
En la jornada de ayer se apreció cómo, después de una apertura claramente alcista, con subidas cercanas al punto porcentual, finalmente las ventas se apoderaron de las principales referencias, dejándolas en rojo. Hoy los futuros apuntan a que, de nuevo, se formará un rebote que puede servir para alejarse de la zona de soportes.
Ayer fue el BCE el que propició las pérdidas después de que saltara el rumor desde Bloomberg de que están sopesando realizar una subida de tipos histórica de 75 puntos básicos en la próxima reunión.
Desde el punto de vista técnico, "las últimas caídas en las bolsas europeas están sirviendo para corregir parte del último y fuerte rebote que nació a mediados de julio y que llevó al EuroStoxx 50 a subir algo más del 13%", explica Joan Cabrero, asesor de Ecotrader. "En cuanto concluya esta corrección todo apunta a que podría asistir a otro segmento al alza, pero antes habrá que ver cuánto profundiza la caída y, de momento, se mantiene en pie la zona de soporte clave de los 3.500/3.540 puntos", agrega el experto.
Con el alcance de los 3.540 puntos el EuroStoxx 50 ya ha corregido el 61,8% del anterior movimiento alcista y desde ahí o los 3.500 debería conseguir reaccionar al alza; de hecho, una caída a la zona de los 3.500 puntos encajaría con lo que podría ser el hombro derecho de un hipotético patrón de giro al alza en forma de cabeza y hombros invertido", concluye.
Recupera los 100 dólares
Después de varias jornadas al alza, ayer el petróleo volvió a desplomarse casi un 5%, apuntando a su tercer mes consecutivo de caídas, algo que no había pasado desde 2020.
Las causas no fueron otras que el miedo a una recesión económica que frene la demanda de crudo global. Además, -Irak confirmó que los disturbios en el país no afectarán a la producción. Hoy está cotizando con ligeras ganancias que le permiten recuperar la cota de los 100 dólares por barril de Brent.
El problema británico
En los últimos días han ido ganando fuerza las peores perspectivas para Reino Unido, cuya inflación también está desbocada a incluso hay previsiones de que pueda llegar al 20%.
Esto ha tenido su efecto tanto en la renta fija como en la variable. Al bono británico a 10 años ya se le exige una rentabilidad del 2,7%, la máxima desde 2014, alcanzando a la que se le pide a España. Por su parte, la bolsa ya ha perdido las ganancias que cosechaba este año.