La inversión sostenible, aquella basada en una filosofía de inversión ética y responsable, aterrizó en el mundo empresarial a finales de los años 60. Durante los últimos años, ha crecido notablemente y, en la actualidad, es uno de los pilares fundamentales para que las empresas puedan cumplir sus objetivos y se ve traducido en las estrategias ESG que se están desarrollando.
Para las empresas es clave actuar en función de unos criterios ambientales, sociales y de gobernanza denominados ESG, por sus siglas en inglés, para conseguir una mayor rentabilidad y compromiso con la sociedad.
Además, estas estrategias de sostenibilidad permiten realizar una comunicación mucho más cercana y comprensible con los stakeholders y con los mercados que más interesan a las direcciones financieras: el de financiación y el de inversión.
Entre otras, esta fue una de las principales conclusiones de la jornada empresarial Estrategias ESG: El papel crucial de la dirección financiera, celebrada por elEconomista en colaboración con Work-day. "La comunicación ESG no deber ser solo fachada, y debajo tiene que llegar el cumplimiento de los compromisos", expuso Yago Barandiaran, director de Risk & Compliance y Sostenibilidad de Dominion. "Los stakeholders tienen cada vez más en cuenta las estrategias ESG que llevan a cabo las compañías, los reportes de las estrategias ESG son mucho más accesibles que un balance financiero y permite que comuniquemos, de una manera cercana, el compromiso social de la empresa", añadió.
Información más entendible
La información ESG va a seguir un proceso similar a la información de carácter financiero. "Cada vez se incluyen más datos, más factores analizar y más herramientas de medición en la comunicación financiera, y lo mismo va a pasar con la comunicación no financiera", expuso el director de Risk & Compliance y Sostenibilidad de Dominion.
En este sentido, la comunicación financiera cuenta con canales y sistemas de medición dentro de la compañía que facilitan su recopilación. Por su parte, los informes de ESG se encuentra en fase inicial y nos encontramos que muchos de los datos de interés relacionados con la sostenibilidad no están disponible en los mismos canales que la información financiera.
Los informes de ESG, además de tener una información mucho más comprensible para el público que los balances financieros, facilitan la comprensión de la actividad de la empresa.
En este sentido, Fernando Costi, director financiero Atresmedia, destacó que se espera "que no pase lo mismo que con la información financiera". La información que recogen los informes de ESG en la actualidad se entiende muy bien y es algo muy accesible para la mayoría del público, y que no debería complicarse en aras de conseguir una homogeneización de los informes.
"La homogeneización tiene mucho riesgo, ya que requiere una comprensión muy profunda de la compañía", comentó Lucas Bobes, Group Environmental Officer & Head of ESG Reporting en Amadeus, y en muchas ocasiones se simplifica demasiado la información que se traduce y puede crear confusión. Dado que "un informe de gestión no financiero explica mucho mejor la actividad de la empresa", sostuvo Joaquín Huesca, Iberia Financials Lead en Workday, y ahora que la concienciación sobre sostenibilidad está muy extendida, convertir los informes de actividad en información interesante y accesible para el mercado puede ser un valor diferencial a tener en cuenta.
Mercados de interés
Actualmente, los valores ESG se observan como una oportunidad y una propuesta de valor para las compañías, "y ha habido una transición importante, para dejar de ver estos valores como un factor de riesgo para el negocio", sostuvo Bobes.
"La decisión que tomen tanto los inversores como cualquiera de los stakeholders, en muchas ocasiones, va a ir en línea a como se configuran estas iniciativas y estrategias ESG en la empresa", comentó Joaquín Huesca.

Analizando el peso que deberían tener las comunicaciones ESG entre el mercado de deuda y el de equity, hubo diversas opiniones al respecto y se pudo observar cómo cada compañía desarrolla sus propias estrategias. En el caso de Amadeus, Bobes explicó que, actualmente, tiene mayor peso la comunicación hacia los inversores que la enfocada al mercado de financiación, suponiendo un 90% y un 10%, respectivamente.
Coincidiendo con Barandiaran, que calculó que Dominion la divide en un 20%-80% en favor de los inversores. "En nuestro caso, es complicado que podamos aportar un dato al respecto", comentó Fernando Ramírez, director de Merlin Properties, "no hay un mercado como tal de inversores que inviertan en compañías con buenas prácticas ESG".
Pero no siempre es así, como bien explicaba Fernando Costi, en el caso de Atresmedia la comunicación ESG se divide 50-50, y manifestaba que "lo importantes es conocer el porcentaje que le dan los inversores y los que nos financian al aspecto ESG", un buen consejo ya que se trata de la primera en conseguir una financiación vinculada a objetivos ESG.
El mercado de deuda, según Ramírez, está más avanzado que el de equity y sí que se ha creado un mercado específico para los inversores de deuda que tienen interés en empresas con buenos índices ESG.
Por ello, los departamentos de ESG están surgiendo como una nueva voz a tener en cuenta, y "los directores financieros serán los encargados de vertebrar el ESG en las compañías", expuso Huesca y remarcó la importancia de centrarse en la gestión porque serán los "reportes y los datos quien muestre como estamos llevando a cabo nuestros compromisos". También se trató la unificación de criterios para la elaboración de los informes de ESG y se analizaron los problemas en los que puede derivar este proceso. Según Huesca, "aquí es donde vienen los retos, y donde va a suponer una mayor exigencia para las empresas", ya que la agilidad para adaptarse a las nuevas necesidades puede ser primordial para la supervivencia de las compañías.
Inversión en ESG
Viendo los nuevos intereses de los stakeholders y la evolución actual del mercado, las inversiones sostenibles van a tener cada vez más peso dentro de las organizaciones. Los ponentes analizaron la posibilidad de cuantificar esas inversiones y se puso de manifiesto la necesidad de hacer algo más allá de la obligación regulatoria actual de comunicar cómo están afectando negativamente al entorno.
"Está ocurriendo una transición hacia el concepto de cómo podemos ayudar a nuestros clientes a tener un menor impacto y comunicar datos relevantes para sus públicos", explicó Bobes.

También expuso un ejemplo de cómo ayudan a las aerolíneas, a través de sus sistemas tecnológicos, a intentar reducir el número de asientos vacíos, que ascendió a más de 1.000 millones durante 2019.
Los expertos coincidieron en la necesidad de aprovechar esta oportunidad y reenfocar los negocios hacia modelos más sostenibles, y que no se resuma en un departamento exclusivo para ESG y sea un aspecto transversal de todas las áreas de la compañía.