
El precio del petróleo cae un 12% en 2023 y se está contagiando a las previsiones de ganancias de las empresas del sector. El barril Brent empezó el ejercicio en los 86 dólares, y poco a poco ha ido perdiendo fuelle hasta los 76 dólares actuales. El frenazo económico que se está produciendo en el año está pesando en uno de los activos más cíclicos del mercado, y sus consecuencias también se están dejando notar en renta variable: las grandes petroleras no están pasando por un buen año en bolsa, contagiadas por el retroceso que están viviendo los precios del petróleo.
Los descensos en el parqué encajan con el escenario que manejan los analistas para los beneficios de estas compañías. Desde que empezó el año, la previsión de ganancias de las 35 compañías cotizadas más grandes del sector (las firmas integradas, no rusas, y con al menos 1.000 millones de euros en capitalización bursátil) se ha recortado un 16%, pasando de los 222.830 millones de euros entre todas, hasta los 186.675 millones.
Además, la debilidad del sector no se limitará a 2023 ya que, según el consenso de analistas que recoge FactSet, el beneficio de este grupo de compañías continuará cayendo en 2024, un 4,5%, frente a las previsiones más actuales de los analistas, dejando el beneficio conjunto en los 178.226 millones de euros.
Menos demanda y más oferta
Las caídas del petróleo comenzaron hace meses, cuando empezaron a aumentar las voces que avisaban de la posibilidad de que llegase una recesión mundial. Después de las inyecciones billonarias de estímulos que se implementaron por la crisis del Covid, la retirada de las mismas, con subidas de tipos y reducción de los balances de activos de los bancos centrales, sentaron como un jarro de agua fría al petróleo, uno de los activos más cíclicos que se encuentra en el mercado.
El miedo a una caída de la demanda de crudo ha presionado a los precios a la baja, mientras que los principales productores del recurso energético se están viendo incapaces de incrementar los precios con sus políticas. La Organización de Países Exportadores de Petróleo y sus socios externos, el cártel conocido como OPEP+, anunciaron en abril una ampliación del recorte de producción que ya habían acordado en 2022, llevándolo hasta los 3,66 millones de barriles diarios, en torno al 4% de la demanda mundial de crudo, según los cálculos de Reuters.
Con estas cifras sobre la mesa, muchos analistas pronosticaron un repunte en los precios del crudo, algo que, sin embargo, no se ha producido en este periodo: desde el 2 de abril, el precio del barril de petróleo europeo retrocede más de un 9% en el parqué. En el último informe mensual de la Agencia Internacional de la Energía (IEA, por sus siglas en inglés), la agencia asegura que Rusia no está llevando a cabo los recortes de producción a los que se ha comprometido en el pacto, algo que puede explicar parte de la debilidad que están viviendo los precios en los últimos meses.
De hecho, lejos de recortar la oferta (Rusia se comprometió a reducirla en 500.000 barriles diarios), el país habría alcanzado en las últimas semanas niveles de exportación de petróleo no vistos desde antes del comienzo de la Guerra de Ucrania.
Repsol evita del deterioro
32 de las 35 firmas cotizadas más grandes del sector han visto cómo los analistas recortan su previsión de beneficio desde enero, y una de las tres compañías que han conseguido evitarlo es Repsol, la única firma española de la tabla. Los analistas han mejorado un 6,9% la previsión de ganancias para la empresa española desde el primer día del ejercicio, pasando de los 4.488 millones que esperaban en enero, hasta los 4.796 millones que estiman en este momento.
Repsol cuenta con un negocio diversificado que puede haber ayudado a capear el deterioro de la estimación de beneficios que está sufriendo el sector. Ahora está inmersa en un proceso de transición hacia la producción de energía con fuentes renovables, además de que una gran parte de su negocio no es sólo el del petróleo, ya que también tiene una fuerte exposición al negocio del gas.
El resto de gigantes del sector, como las estadounidenses Exxon Mobil y Chevron, y las europeas Shell, TotalEnergies y BP, han experimentado deterioro en sus previsiones de ganancias, del 9%, 13%, 11%, 16% y 10%, respectivamente.
A pesar del recorte en las previsiones de beneficios para este año, las grandes petroleras integradas siguen teniendo recomendación de compra para los analistas: 21 cuentan con ella, 13 son un mantener, y solo una es una venta.