Bolsa, mercados y cotizaciones

La deuda entra en barrena desde Lehman con caídas acumuladas del 10%

  • El índice de Bloomberg de deuda mundial ya pierde en torno a un 10%
Los osos se apoderan de la renta fija
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Más que una glaciación en los resultados de su cartera, los inversores en renta fija se están enfrentando a un tsunami en los últimos meses.

Más que una glaciación en los resultados de su cartera, los inversores en renta fija se están enfrentando a un tsunami en los últimos meses. Desde que comenzó el año 2021 los precios de los bonos se están hundiendo. La inflación se ha consolidado con más fuerza de lo previsto, tanto en Estados Unidos como en Europa, y los mercados se están adaptando rápidamente a este nuevo escenario.

En apenas 15 meses el índice de Bloomberg de deuda mundial ya pierde en torno a un 10%. Es la primera vez que el selectivo encadena una caída de esta magnitud desde hace 14 años, en 2008, en plena crisis de Lehman Brothers.

En los primeros meses de 2022 los datos de inflación han terminado de convencer a los mercados de que el problema es más grande de lo que se pensaba. El incremento de los precios sigue superando las expectativas de los analistas y de los bancos centrales (el año pasado insistían en que se trataba de un efecto temporal, una postura que, con el paso del tiempo, han empezado a poner en duda), y ha hecho que las ventas de deuda se aceleren: las pérdidas del índice de deuda mundial fueron del 4,85% en 2021, y en los primeros dos meses y medio del ejercicio ya se pierde un 5,25%.

Un año peor que el de la bolsa

El argumento que defiende que la deuda es un activo apropiado para el inversor conservador ha perdido toda credibilidad este año. No son pocos los analistas que llevan tiempo avisando del peligro, pero el desplome, anunciado desde hace años, no se produjo hasta que dio comienzo 2021. Ahora el mercado está dando la razón a quienes dieron este aviso, ya que las caídas están siendo tan abultadas en 2022 que se pueden comparar con las que está sufriendo la renta variable, y eso que no está siendo un año boyante para la bolsa.

Si se compara el índice de deuda mundial con el Dow Jones estadounidense, las caídas de este último apenas superan por 3 puntos porcentuales las que se está viviendo con los bonos, un reflejo de la gravedad de la situación para los bonos, el activo que suele estar más presente en las carteras de los inversores conservadores, que prefieren evitar el riesgo que supone la bolsa.

El bono español es el ejemplo más destacable: con el título se pierde un 7,1% por precio en el ejercicio, el que peor se comporta del Viejo Continente, junto al italiano. De este modo, con el bono español de referencia se pierde más que con el Ibex en 2022, un índice bursátil con el que se pierde un 5,5% desde el primer día del ejercicio.

Las pérdidas por precio que se están sufriendo en el selectivo de renta fija mundial están generando un incremento en las rentabilidades a vencimiento que ofrece el índice. Ya han superado el 1,92%, un nivel que no se veía desde 2019, después de caer por debajo del 1% en 2020 y 2021.

Qué deuda es la que más cae

El año negro de la renta fija está siendo especialmente duro para la deuda emergente y la corporativa. El índice de bonos de países emergentes en dólares estadounidenses pierde un 10,2% en lo que va de año, a cierre del 11 de marzo, en uno de los peores años que se recuerdan para este tipo de bonos.

En segundo lugar, la categoría de deuda más castigada es la corporativa, con una caída del 7,98% en el año para el índice que recoge este tipo de bonos de todas las geografías y con todo tipo de calificación (con grado de inversión y high yield). El crédito (los bonos corporativos de corto plazo) no está teniendo un año mucho mejor, ya que se pierde un 7,84% con este tipo de deuda, mientras que con el índice de high yield global, que recoge bonos sin grado de inversión, tanto corporativos como soberanos, las pérdidas ascienden al 7,55%.

Hola inflación, adiós renta fija

Las tasas de inflación han alcanzado el 7,9% interanual en Estados Unidos durante el mes de febrero, y el 5,8% en Europa, en este caso por encima de las previsiones que se manejaban, que se mantenían en el 5,3%. La guerra de Ucrania ha sido la puntilla para el incremento del IPC, pero este ya venía acelerando por encima de las estimaciones antes de que comenzase el conflicto.

Con este aumento de los precios, los bancos centrales se han visto obligados a revisar sus planes para los próximos meses. El Banco Central Europeo (BCE) es el mejor ejemplo: la semana pasada tuvo su primera reunión de 2022 en la que actualizó su cuadro de previsiones macroeconómicas y el cambio de postura es un reconocimiento de que las estimaciones que mantenía el organismo a finales del año pasado eran demasiado optimistas para la inflación.

El aumento del coste de la vida es el principal catalizador de las ventas de renta fija, ya que lleva a muchos inversores a vender por la pérdida de atractivo que supone tener un bono en cartera, que, con un cupón por debajo de la tasa de inflación, te asegura pérdidas de poder adquisitivo.

Mañana se reúne la Reserva Federal estadounidense y el mercado da por hecho que Jerome Powell anunciará un aumento de los tipos de interés de 25 puntos básicos, que, además, ni mucho menos será el último que se produzca este año (ver página 23).

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