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Una oleada de nuevas 'criptomonedas meme' atasca el 'blockchain' de bitcoin y dispara las comisiones

  • Binance se ha visto obligada a parar dos veces las retiradas
Foto: Dreamstime

Una de las promesas clave del bitcoin era que permitiría hacer transacciones inmediatas y sin comisiones. Pero las últimas 24 horas han visto todo lo contrario: la cadena de bloques de la criptomoneda original ha sufrido un colapso sin precedentes, con casi medio millón de operaciones 'atascadas' y comisiones disparadas para los que quieran saltarse la cola. La casa de cambios Binance ha tenido que suspender dos veces las retiradas de bitcoins ante la parálisis del sistema, sobrepasado por un 'tsunami' de operaciones nuevas.

La clave del problema está en una reciente innovación de bitcoin. Esta criptomoneda, la primera en desarrollarse, solo permite operar en su 'blockchain' con sus propios bitcoins. Más adelante, sus rivales, con Ethereum a la cabeza, permitieron a los usuarios crear sus propias criptomonedas y registrarlas en la misma cadena, sin tener que generar una nueva, usando los llamados 'contratos inteligentes'. Así, Ethereum tiene miles de criptomonedas, NFTs y tokens similares dentro de su propio ecosistema. Bitcoin, sin embargo, tiene una 'blockchain' cerrada por sus limitaciones de diseño.

El pasado mes de enero, sin embargo, se lanzó Ordinals, un mecanismo que permite marcar los satoshis, o 'céntimos' del bitcoin (en concreto, cada satoshi equivale a 0,000000001 bitcoins), para convertirlos así en un NFT o una criptomoneda nueva. Algo parecido a estampar un sello en las monedas de céntimo y declarar que son una divisa distinta y única.

El sistema ha sido un éxito y ha disparado la demanda de cada uno de estos satoshis 'sellados': según Dune Analytics, ya hay más de 4,5 millones de Ordinals en circulación, cuyo valor está creciendo muy por encima del que tendrían, proporcionalmente, si cotizaran como bitcoins normales. Y la aparición de criptomonedas 'meme' usando ese mecanismo, como Pepe u Ordi, han creado una nueva manía para hacerse con las primeras unidades y ganar dinero revendiéndoselas a los nuevos compradores.

Este nuevo 'boom', sin embargo, no contaba con un problema: la cadena de bloques del bitcoin, diseñada hace dos décadas con unos estándares muy diferentes a los de hoy en día, es incapaz de soportar esa oleada de usuarios nuevos. Esa 'blockchain' solo puede soportar una media de 7 operaciones por segundo. Las que sobrepasan esa cantidad van a una cola, a la espera de ser procesadas más tarde. Y esa cola se ha atascado a niveles insospechados: en dos semanas, las operaciones pendientes han pasado de estar por debajo de 50.000 a superar las 400.000, y en las últimas horas han llegado a rondar el medio millón.

La situación está golpeando también a los usuarios en el bolsillo. Para saltarse la cola, los usuarios tienen que pagar una comisión a los llamados mineros, las personas que procesan las operaciones y añaden nuevos bloques a la 'blockchain'. Y esas comisiones se han disparado: las operaciones pendientes han llegado a suponer 96.000 bitcoins de comisiones acumuladas, más de 2.400 millones de euros. La comisión media para procesar una sola operación superó los 20 dólares en el peor momento de la noche del domingo al lunes, con picos superiores a los 100 dólares por operación.

La casa de cambios Binance, una de las más grandes del mundo, se ha visto obligada a parar las operaciones de compraventa en su plataforma dos veces en las últimas horas ante la locura de precios. Las comisiones que pedía a sus usuarios eran mucho menores de las que exigían los mineros, por lo que la empresa tenía que elegir entre pagar ella la diferencia, o dejar a sus clientes en la cola infinita. La solución ha sido "reemplazar las operaciones pendientes por otras con comisiones más altas", ha anunciado la compañía al reabrir el sistema.

La única escapatoria sería que el ecosistema de bitcoin acordara ampliar el tamaño de los bloques para permitir que se procesen más operaciones por segundo, como hacen otras criptomonedas o llevan décadas haciendo las firmas de procesamiento de pagos, como Visa o Mastercard. De lo contrario, la única solución es que las comisiones suban tanto que acaben ahuyentando a los usuarios y enfríen el 'boom'. Lo que está claro es que la promesa de convertirse en una alternativa al sistema bancario mundial acaba de sufrir un nuevo golpe.

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