
Antes de comenzar la invasión de Ucrania, las reservas de divisas y oro del Banco Central de Rusia ascendían a 643.200 millones de dólares. En el último mes, las intervenciones, la refinanciación de las divisas y la revalorización de los activos han reducido esa cifra en 38.800 millones de dólares, hasta los 604.400 millones de dólares.
Desde el 24 de febrero, Rusia se enfrenta a las consecuencias derivadas de las sanciones económicas impuestas por los países de Occidente, quienes congelaron aproximadamente dos tercios de las reservas del país. En un intento por evitar un colapso de la economía rusa, el Banco Central del país adoptó medidas extremas, como imponer estrictos controles a los movimientos de capital extranjero e incluso subir los tipos de interés hasta el 20%.
El rublo se recupera
Aunque se trata de una defensa monetaria insostenible a largo plazo, por el momento parece estar funcionando. El rublo, que llegó a caer hasta los 150 frente al dólar, ha conseguido estabilizarse y su cotización ronda los 83. Un fortalecimiento que podría poner en duda la eficacia de las sanciones hasta ahora impuestas, dado que Rusia sigue contando con los ingresos de la venta de petróleo y gas natural a naciones europeas, así como a China y la India. Estos ingresos representan "la mitad del presupuesto federal", asegura Tania Babina, economista de la Universidad de Columbia nacida en Ucrania, a Fortune. A lo que añade, "es lo que sostiene el régimen de Putin y la guerra".
Los países occidentales son conscientes de que prohibir las exportaciones de gas natural y petróleo ruso sería la medida más efectiva, pero no es tan sencillo. Benjamin Hilgenstock y Elina Ribakova, economistas del Instituto de Finanzas Internacionales, señalan en un informe publicado recientemente que si la Unión Europea, Gran Bretaña y EEUU prohibieran el petróleo y el gas rusos, la economía de Rusia podría contraerse más de un 20% este año. Es decir, un 5% más que con las actuales sanciones.
La Administración Biden ya ha tomado medidas al respecto y Reino Unido lo hará gradualmente a lo largo de este año. En cambio, la Unión Europea, que en su conjunto obtiene el 10% de su petróleo de Rusia y más de un tercio de su gas natural, todavía no se ha decidido a dar este paso.
Consciente de ello, Vladimir Putin ha intentado obligar a los países "hostiles" a pagar el gas natural ruso en rublos mediante un nuevo decreto, en el que también se incluye la suspensión de los contratos de aquellos que no lo hagan a partir del 1 de abril. Horas antes de que entrará en vigor este decreto, el mandatario ha aceptado que el pago se siga haciendo en euros a través de Gazprombank, la filial bancaria de la empresa estatal de gas rusa Gazprom que aún no ha sido sancionada. Este dinero después se convertirá en rublos.
Ante el rebote del rublo, son cada vez más los países occidentales que han puesto sobre la mesa la necesidad de un nuevo paquete de sanciones más duras que impacte con mayor eficiencia en la economía de Rusia.