Por primera vez en meses, empieza a haber división en Wall Street sobre los siguientes pasos que tomará la Fed. Mientras algunos se aferran a los planes de fuertes subidas de tipos que ha avanzado la Fed, y que prevén que el indicador de los intereses se sitúe entre el 3% y el 4% para el año que viene, están empezando a crecer las voces de analistas que ven bajadas de tipos a medio plazo, ya que los datos económicos de las últimas semanas apuntan a un enfriamiento de la economía y la posibilidad de que, quizá, la inflación ya haya tocado techo.
El mayor ejemplo se ve en dos de los grandes bancos de inversión estadounidenses. Morgan Stanley cree que es demasiado pronto para esperar que la Fed deje de endurecer su política monetaria, lo que sugiere que las acciones aún pueden seguir cayendo antes de tocar fondo. Enfrente, los estrategas de JPMorgan Chase creen que las subidas de precios pueden empezar a ralentizarse, lo que conducirá a un giro de 180 grados de la Fed, lo que levantará el ánimo de las bolsas en el segundo semestre.
Esta teoría está empezando a verse en los bonos del Tesoro, cuya curva se ha invertido. Los que vencen en un año dan un 3% de interés, dando por hecho fuertes subidas en el tipo del banco central en los próximos meses. Pero la deuda a más largo plazo está ya valorando una bajada en los intereses: el bono a 10 años está en el 2,7%, cerca del 2,5% al que los inversores calculan que la Fed llevará a los tipos a mediados de 2024.
Mislav Matejka, analista de JPMorgan, dijo este lunes que el freno al mercado laboral y un enfriamiento de la economía podrían abrir la puerta a una política de la Fed más equilibrada, lo que haría subir al dólar y a la inflación. Además, es posible que los inversores empiecen a ver las ganancias más reducidas de las firmas de Wall Street como una buena señal, lo que podría impulsar a la bolsa pese a que los resultados del próximo trimestre sobre el papel sean más débiles que los anteriores.
A eso se suman datos como el enfriamiento del mercado inmobiliario, que estaba alcanzado niveles de burbuja hasta hace apenas unos pocos meses, y el último informe de gasto de los consumidores, mucho más bajo de lo esperado. Además, las previsiones de inflación de las familias también se han frenado en las últimas semanas.
Siguen los pesimistas
En la acera opuesta está Michael J. Wilson, de Morgan Stanley, que cree que la inflación persistente mantendrá a la Fed con una tendencia restrictiva durante más tiempo esta vez. Los niveles históricos actuales de inflación significan que la Fed probablemente seguirá elevando los tipos incluso cuando llegue una recesión, en vez de frenarse y bajarlos poco antes de que ocurra, como ha hecho en anteriores ocasiones.
Los mercados de acciones "pueden estar tratando de adelantarse a la eventual pausa de la Fed que siempre es una señal alcista", dijo Wilson. "El problema esta vez es que es probable que la pausa llegue demasiado tarde".
El S&P 500 ha intentado recuperarse este mes y se encamina a cerrar el mejor mes desde octubre después de una fuerte caída en la primera mitad del año. A su favor, el hecho de que las ganancias han sido mejores de lo que se temía y lo peor ya se había descontado. Los inversores ahora están enfocados en la reunión de la Fed de esta semana, donde se espera que el banco central suba los tipos otros 75 puntos básicos, replicando por segundo mes consecutivo su mayor alza desde 1994.
Wilson cree que las estimaciones de ganancias para las empresas del S&P 500 aún son demasiado altas
Wilson, uno de los mayores bajistas de Wall Street, que predijo correctamente la venta masiva de este año, dijo este lunes que aunque la inflación podría haber alcanzado su punto máximo, el impacto en la demanda del consumidor "no desaparecerá fácilmente", incluso si la inflación cae bruscamente, porque "los precios ya están fuera del alcance en áreas de la economía que son críticas para que el ciclo se extienda".
Un número creciente de analistas también cree que con la inflación en máximos de cuatro décadas, se deberá pasar por una recesión para aliviar significativamente las presiones sobre los precios. Wilson cree que las estimaciones de ganancias para las empresas del S&P 500 aún son demasiado altas y que es probable que el segundo trimestre sea el primero de "varios trimestres decepcionantes".
El estratega David J. Kostin de Goldman Sachs también prevé presión sobre los ingresos del S&P 500 por culpa del fortalecimiento de dólar. El modelo del banco muestra que una apreciación del 10% en el dólar debería reducir las ganancias por acción entre un 2% y un 3%.