
El debate sobre la inteligencia artificial (IA) lleva activo varios años antes del reciente revuelo mediático y político generado por ChatGPT, uno de sus retoños más accesibles al gran público. La carrera para desarrollar los sistemas de inteligencia artificial más avanzados y efectivos está en pleno apogeo, y una de las formas más prometedoras de lograr este objetivo es utilizar la computación cuántica.
Según un informe reciente de McKinsey & Partners, la computación cuántica tendrá un valor de mercado global de 1 billón de dólares en 2035. Morgan Stanley prevé que se podría alcanzar esa cifra ya en 2028. La consultora también considera que los primeros sectores en beneficiarse de la computación cuántica serán las finanzas, la logística y la fabricación avanzada y que podría haber entre 2.000 y 5.000 computadoras cuánticas en el mundo en 2030.
Un mercado jugosísimo no exento de conflictos geopolíticos. Los diplomáticos europeos dijeron en marzo de 2021 que Thierry Breton, el comisionado de la UE para el mercado interno, estaba presionando a los miembros de la Unión para tratar de excluir a terceros países de los proyectos de computación cuántica. Suiza, el Reino Unido e Israel se encuentran entre los países afectados. Se dice que la Comisión tiene especial miedo de poner en peligro los intereses estratégicos europeos.
Si bien hay muchos países y empresas interesadas en este campo, hay algunos que están claramente a la cabeza. China fue uno de los primeros países en interesarse en el campo de la computación cuántica; lanzó el primer satélite cuántico en 2016. Al reconocer el potencial estratégico de la ciencia cuántica, Estados Unidos, Alemania, Rusia, India y la Unión Europea han intensificado sus esfuerzos en computación cuántica.
En cuanto a compañías, IBM es una de las pioneras en el campo de la computación cuántica. En enero de 2019 presentó IBM Q System One, el primer sistema informático cuántico aproximado universal integrado del mundo diseñado para uso científico y comercial. Ese mismo año, Google reclamó la supremacía cuántica, un término acuñado en 2012 por John Preskill. Por su parte, Honeywell (cuidado con su calificación ESG) está desafiando a ambas en este contexto: anuncia el lanzamiento dentro de tres meses de un ordenador cuántico dos veces más potente que el último dispositivo desarrollado por IBM, que pondrá a disposición de sus clientes a través de la plataforma en la nube de Microsoft Azure.
Amazon lanzó a finales de 2019 su servicio Amazon Braket, que permite construir y probar circuitos en un entorno simulado y luego ejecutarlos en una computadora cuántica real. Otro nombre a tener en cuenta es D-Wave (no cotiza en bolsa). Es el primer proveedor comercial del mundo de computadoras cuánticas y sus sistemas son utilizados por organizaciones como NEC, Volkswagen, DENSO o Lockheed Martin. En febrero de 2019, presentó una vista previa de su plataforma de computación cuántica de próxima generación, que integra hardware, software y herramientas para acelerar y facilitar las aplicaciones de computación cuántica.
Casi al mismo tiempo, Intel presentó el primer chip de control criogénico de su tipo, con nombre en código Horse Ridge, que acelerará el desarrollo de sistemas de computación cuántica de pila completa. Otras empresas como Microsoft, Alibaba, Tencent, Nokia, Airbus, HP, AT&T, Toshiba, Mitsubishi, SK Telecom, Raytheon, Lockheed Martin, Righetti, Biogen, Volkswagen y Amgen están investigando y trabajando en aplicaciones de computación cuántica.
Seamos realistas: sin computación cuántica no puede haber progreso en inteligencia artificial. Los dos temas van de la mano. Es recomendable seguirla de cerca al configurar nuestras carteras de inversión.