
El PIB de la primera economía del mundo se contrajo un 1,4% en términos anualizados durante el primer trimestre de 2022, según la estimación avanzada este jueves. Un dato que ha sorprendido -se esperaba un crecimiento del 1%- y que ha despertado las alarmas sobre una posible recesión. Entre los analistas hay división de opiniones: la mayoría creen que, una vez superada la ola de ómicron y con la reanudación casi completa de la actividad, la economía estadounidense repuntará a lo largo del año, aunque con menor impulso que en 2021; pero otros ya dan por hecho que la corrección llegará este mismo año.
El presidente, Joe Biden, culpó de la primera contracción de la economía estadounidense desde 2020 a "factores técnicos", y dijo que el empleo, el gasto de los consumidores y la inversión siguen siendo sólidos. "La economía estadounidense, impulsada por familias trabajadoras, continúa siendo resistente frente a desafíos históricos", dijo la Casa Blanca en un comunicado. "Si bien la estimación de crecimiento del último trimestre se vio afectada por factores técnicos, EEUU se enfrenta a sus desafíos desde una posición de fortaleza".
"Este informe es ruido, no hechos. La economía no está cayendo en recesión", afirmó Ian Shepherdson, economista jefe de la consultora Pantheon Macroeconomics, en una nota a sus clientes. "El comercio neto ha sido golpeado por un aumento en las importaciones, especialmente de bienes de consumo (...) Esto no puede durar mucho más, y las importaciones acabarán cayendo", agregó Shepherdson.
Para Clàudia Canals, economista principal de Caixabank Research, "los datos mensuales siguen aguantando el contexto de incertidumbre, aunque los riesgos sobre la economía siguen siendo significativos y se centran en torno a la evolución de la pandemia, la resolución de los cuellos de botella y las tensiones inflacionistas". Por ello, "probablemente tendremos que revisar ligeramente a la baja nuestra previsión de crecimiento estadounidense para el cómputo anual de 2022 (ahora en el 3,2%)".
Según David Page, director de investigación macroeconómica de AXA Investment Managers, "no esperamos que el crecimiento vuelva a contraerse en el segundo trimestre, por lo que no creemos que esto marque el inicio de otra recesión. Y reducimos nuestra expectativa de otra contracción este año". En su opinión, "el hecho de que el ritmo de corrección de los inventarios haya comenzado antes significa probablemente que el crecimiento futuro será más consistente durante los trimestres restantes de este año". Pero Page termina con una advertencia a la Reserva Federal: "Si esta desaceleración se traduce en un mercado laboral más flojo, ese sería el resultado exacto que la Fed está tratando de lograr. En ese caso, la Fed podría no tener que endurecer su política de forma tan agresiva para controlar las perspectivas de inflación a medio plazo"
"Con un fuerte crecimiento del gasto de los consumidores, la inversión empresarial y el empleo en el primer trimestre, la economía de EEUU no estaba en recesión a principios de año", escribió Bill Adams, economista jefe de Comerica Bank. "El crecimiento debería reanudarse en el segundo trimestre a medida que el déficit comercial y los inventarios se conviertan en vientos en contra más pequeños", aseguró.
Y para la economista Yelena Shulyatyeva, "el lastre sustancial que ha sufrido el comercio, como resultado de unas exportaciones débiles en medio de una desaceleración del crecimiento mundial, junto con unas importaciones sólidas debido a la fortaleza tanto de la demanda interna como del dólar, será temporal, y los flujos comerciales se normalizarán a medida que avance el año". Para Shulyatyeva, "el gasto de los consumidores y las empresas está cobrando impulso al entrar en el segundo trimestre, lo que estimamos que mantendrá el crecimiento del PIB por encima de la tendencia para el año".
"El mercado ya lo descuenta"
Pero no todos son tan optimistas. Para Geir Lode, Director de Renta Variable Global de Federated Hermes Limited, "el mercado ya está descontando una alta probabilidad de recesión. El S&P 500 en lo que va de año ha bajado más de un 10% y el tipo de interés a diez años ha subido más de un 1% desde principios de año." Entre las causas, además de los efectos de la invasión rusa de Ucrania, están "los efectos residuales de la pandemia, como los continuos cierres en China", que "siguen pesando en el pesimismo de los inversores. Los retrasos en la cadena de suministro en China se están acelerando y afectan a las empresas de todo el mundo", advierte.
Mientras, las instituciones financieras siguen confiando en la economía norteamericana. Las recientes previsiones del Fondo Monetario Internacional apuntan a un crecimiento de la economía de EEUU del 3,3% este año, mientras que la Reserva Federal estima una expansión del 2,8% para 2022.