La remuneración de los depósitos no despega en España a pesar de que los bancos continúan aumentando el interés que cobran por sus préstamos calcando el ritmo de la subida de los tipos de interés, que ya se han colocado en la zona euro en el 3,5%. La cuestión es que, a pesar de las críticas al sector, quizás la banca no tenga capacidad de ofrecer una rentabilidad mucho más elevada a sus clientes por depositar allí su dinero. Según cálculos elaborados por elEconomista.es acorde a fuentes financieras, la banca española podría llegar a pagar por sus depósitos un máximo del 1,15% en los próximos doce meses sin dejar de ser rentable. ¿De dónde sale esta cifra? La banca suma un 3% por el impacto que ha tenido la subida del precio del dinero en la concesión de créditos, pero a ello hay que restar 60 puntos básicos por morosidad, otros 50 por el coste de los depósitos a empresas, 15 ante el final del programa TLTRO, otros 10 puntos por el impuesto a la banca y 50 puntos menos si la banca pretende mantener su rentabilidad sobre el capital por encima del 10%.
A cierre de enero, según datos del Banco de España, el tipo medio ponderado de un depósito se situaba en el 0,59%, inferior al 0,64% de cierre de 2022, pero que multiplica por seis veces el 0,09% que se ofrecía en julio del año pasado, coincidiendo con la primera subida de tipos en la eurozona. Por depósitos de entre uno y dos años, la banca está ofreciendo a particulares un interés medio del 1,24%. No solo es llamativo por lo poco que remuneran en comparación con el coste de las hipotecas -con un tipo medio el pasado mes de diciembre del 2,25% en el mercado o con las Letras del Tesoro, que se han colocado la última semana en niveles del 2,67%-, sino que también contrasta con la remuneración media de los bancos europeos, que supera el 1,5% para depósitos a un año. Y esta es una rentabilidad que puede que el cliente nacional no vea pasar por delante de sus ojos a lo largo de todo el año.

El 'techo' de los depósitos
La banca española argumenta desde hace meses que el pasivo se irá remunerando según vaya rotando la rentabilidad de su cartera de renta fija, con bonos de gobiernos en su mayor parte. Pero, haciendo números, se antoja difícil que las entidades puedan superar rentabilidades medias del 1,15% en el corto plazo aun a pesar de contar con un importantísimo viento de cola como es la subida de tipos que les repercutirá en márgenes de intereses un 40% superiores en dos años.
Dentro de la cartera de créditos, que se estima en unos 1,39 billones de euros, por la parte positiva, aquella que suma a favor de, la banca contará, como se ha mencionado, con mayores ingresos por el alza del activo (hipotecas y préstamos al consumo, fundamentalmente), además de la repreciación de la cartera de deuda -que se realiza de forma mucho más paulatina si se compara con la subida de los créditos-. Solo la ola del alza de tipos aporta un 4% de remuneración en bruto si se tiene en cuenta la diferencia entre el tipo de referencia en la zona euro en el verano pasado, en el -0,5%, hasta el 3,5% actual. Son 400 puntos básicos de diferencia. El sector calcula que los créditos se han repreciado en unos 300 puntos básicos.
JP Morgan calcula que los activos dudosos crecerán un 8% este año en las firmas nacionales
Pero también hay que tener en cuenta el más que probable alza de la morosidad, aún en mínimos históricos, que restaría 0,6 puntos porcentuales al 3% que aporta en limpio el aumento del coste de los préstamos. Los activos dudosos aumentarán, según apuntan distintas casas de análisis. El propio Banco de España lleva meses aconsejando al sector incrementar sus provisiones ante esta posibilidad. "A pesar de que los bancos españoles no ven deterioro en el activo, ni siquiera señales de alarma en la parte del consumo [que es la más débil en casos de crisis económica y la primera en advertir la situación], es verdad que tarda algunos trimestres en que estos primeros síntomas se traduzcan en niveles de NPL [activos de dudoso cobro, en sus siglas en inglés] más elevados. Nuestra impresión es que el coste del riesgo podría sorprender al alza en 2023", sugiere JP Morgan.
Los impagos aumentarán en todos los bancos, según sus previsiones, frente a la caída de 2022 que fue del 5,1% entre los bancos cotizados -sin incluir a Unicaja-. En 2023 los activos de dudoso cobro repuntarán un 8% -especialmente en Santander, con casi un 16%, y Bankinter, con un 7,9%- y lo harán todavía más en 2024, con un 9,6% -donde el mayor perjudicado será BBVA (un 19% más)-.
Por la parte que resta en el pasivo los bancos deben asumir el coste de retribuir los depósitos de las empresas y grandes patrimonios, a un tipo medio del 2%. Esto supone 0,5 puntos porcentuales a restar sobre el 3% que aporta el alza de los tipos. Además habría que considerar otros costes para los bancos como el impuesto que deben pagar al Gobierno, el fin del programa TLTRO del Banco Central Europeo (BCE) y la necesidad de mantener su propia rentabilidad (ROE, por sus siglas en inglés) por encima del 10%, para cubrir, como mínimo, el coste del capital. Esto se fija, según fuentes del sector, en los 75 puntos básicos aproximadamente, que también merman la remuneración de los depósitos a los hogares.
Desde Goldman Sachs apuntan a las mayores necesidades de capital CET1 del sector después del escándalo que ha generado Credit Suisse con sus bonos AT1, conocidos como CoCos, que todavía hoy cuentan para el cálculo del capital de primera calidad. Según la firma de análisis, la banca tiene dos opciones para generar más capital CET1: "endurecer sus condiciones crediticias [algo que ya se está produciendo] o reducir la distribución de capital", lo que implica, sencillamente, menos dividendo.