Habría que multiplicar por tres el número de habitantes de la ciudad de Madrid (algo más de tres millones) para dar con la cifra de accionistas que invierten en compañías españolas. Sin embargo, tomando como referencia el año 2017, las grandes cotizadas pierden cerca de 330.000 accionistas, con datos a cierre de 2021.
De entre las 35 empresas que conforman el selectivo español solo seis de ellas tienen más de 500.000 accionistas. Sin duda, el Banco Santander y Telefónica son los dos claros ejemplos de grandes compañías con un fuerte accionariado. Con 3,9 millones y 1,2 millones de accionistas, respectivamente, ambas se presentan como dos de las opciones que los inversores apuestan por tener en sus carteras, aunque en las dos el número total se ha reducido.
Accionistas internacionales
Detrás de las cotizadas españolas se encuentran, en buena parte, inversores internacionales. El peso de los no residentes ronda actualmente el 50%, el más alto de la historia. En los 30 años que cumplió el Ibex el pasado 14 de enero, esta ha ascendido desde el 30%.
Las familias suponen el tercer actor principal en la bolsa española, después de las empresas no financieras. En 2020 (último año disponible), aumentaron un punto porcentual su participación en la propiedad de las acciones cotizadas, hasta el 17,1%, "con lo que se rompió una tendencia a la baja de cinco años", según señala el Servicio de Estudios de BME en un informe.
Los inversores particulares llegaron a controlar más de un 35% de las acciones de las cotizadas de la bolsa española en 1998, en mitad de un proceso de privatizaciones de grandes compañías estatales en el que los minoristas pudieron participar. "Entre las razones de esta reducción tendencial del peso de los inversores particulares individuales en el mercado de acciones nacionales se encuentra el creciente peso de los fondos de inversión en las carteras de los españoles, por su ventajoso tratamiento fiscal y por la apuesta comercial de las entidades financieras y especialmente bancarias por estos vehículos", explica el informe. Precisamente esas privatizaciones han hecho que el Estado disminuya su peso y que ya controle solo el 2,9%.
En el Banco Santander, con datos a 31 de diciembre de 2021, el inversor institucional representaba el mayor porcentaje, del 59,3%, frente al 39,6% que ejerce el inversor retail. Para Telefónica, según su último informe anual del 2021, el inversor institucional extranjero es el mayoritario con un 49%, seguido del inversor minorista (30%) y del inversor institucional doméstico que ejerce el 21% del control.
Pérdida de inversores
A pesar de todo ello, desde 2017 la mayoría de empresas españolas (que proporcionan los datos) han perdido inversores. Tan solo tres compañías ganan. La española que más ha aumentado su accionariado es CaixaBank, que se anota entre sus filas 25.736 nuevos accionistas y con ellos alcanza los 663.457 tras la unión de Bankia. Sin embargo, en el banco, el 53,7% del capital es free float -capital que circula libremente en bolsa- y el resto está en manos del Frob (participación que ostenta a través de BFA Tenedora de Acciones) y la Fundación laCaixa. De ese capital libre, el inversor institucional extranjero representa la mayoría, el 57,7% del total, seguido del inversor minorista que se alza con el 28,1%, el inversor institucional nacional con el 12,6% y el 1,7% está en manos de los propios empleados, según datos de cierre de 2021. Bankinter y Acerinox suman 3.000 y 2.000 inversores, respectivamente, a su accionariado en 4 años.
En la otra cara de la moneda y pese a que es una de las empresas con mayor accionariado, Telefónica ha sido la compañía que más accionistas ha perdido desde 2017, en concreto, una cifra de más de 123.000 inversores menos. Hace cuatro años la cifra de accionistas superaba incluso 1,3 millones.
A la firma de telecomunicaciones le siguen muy igualados en pérdidas dos de los grandes bancos españoles. En estos años se han alejado de BBVA más de de 60.700 inversores. En la entidad, el inversor institucional representa el 62,59% del total, frente al 37,41% que comprenden los inversores retail, cifras proporcionadas por la propia compañía a cierre de 2021.
La aseguradora española Mapfre pierde a más de 21.000 inversores en los últimos años. Frente a los 241.707 que agrupaba en 2017, la última cifra ofrecida se sitúa en los 220.000 accionistas. La pérdida de inversores se extiende hasta empresas como Banco Sabadell (229.745 accionistas), Acerinox (36.200) que pierden cerca de 17.000 y 370, respectivamente. En la entidad bancaria, el inversor institucional representa la mayoría del accionariado, el 52% frente al 48% que ostenta el minorista.
