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Los tipos no hacen saltar las alarmas: más subidas que bajadas de 'ratings' este año

  • La rentabilidad media del bono corporativo roza el 6%
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Independientemente del perfil inversor, este año se están teniendo que soportar fuertes pérdidas tanto en renta variable como en renta fija. Dentro de esta última, está siendo un año históricamente malo provocado por la acelerada subida de tipos que los bancos centrales han tenido que iniciar para intentar frenar la subida de los precios.

Esto ha tenido un efecto casi inmediato en el mercado de bonos, tanto soberanos como corporativos y es que las empresas también están teniendo que pagar muchos más intereses para financiarse. Este entorno de mayores tipos de interés podría ser un riesgo para la propia calificación crediticia de las compañías.

Sin embargo, según los datos de la agencia S&P, tanto en Norteamérica como en Europa Occidental se han dado más mejoras de ratings que rebajas en lo que va de año; si bien es cierto que mirando los datos de los últimos dos meses la tendencia se ha venido invirtiendo. En todo caso, no se han encendido, todavía, las alarmas en este sentido, como sí lo hicieron en 2020 tras el shock provocado por la pandemia y que dejó cinco rebajas por cada subida al otro lado del Atlántico y una proporción incluso peor en el Viejo Continente.

Desde la agencia de calificación explican que "el cierre total del Nord Stream 1 en septiembre ha intensificado la presión de costes en Europa, especialmente entre las utilities pero también en cualquier sector muy expuesto a los precios de la energía".

"Las agencias de rating suelen ir por detrás del mercado y a veces ante escenarios macro adversos, sí que se ponen la venda antes de la herida, pero en este caso no prevemos tensiones por esta parte", explica Rafael Valera, consejero delegado y gestor de Buy & Hold. "A consecuencia de la subida de tipos, la inversión en crédito ha ganado mucho atractivo, incluso sin necesidad de mirar los ratings porque la correlación del crédito es muy alta con la renta variable y, cuando esta cae, las primas de riesgo se disparan", añade el experto.

Si se atiende a los datos de Barclays sobre renta fija corporativa global, la rentabilidad exigida a este tipo de bonos, de media, se sitúa sobre el 5,9% anual, la máxima vista desde 2009. Otra cosa importante es mirar los vencimientos próximos, que serán los momentos clave para refinanciar esas emisiones pasadas con intereses bajos y que, por lo tanto, provocarán importantes subidas de los costes de financiación. En este sentido, en los próximos 18 meses solo vence el 12% de la deuda emitida. Un total de 2,7 billones de dólares. En los próximos tres años, la proporción de pasivo que madura es el 28%, del cual el 20%, solo una quinta parte, tiene actualmente la calificación de bono basura. "Las telecos y los medios de comunicación son los que tienen una mayor proporción de deuda basura que vence en 2023", advierten desde la agencia.

"En ese proceso de incremento de diferenciales, proporcionalmente hablando, ha ganado más atractivo la deuda con grado de inversión que el high yield, ya que se encuentran rendimientos a un año del entorno del 3,5% mientras que a 2 o 3 años puedes obtener un 8% sin salir del grado de inversión", concluye Valera.

Menos emisiones

A diferencia de otros momentos de la historia, en esta crisis las empresas han mostrado una mayor cautela. Este año las emisiones de bonos con grado de inversión han caído un 5% en términos absolutos mientras que la nueva deuda con calificación especulativa es un 81% menos que hace un año, según los datos de S&P. Otra cosa que hay que mirar, además de la propia calificación, es el outlook o perspectiva, que puede ser el indicador adelantado de la tendencia a más corto plazo de esas calificaciones.

En este contexto, las perspectivas negativas han venido bajando en los últimos dos años, pero ahora han comenzado de nuevo a repuntar levemente. Entre el 10% y el 15% de los emisores las reciben. "Los outlooks negativos se han incrementado, indicando que en los próximos meses es más probable encontrar revisiones negativas, causadas por las peores condiciones de financiación; no obstante, las reducidas necesidades de las empresas están limitando el impacto negativo de este factor, aunque en 2023 sí se esperan más emisiones, especialmente de las compañías high yield", apuntan en S&P.

Por sectores, los que están reciben más revisiones negativas son el químico, el de consumo discrecional y el retail mientras que las que aguantan más estables son automovilísticas, telecos y utilities.

Todavía hay más empresas que pasan de bono basura a grado de inversión que viceversa. Las firmas que están a un solo escalón de caer y tienen perspectiva negativa no han cambiado en número en los últimos tres meses. Los sectores que tienen mayores riesgos de tener firmas que pierdan el grado de inversión próximamente son el consumo discrecional, el real estate y las utilities.

La consecuencia última de las rebajas de rating es caer en default o quiebra. No obstante, esta tasa está en zona de mínimos históricos, lo que también es un indicador que refleja la buena salud con la que llegaban los balances a este curso. Los defaults están lentamente volviendo a aparecer en Europa, con dos quiebras durante los primeros días de septiembre y seis desde el comienzo del año, sin contar compañías rusas ni ucranianas.

Buenos datos en España

El punto de partida este año, mirando el apalancamiento de las compañías, es que Europa se acercaba a las dos veces ebitda mientras que Estados Unidos se quedaba en las 1,6 veces en el año del Covid. Ahora, de cara a este año, las previsiones del consenso de FactSet fijan el endeudamiento de ambos índices de referencia (el Stoxx 600 y el S&P 500) ligeramente por encima de los 1,2 veces. España, no obstante, sigue por encima de las 2 veces ebitda (hace dos años superaba las 3 veces).

Sin embargo, esto no ha sido causa de un mayor deterioro de las calificaciones crediticias. De hecho, S&P ha mejorado a 23 compañías mientras que solo ha empeorado a 11. Es decir, más del doble de subidas que de bajadas. Además, de todas esas bajadas, no ha habido ninguna compañía que haya perdido el grado de inversión por el camino (fallen angel) mientras que sí que ha habido una, Abanca, cuya deuda ha pasado de especulativa a la mejor calidad. Es la mejor proporción desde 2019.

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