
La jornada del martes inundó de verde el mercado de la renta fija, con las compras como las principales protagonistas en ambos lados del Atlántico. Un movimiento digno de mención si se tiene en cuenta que la deuda está viviendo en 2022 su peor ejercicio desde que hay registro.
El Bund alemán, que el día 21 alcanzaba máximos de rentabilidad de 11 años, bajaba el martes 16 puntos básicos, que lo dejaba en el entorno de los 2,17%. El bono español, que también tocaba niveles de 2014 el día 21, bajaba 16,9 puntos básicos, que lo dejaban en el entorno del 3,25%. El T-Note americano, por su parte, también bajaba 15 puntos básicos el martes y se quedaba en 4,1%, con datos a media sesión.
Los bonos soberanos a diez años de ambas regiones deben esta tregua a los datos macro que llegan en los últimos días desde la otra parte del charco. Por un lado, la publicación del dato del cambio de precios de las casas (del 1,3%) en Estados Unidos, ya que se trata de la caída intermenual más elevada de toda la historia. Por otro, el fuerte descenso que está registrando el precio del gas natural. Unos datos que animan a los inversores a esperar unas mejores cifras de inflación, lo que se traduce en un gran estímulo para la renta fija.
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