
Los ritmos de los diferentes bancos centrales están siendo los grandes catalizadores en el mercado de divisas durante los últimos meses. La crisis bancaria que se inició con la quiebra del SVB hizo saltar las alarmas en la Reserva Federal, donde se llegó a descontar no solo que frenaran en seco las subidas de tipos sino que incluso pudiéramos ver varias bajadas antes de terminar el año.
Esto provocó automáticamente que el dólar comenzara a perder tracción frente a sus principales pares. De hecho, desde el 9 de marzo, fecha en la que comenzó esta crisis bancaria al otro lado del Atlántico, el Bloomberg Dollar Index (que mide el comportamiento del dólar frente a una cesta de sus pares más operados), se deja casi un 3%, llegando a rozar los mínimos del año.
Sin embargo, una vez se ha tranquilizado la situación, los inversores se han vuelto a posicionar a favor de, al menos, una subida más de tipos de 25 puntos por parte de la Reserva Federal, que los situaría en el 5%. Esto ha hecho que los hedge funds, o fondos de cobertura, hayan girado sus apuestas y se hayan puesto largos de dólar frente al resto de principales divisas, según recogen los datos de Bloomberg. Es decir, si se suman las posiciones netas alcistas y bajistas frente a todo este conjunto de monedas, es la primera vez que estaría en positivo desde enero de 2022, cuando el euro estaba en los 1,15 dólares (desde ahí comenzó una gran apreciación del dólar que llegó a la paridad en agosto).
Estos fondos, que juegan también con el apalancamiento, van en contra del consenso, el cual estima precisamente que divisas como el euro acabarán el año por encima de los niveles actuales. Además del propio mensaje sobre la Fed, el pasado viernes también jugó un papel relevante sobre la apreciación del billete verde los buenos datos macro y el dato de inflación de marzo, menor de lo previsto. Hay que recordar que el dólar acumula ya cinco semanas consecutivas en negativo, su racha más larga de pérdidas desde julio de 2020.