Bolsa, mercados y cotizaciones

Es el momento de entrar en bolsa... poco a poco

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Tener miedo es de prudentes, saberlo vencer es de valientes. Esto asegura el refranero español. Un aforismo al que se están enfrentando los inversores este año, que está dejando pérdidas de doble dígito en los principales índices bursátiles y donde los rendimientos de la renta fija comienzan a convertirse en una buena opción para aquellos de perfil más conservador, una vez que la subida de tipos de interés ha elevado la rentabilidad de la deuda soberana. La lucha contra la inflación se ha convertido en la principal batalla de los bancos centrales y eso implica menor crecimiento y más pesimismo entre los inversores profesionales, como refleja la última encuesta de Bank of America, donde el nivel de liquidez se ha disparado a máximos históricos.

Con este panorama, algo de valentía hay que tener para atreverse a entrar por la puerta de la renta variable. Pero, según una encuesta realizada por elEconomista.es entre 24 firmas de inversión y gestión patrimonial, los expertos recomiendan ir incrementando su peso en las carteras, con aportaciones periódicas que permitan aprovechar posibles correcciones adicionales del mercado.

El cóctel de incertidumbre geopolítica y energética, subidas de tipos y desaceleración del crecimiento no es un escenario muy favorable para los activos de riesgo en el corto plazo, explican los encuestados, pero el foco debería estar más puesto en los beneficios empresariales. "El consenso está todavía posicionado para crecimientos del 12% este año y del 7,5% en 2023, y esto en el escenario actual de condiciones monetarias más restrictivas, de fuerte desaceleración del sector manufacturero y un consumidor más cauteloso, parecen estimaciones muy optimistas. Quizá nos pueda quedar el ajuste a nivel de índices provocado por este motivo, de ajuste a la baja de los beneficios por parte del consenso, pero con una perspectiva de medio y largo plazo pueden ser niveles atractivos de compra", señala Rubén de la Torre, responsable de sostenibilidad de Andbank Wealth Management..

Pero esperar que se produzcan estos ajustes puede llevar al inversor a retrasar su entrada en bolsa, lo que puede ser contraproducente. "En las últimas siete décadas, si los inversores se perdieran los 10 mejores días de rendimiento del S&P500, habrían sacrificado un rendimiento medio del 63% por década. Por lo tanto, somos partidarios de una estrategia de inversión diversificada a largo plazo para la renta variable", subraya Christian Abuide, responsable de asignación de activos de Lombard Odier .

"Los gobiernos europeos están dispuestos a apoyar fiscalmente a la economía, con medidas expansivas e inflacionistas, lo cual no permite que la ley de oferta/demanda permita un ajuste necesario para contener precios. Y mientras no veamos una espiral inflacionista en salarios, y sigamos teniendo unos tipos reales negativos, consideramos que hemos de mantener un posicionamiento ágil y una actitud táctica y oportunista. Siempre haciendo hincapié en la gestión del riesgo, que nos permita beneficiarnos de los episodios de volatilidad cada vez más comunes", advierte Juan Pablo Calle, selector de fondos de Miralta AM. Una opinión que comparten en A&G Banca Privada. "No sabemos si las bolsas habrán hecho suelo ya y, por tanto, estamos en el mejor momento para entrar en renta variable, pero sí que las valoraciones hoy son razonables y las buenas rentabilidades futuras siempre se alcanzan invirtiendo en momentos de incertidumbre como el actual. Las historia de las bolsas nos dicen que después de caídas de la magnitud actual vienen tiempos mejores. Así que pensamos que se debe tener exposición a renta variable, sin comprar agresivamente y consumiendo todo nuestro presupuesto de riesgo, para ir construyendo una cartera que tendrá buenas perspectivas para los próximos años", aconseja Diego Fernández Elices, director de inversiones de la entidad.

Tener un horizonte de inversión a largo plazo facilita esta construcción de la cartera en renta variable, siendo selectivos a la hora de escoger los valores. Beatriz Catalán, responsable de asignación de activos de Ibercaja Gestión, señala que su estrategia sigue siendo la exposición al factor dividendo. "Compañías globales de calidad a múltiplos razonables y generadoras de un dividendo consistente en el tiempo van a seguir siendo las apuestas ganadoras a medio plazo en este entorno de alta inflación", asegura. Los sectores farmacéutico y financiero, principalmente seguros, son sus principales apuestas, aunque a su juicio, el sector energético, en cuanto se produzca de nuevo una estabilización de las curvas de tipos de interés, junto a un entorno de desaceleración/recesión, "pensamos que la inversión con un sesgo más growth puede de nuevo brillar, especialmente el sector tecnológico".

Con más cautela

No todos los encuestados se muestran tan optimistas. Ion Zulueta, director de análisis de iCapital, considera que las valoraciones no son todavía lo suficientemente atractivas como para que el inversor se arriesgue a entrar en bolsa, "sobre todo si el horizonte de inversión no es de largo plazo", mientras que en Dunas Capital, aunque reconocen que hay empresas que empiezan a estar a "precios muy razonables", a nivel general, los spread de crédito han ajustado a niveles más razonables que las bolsas, especialmente los bonos de alto rendimiento, que permiten obtener rentabilidades de largo plazo similares a las de la renta variable, con mucho menos riesgo. Por este motivo, de momento, preferimos destinar más presupuesto de riesgo a estos bonos, esperando mejores niveles en los índices para entrar en renta variable", subrayan.

Javier Lendines, director general de Mapfre AM señala que es mejor esperar. "Aunque las valoraciones de algunos activos empiezan a ser razonables, la falta de visibilidad y la incertidumbre invitan a ser ambiciosos a la hora de marcar niveles de compra. Mantendría una exposición a renta variable inferior a la de mi cartera modelo. Tendría un poco de paciencia y si se produjera una corrección de un 5%-10% en las próximas semanas comenzaría a comprar, a menos que hubiera habido un deterioro sustancial de la macro o del entorno. Recomiendo escalonar las compras", explica.

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