni de convencer a los accionistas de que su acción puede recuperar en el mercado su antiguo esplendor.
En la primera sesión de la semana Cineworld solicitó la administración del grupo en el Reino Unido que conllevará la transferencia de sus bienes a una sociedad no cotizada. Es decir, Cineworld desaparecerá sobre el parqué tal y como se la conoce a partir de julio, dado que será a partir del mes que viene cuando se realicen los nombramientos de los nuevos administradores del grupo.
La noticia costó a la acción de la compañía, que opera cerca de 10.000 pantallas de cine, una caída del 20% este lunes, hasta los 55 peniques por acción. Sin embargo, el recorte de su valor en bolsa viene de más lejos. Cineworld ostentó un precio por acción de 180 libras esterlinas antes del estallido de la pandemia en marzo de 2020 con lo que ha perdido más de un 99,5% de su valor en menos de cuatro años.
Fueron los confinamientos y el cierre de salas de proyección en la mayor parte de las geografías en las que tiene presencia las causas que provocaron la caída de ingresos de la multinacional y el aumento de su deuda hasta el punto de ser insostenible y declararse en bancarrota en Estados Unidos (lo hizo en septiembre del año pasado). Desde entonces, y ante la imposibilidad de la compañía de captar nuevos acreedores que permitieran refinanciar su deuda, los inversores perdieron la confianza en que la acción pudiera recuperarse a niveles previos al coronavirus.
Todo apunta a que los activos de la compañía pasarán a formar parte de Crown UK Holdco, una sociedad limitada británica no cotizada, según recoge Bloomberg, y donde tendrán el control los acreedores de la cadena de cines. Así, se espera que el nuevo plan de reestructuración (que contaría con el respaldo de los prestamistas con la mayoría de la deuda con vencimiento a largo plazo) permita a la operadora de salas de cine reducir su deuda, que supera los 4,500 millones de dólares según los últimos resultados presentados. Además, la propia compañía explicó que su salida del parqué londinense no supondrá el cierre de salas que tiene en más de diez países y que superan los 750 establecimientos.