
Grifols tranquilizó al mercado la semana pasada tras desmentir que esté analizando una ampliación de capital de hasta 2.000 millones de euros (un rumor que en la sesión del miércoles evaporó más de 800 millones de capitalización bursátil) y sus títulos rebotaron cerca de un 10% el jueves y viernes, si bien esta ventaja se ha reducido a un 3% esta semana.
Sin embargo, los analistas han puesto la lupa en otros titulares que dejó el Día del Inversor de la compañía para mover ficha sobre la valoración, recomendación y sus estimaciones, como el hecho de que el fabricante de hemoderivados haya retrasado un año sus objetivos a largo plazo.
Así, en apenas cuatro sesiones la compañía ha visto reducir su precio objetivo un 4% hasta los 22,58 euros. Y en los últimos doce meses la valoración del fabricante de hemoderivados ha caído un 20% pese a que sus títulos acumulan un retroceso en el parqué del 20% en este periodo. Eso sí, en lo que llevamos de ejercicio arroja un saldo positivo del 4% y se desmarca de las caídas del 8% que firma el sector salud.
En concreto, de las 11 firmas de inversión que cubren a Grifols y que han revisado sus precios objetivos y que recoge Bloomberg desde el jueves pasado, siete los han mantenido sin cambios y cuatro los han recortado a la baja. Los hachazos más duros provienen de los analistas de Invest Securities y JB Capital Markets, que han reducido su valoración un 12% y un 11%, respectivamente, frente a su precio justo anterior. También han reducido su precio objetivo un 6% Alantra Partners y Berenberg, un 5%.
Al otro lado, el equipo de estrategas de Citi se desmarca de la opinión generalizada del consenso y brinda a Grifols el mayor precio objetivo, 30 euros por título. "Ha alcanzado la autosuficiencia en plasma, está bien posicionada en China y está agudizando sus esfuerzos de innovación. Teniendo en cuenta el actual contexto macroeconómico y los temores a la recesión, Grifols ofrece a los inversores un crecimiento acelerado de los ingresos y unas importantes oportunidades de expansión de los márgenes", justifican sus expertos.
Por otro lado, la compañía (que históricamente ha recibido una de las mejores recomendaciones del índice español y no es un vender desde el año 2006) ha perdido el favor de los analistas, que ahora aconsejan mantener sus acciones.
Recorte a los beneficios
Después de que la compañía rebajara su propia guía sobre el ebitda (beneficio operativo) de 2024, el consenso también ha revisado a la baja sus previsiones para este año y los dos siguientes respecto a lo que esperaban la semana pasada. En concreto, un 1,7% para este año y un 2% para los dos siguientes.
Tampoco han escapado de la tijera de los analistas las previsiones de beneficio neto. Solo desde el pasado jueves la estimación ha caído un 3,4%, de media, para este ejercicio y los dos siguientes frente a lo que se esperaba antes del Día del Inversor.
De hecho, el rejonazo al beneficio esperado en lo que llevamos de año es ya del 37% para 2022, del 20% para 2023 y del 13% para 2024 respecto a los pronósticos que se manejaban a 1 de enero.
De esta forma, la meta de alcanzar los 1.000 millones de ganancias netas sigue posponiéndose en el calendario (a principios del año pasado los expertos confiaban en que pudiera conseguirlo el año que viene, en 2023) y ni siquiera lo logrará en 2024, cuando los expertos dibujan actualmente un beneficio de 876 millones.