La decisión de UBS de quedarse con el negocio de gestión patrimonial de Credit Suisse en España abre interrogantes sobre las cláusulas de no competencia que firmó en su momento con Singular Bank, el banco fundado por Javier Marín junto a la firma de capital privado Warburg Pincus. Según publicó Invertia en su momento, la entidad suiza se aferraría a determinadas excepciones que, a su juicio, permitirían realizar la operación sin incurrir en ningún impedimento contractual, como que el negocio local de banca privada genere unos ingresos menores del 5% sobre los ingresos totales de la entidad resultante de la integración de UBS y Credit Suisse a nivel global. O que se inicie un proceso de venta, anunciado en los seis meses siguientes a la fusión, como un proceso formal o un acuerdo de adquisición vinculante con un tercero por esta parte del negocio.
En Singular Bank han advertido que las cláusulas están firmadas para garantizar la viabilidad de la adquisición del negocio de banca privada de UBS España. Pero el paso dado por esta firma suiza tras la integración sobrevenida de Credit Suisse significa iniciar una batalla legal. La retirada de dinero y la fuga de clientes desde que se conoció la debacle de los CoCos y el proceso posterior de integración dejaba poco margen de actuación a los nuevos responsable del banco suizo, que se han visto en la necesidad de poner un dique de contención ante el goteo de banqueros que han decidido marcharse a la competencia ante el ruido que genera una operación de integración que puede dilatarse fácilmente hasta cuatro años.
El plan de UBS de aplicar esas supuestas excepciones a las cláusulas de no competencia para quedarse con el negocio de Credit Suisse en España, pese a que signifique iniciar una disputa jurídica con la firma de Marín, permite ganar tiempo a la hora de reordenar su negocio de gestión patrimonial y reflotar su precio de venta en el caso de que en el futuro decidiera, finalmente, desprenderse de él, una pieza muy codiciada por competidores interesados en ganar volumen, en un momento de movimientos corporativos en el sector de banca privada.
Y quien más puede perder en este embrollo es Singular, un banco que ya debió afrontar la salida de clientes y banqueros de UBS cuando adquirió su negocio patrimonial en España, ante la sensación de que bajaban algún peldaño en el escalafón de marcas, un valor intangible muy susceptible en el elitista mundo de la banca privada. Cómo resuelvan sus diferencias contractuales Marín y UBS incidirá en un negocio que se mueve tan rápido como el traspaso de dinero de sus clientes.