Acerinox marcó un segundo año de récord en sus beneficios a sabiendas de que el ciclo vivía sus últimos compases. De cara al futuro su consejero delegado, Bernardo Velázquez, prevé una normalización de inventarios y de ventas, con un ebitda al alza gracias a la tendencia a recuperar las producciones a nivel local después de años de crisis en los suministros. La compañía aumentó su retribución al accionista hasta los 0,60 euros con cargo a 2022 y se plantea un suelo en sus pagos de 150 millones de euros por año en adelante.
¿Qué resumen haría de un segundo año de beneficio histórico? ¿Y, sobre todo, qué sucedió en el cuarto trimestre para que se produjera ese cambio en el ciclo?
Es cierto que hemos tenido récord de beneficios dos años seguidos, pero en octubre de 2021 ya previmos un cambio de ciclo para junio de 2022, porque era evidente. Para que se entienda lo sucedido en el cuarto trimestre [con pérdidas de 185 millones], hay que entender el cambio que se produjo de marzo/abril de 2022, cuando todavía había sensación de que faltaba material, a mayo/junio cuando se empezó a hablar de recesión. A todos los distribuidores que anticipan estas situaciones lo que les parecía poco en marzo, pasó a ser ya mucho en junio; con lo cual se empiezan a parar los mercados, a vender menos y esto nos lleva a un cuarto trimestre de corrección. Nosotros tenemos que cumplir con nuestra obligación de generar caja para pagar dividendos e inversiones, con lo cual paramos las producciones y tenemos como resultado un año bien medido, con un buen manejo del circulante. Por eso en el cuarto trimestre los resultados fueron más pobres. Somos prudentes y hemos provisionado 98 millones de euros.
2022 fue un año complicado porque, además de los problemas aparentes de suministro, se sumó un precio de la energía disparado. ¿Cuántas veces llegaron a parar la producción durante el año pasado?
El mundo está muy diferenciado. En Europa estuvimos parados en febrero/marzo por las huelgas del sector metálico de Cádiz. La segunda paralización se produjo a raíz de la subida de los precios de la energía, que cuando pasaba de determinados euros/megavatio parábamos. En el cuarto trimestre solo cumplimos con los compromisos que teníamos con nuestros clientes, no cogimos nuevos pedidos, para regularizar nuestros stocks. No se puede poner un precio a un pedido si no sabes lo que te va a costar la energía eléctrica o el gas. Pero nos van bien las cosas porque hay que considerar que ahora [aun a pesar de todos estos condicionantes] el ebitda valle del trimestre es de 90 millones, que se compara con el mejor trimestre que teníamos previo al Covid, en 2019/2020. El problema es que está muy desbalanceado. Con VDM Metals [adquirida en 2020] ha habido un acierto pleno, batió récord de producción el año pasado. Probablemente somos el productor de acero con el portfolio más grande de productos en el mercado y eso nos permite acceder a muchos clientes. Hemos ganado 122 clientes nuevos en tres años. Como compañía global VDM tiene 13.000 clientes, de los que 5.000 son clientes activos, de proyectos muy específicos, que siempre dejan mayor margen. Representa un 10% sobre el ebitda ante un beneficio histórico.
Al ser una firma cíclica, el consenso da por hecho que 2023 no volverá a ser un año de beneficio histórico.
2022 ha sido un año excepcional. Y ahora me atrevo a pensar que para Acerinox un reto tiene que ser llegar a un ebitda de 1.000 millones de euros. ¿Cómo vemos ahora las cosas? Todas las disrupciones de la cadena de suministro, empezando con la avería del barco en el Canal de Suez, el Covid, la guerra en Ucrania… La tendencia de las empresas es a diversificar y a acercar parte del suministro lo que significa que nuestros clientes tradicionales van a comprar más localmente y nosotros subiremos las producciones. De alguna manera, vamos a competir todos [frente al dumping de China, entre otros motivos] en una mayor igualdad de condiciones y los fabricantes europeos tendremos más mercado y eso se va a reflejar en una mejora de nuestro ebitda.
"Distribuiremos 150 millones de euros al año entre los accionistas"
Hablando por regiones, ¿diría que el disparatado precio de la energía en Acerinox Europa (en Los Barrios, Cádiz) ha desequilibrado más la balanza en favor de EEUU?
Completamente. Nos ha penalizado en más de 200 millones de euros nuestras cuentas el precio de la electricidad y del gas en España, algo que no ha pasado en EEUU.
¿Esto hace que deje de ser rentable producir en Cádiz?
Estamos trabajando en la rentabilidad de la fábrica. Depende del umbral porque a 250 euros el megavatio/hora no tiene sentido. Pero no pensamos que sea una situación estructural. El tema de la fijación del precio de la electricidad hay que replanteárselo, más en España porque somos isla energética, aunque entiendo que es una cuestión también europea. Teniendo récord de beneficios poner el acento sobre estos temas puede parecer frívolo, pero no es así. El dinero no se ha ganado en España. Los grupos multinacionales a la hora de decidir sus inversiones ponen en competencia a todas las unidades y en estas inversiones de crecimiento ves las diferentes posibilidades que existen, el retorno que ofrecen, porque nuestra capacidad de inversión no es ilimitada. EEUU cumple con los requisitos y hemos decidido invertir allí 250 millones de dólares para ampliar la producción casi un 20%. Esto no sucede en Algeciras donde ahora mismo no se puede pensar en invertir en crecimiento, aunque sí seguimos haciéndolo en mantenimiento, descarbonización, etcétera.
Con un aumento de los gastos de explotación del 33%, ¿cuánto han subido los precios el año pasado para tener beneficio histórico?
La subida de precios se ha producido sobre todo en EEUU. En Europa compensamos el coste de la energía con los precios durante la primera mitad del año, pero no ha sido así en la segunda.
¿Dónde está ahora la curva de precios respecto al pico que tocó el año pasado?
Ese pico de precio fue en mayo del año pasado y desde entonces ha bajado mucho. En este momento, el precio está más bajo de lo que estaba preCovid, pero no se puede considerar como un precio de mercado porque ahora mismo está corrigiendo. Nos situaremos un poco por encima de donde estábamos antes del Covid por las medidas de regionalización cuando se normalice el mercado.
"No está encima de la mesa cotizar en EEUU ni tampoco con un ADR"
De cara a 2023, ¿qué se espera? Frente a las estimaciones de hace tres meses, ¿se está valorando mejor lo que queda de año?
No ha habido grandes cambios en la economía dentro de nuestro sector. Nuestro mercado está sufriendo más una corrección de inventarios que una crisis de consumo. Vemos en nuestros consumidores finales que se están repitiendo las cifras del año pasado de consumo con mayor o menor certidumbre. Por ejemplo, en EEUU a los clientes que les ofrecimos trabajar a corto plazo por la falta de visibilidad, finalmente, han apostado por contratos a más largo plazo. En Europa se sigue trabajando día a día, nadie es capaz de apostar por lo que va a ser el año 2023. Sin embargo, la suma de los pedidos mensuales da la misma cifra que teníamos antes. Pensamos que cuando se estabilicen los inventarios tendremos una situación más normalizada. Nuestra previsión es que las situaciones normales de ahora en adelante sean mejores que las situaciones normales de unos años atrás. O que nuestro ebitda medio del ciclo mejore con respecto a lo que teníamos antes.
¿Y cuándo está previsto que se normalicen esos inventarios?
En el segundo trimestre del año. Y luego trabajaremos producciones al ritmo del consumo.
Estados Unidos
La tendencia es clara. Acerinox crece cada vez más en EEUU, con precios de la energía contenidos y un mayor potencial de crecimiento. Su fábrica de Kentucky (North American Stainless, NAS) supone ya el 50% de las ventas y más del 60% del beneficio del grupo. "La fábrica de EEUU ya es más grande que la de Algeciras y, además, los precios allí son superiores con lo cual la facturación es mayor y los beneficios son mayores", afirma Bernardo Velázquez, durante la entrevista. Sostiene que el 20% que se añadirá de producción a la fábrica de Kentucky tras realizar una inversión este año prevista de 250 millones de dólares se materializará en un periodo de tres años.
Por otro lado, y a raíz de la polémica que levantó Ferrovial al anunciar su marcha a Países Bajos con el objetivo final de cotizar en EEUU, Velázquez reconoce que "nunca se han planteado tener un ADR allí. Cotizar en EEUU tampoco lo tenemos encima de la mesa ni lo hemos tenido de una manera seria. Es cierto que podemos comentar que cada vez somos más americanos, somos más líderes en su mercado que en el europeo. Más del 50% del acero inoxidable que se funde en Norteamérica es nuestro. Lo que pasa es que cuando intentas explicarles a los inversores americanos que tú también lo eres no se lo creen mucho porque la liquidez de la bolsa española es mucho menor que la de la bolsa estadounidense. Además, vemos que las compañías americanas están cotizando a 8/9 veces ebitda y nosotros aquí estamos por debajo de 2 veces ebitda. Si yo tomara como referencia los cuatro últimos años que incluye dos de ebitda de 370 millones [más estos dos años que han sido extraordinarios], si los llevo a un ev/ebitda de 8 veces la acción tendría que estar cotizando en 20 euros. La pregunta que me haces no la tenemos encima de la mesa, pero a lo mejor habría que pensar en que se conectaran todas las bolsas europeas y que Iberclear estuviera junto con Euroclear y que tuviéramos una bolsa con más liquidez, más grande y que pudiera tener conexiones con EEUU. Yo creo que nos tiene que hacer pensar", concluye el consejero delegado.
Dividendo
Acerinox redujo la deuda neta un 24% en 2022, hasta los 440 millones de euros, lo que representa 0,34 veces el ebitda. Y esta cifra es clave porque está vinculado a la retribución al accionista, ya que la compañía sostiene que mantener esta ratio por debajo de las 1,2 veces le permite, llegado el caso, implementar recomprar de acciones o, como ha sucedido con cargo a los resultados de 2022 aumentar el dividendo. En este caso, la subida ha sido de 0,5 a 0,6 euros brutos por acción.
"Nuestra obligación es reducir la deuda y eso después de haber aumentado mucho la retribución al accionista. Tenemos unas ideas muy claras. Cuáles son las inversiones recurrentes que tenemos que hacer todos los años para mantener los equipos en buen estado; más la parte de descarbonización y digitalización. A esto le sumas el aumento que hemos realizado en la retribución al accionista, son unos 150 millones de euros al año, y luego tenemos algunos proyectos extraordinarios que tenemos y debemos abordar como el de EEUU cada cierto tiempo haciendo inversiones en crecimiento. Con esto tenemos una deuda que nos permite vivir muy cómodos", afirma Velázquez.
"Si encontramos algo bueno para comprar, como nos pasó con VDM Metals, tenemos una buena situación para afrontarlo y, mientras tanto, con la deuda en mínimos y la situación así nos lo permite (lo normal es que a través del ciclo sea así) aprovecharemos para recomprar acciones. El cambio de política que pensábamos hacer es que si hasta ahora hemos tenido un dividendo fijo de 0,5 euros y si disminuíamos el número de acciones también disminuíamos la retribución [en millones de euros], ahora lo estamos enfocando de otra manera. Hemos subido a 0,6 euros, lo cual nos supone más o menos 150 millones de euros al año y si hacemos recompras de acciones, mantendremos ese suelo". Acerinox no se compromete con nuevos buybacks, pero sí con ese suelo de 150 millones de euros. "Si se dan nuevas recompras finalmente, iremos subiendo poco a poco el dividendo por acción", afirma por el hecho de tener el mismo importe a repartir entre un menor número de acciones tras amortizar las recompras.