
Si en todos los casos de análisis bursátil cabe advertir que rentabilidades pasadas no aseguran rentabilidades futuras, mucho más cuando hablamos de resultados históricos en los que nos remontamos un siglo. Pero aún así los inversores se aferran a cualquier dato que les pueda facilitar un rayo de luz, y la historia les da razones para confiar en un buen segundo semestre en la bolsa americana.
Después de que el S&P 500 se anotase su peor primer semestre en 52 años, al dejarse un 20,6% frente al 21,1% que cayó el índice en 1970. ¿Y qué suele ocurrir en el selectivo cuando las caídas durante la primera mitad del año son tan pronunciadas? Un fuerte rebote.
Si computamos las cinco ocasiones anteriores en las que el S&P 500 retrocedió más de un 15% hasta junio, el rebote medio que se produjo hasta final del año es del 23,66%. Así, en 1932, en plena Gran Depresión remontó un 55,53%, que es el mayor resurgimiento de la historia del índice. Le siguen 1970 (26,51%), 1962 (15,25%), 1939 (15,01%) y 1940 (6,01%).
Los datos de Dow Jones Market Data también se muestran optimistas con el Dow Jones de Industriales. De las 15 ocasiones en las que el selectivo perdió más de un 10% en el primer semestre, en diez registró ganancias durante la segunda mitad del año. La media es un repunte del 4,45% computando los 15 casos.
No es tan positivo en el índice que ha salido peor parado de los tres en los primeros seis meses, el Nasdaq Compuesto, que se ha dejado un 30,3% en lo que va de 2022. Solo en dos ocasiones había perdido más de un 20% en los dos primeros trimestres del año, y en ambos prosiguió su caída hasta diciembre: un retroceso del 8,73% en 2002 y del 8,7% en 1973.
Pero aunque los datos históricos parezcan de parte del inversor, los problemas que han traído las bolsas hasta aquí distan de haberse solucionado. La guerra de Ucrania y sus consecuencias para el mercado energético y de alimentos sigue en marcha, la alta inflación adelanta una elevación de los tipos de interés en las grandes economías mundiales y el riesgo de la caída del consumo y de una recesión es patente.
Entonces, ¿cómo invertir?
El diario The Wall Street Journal ha preguntado a algunas de las principales casas de inversión para conocer sus puntos de vista sobre cómo manejar el dinero en los próximos meses.
Rick Rieder, de BlackRock, apunta a que los precios bajos actuales suponen una buena oportunidad para hacerse con activos de buena calidad, y pone el foco en el mercado crediticio.
David Kelly, de JP Morgan, cree que el segundo semestre "será una carrera entre el crecimiento y la inflación", y aventura a que la segunda caerá en cuanto empiece a destruirse empleo. Como Rieder, cree que el mercado se ha abaratado tanto que se han abierto oportunidades: "La gente no debe dudar en invertir. Deben pensar claramente en lo que van a invertir, pero no deben dudar", afirma.
Por contra, Liz Ann Sonders, de Charles Schwab Corp., se muestra más escéptica y apunta a las decisiones de la Reserva Federal como las que moverán los mercados. "No creo que el ajuste de la Fed se haya reflejado aún en los beneficios corporativos. En la segunda mitad del año, esto puede ser la nueva fuente de indigestión para las acciones", advierte.
David Kostin, de Goldman Sachs, invita a la prudencia y a la búsqueda de "estabilidad en un mercado tormentoso", dado que en la firma de inversión ven un 50% de probabilidades de que la economía estadounidense entre en recesión y hay que preparar las carteras para esta contingencia.