
Una vez hecha la estructura, hay que aprovecharla. Eso parecen pensar los directivos de los de las plataformas relacionadas con el mundo económico que más éxito han tenido en los últimos años: FTX y Robinhood. Las dos salen de su zona de confort para conquistar el universo del otro en la búsqueda insaciable por aumentar la clientela.
Robinhood, fundada en 2013, se hizo popular gracias a permitir la compraventa de acciones sin comisiones mediante una aplicación móvil. Los fundadores, Vladimir Tenev y Baiju Bhatt, eligieron el nombre en alusión al famoso personaje explicando que el objetivo era democratizar la inversión, llevándola a los pequeños ahorradores y no solo a los ricos. Ya en 2018, la compañía permitió el comercio de criptomonedas pero sin soportar criptomonederos. Tras superar los 31 millones de usuarios el pasado año, ahora la firma da el salto y permitirá la custodia de criptoactivos.
Según ha informado la empresa esta semana, sus usuarios podrán mantener y custodiar este tipo de activos digitales en una aplicación independiente que estará conectada a la principal, lo que la pondrá a competir con otras aplicaciones como Coinbase, un criptomonedero que también permite la compra y venta de criptodivisas. La nueva propuesta de Robinhood también conectará con los principales mercados de NFT (tokens no fungibles).
Mientras, la casa de criptos FTX recorrerá el camino contrario y se pasa al trading de acciones. La filial estadounidense ofrecerá cuentas sin comisiones de compraventa, en un servicio que en origen estará limitado a un pequeño número de usuarios pero que se irá expandiendo. De esta forma, sus clientes podrán tener toda la inversión centralizada en esta aplicación que creó Sam Bankman-Fried hace apenas tres años.
El presidente de la filial americana, Brett Harrison, confesaba esta semana a la CNBC que la operación inicialmente será deficitaria, pero cree que compensarán las pérdidas en poco tiempo al atraer clientes que puedan hacer uso de sus otros servicios, como las transacciones en criptomonedas.
Precisamente, Sam Bankman-Fried adquirió hace unos días un 7,6% de Robinhood que le sitúa como tercer accionista de la firma, lo que ha llevado a algunas voces a sospechar que podría estar interesado en una fusión de ambos negocios.
Sin embargo, este tipo de negocios no pasan por su mejor momento. Los ingresos de Robinhood menguaron un 43% interanual en el primer trimestre del año. En bolsa, se deja más de un 45% en lo que va de año y más de un 70% desde su salida a bolsa a finales de julio del pasado año.
Mayor batacazo aún sufre la empresa con la que ahora pasará a competir, Coinbase, que se deja un 75% en lo que va de 2022 y más de un 80% desde que dio el salto al mercado público hace poco más de un año. En el primer trimestre registró una caída interanual de ingresos del 27% y perdió casi dos millones de usuarios desde el trimestre anterior.
El desplome que ha sufrido el mercado de las criptomonedas en los últimos meses, muy especialmente en las últimas semanas, ha hundido a las plataformas de inversión y ha costado miles de millones a los grandes tenedores de criptoactivos, como el propio Bankman o el fundador de Binance, Changpeng Zhao.