
El euro no ha dejado de perder territorio frente al dólar desde que comenzó el año, principalmente por la fortaleza de la divisa norteamericana. Y es que el mercado no estaba tomando en serio los comentarios vertidos desde el Banco Central Europeo con que se fuera a producir un cambio en la política monetaria de la eurozona con la diligencia suficiente como para atajar la inflación vista estos días.
Sin embargo, el menaje de la presidenta de la institución de ayer (de que el dinero gratis en Europa no llegaría al cuarto trimestre de 2022) sí que caló entre los inversores, como se pudo comprobar en el repunte de su valor.
Con ello, el euro despuntó durante la última jornada hasta cambiarse por 1,066 dólares. Además, con este renovado impulso la moneda de la eurozona rebota un 2,9% desde su mínimo del año, marcado el pasado 13 de mayo en los 1,035 dólares, y que hacía ver a muchos en el corto plazo a ambas divisas en la paridad [es decir, en un cruce entre equitativo de un euro por un dólar no visto desde 2002]. Aún con la apreciación del euro vista en las dos últimas semanas, en el acumulado del año todavía está lejos de dar signos de recuperación, dado que cede un 6,1% frente al billete verde.