
En la presentación de los presupuestos generales del Estado para el próximo año fiscal indio, la ministra de Finanzas, Nirmala Sitharaman, ha hecho pública una serie de medidas destinadas a potenciar la economía digital del país, pero también a limitar la actividad privada en torno a las criptodivisas. Para ello, el Gobierno indio aplicará un impuesto del 30%, el más alto del país, sobre los ingresos procedentes de las criptomonedas y los NFT (token no fungibles).
Asimismo, ha anunciado que las pérdidas derivadas de la venta de criptoactivos no se podrán compensar con otros ingresos y los regalos en criptoactivos o NFT también serán gravados al destinatario. Se espera que todo esté 100% implantado a principios de 2023, según publica Reuters.
En un giro en su postura respecto a las criptomonedas, el Gobierno de la India pondrá en marcha su propia moneda de curso legal basada en el blockchain, una rupia digital respaldada por el Banco de la Reserva de la India, antes de abril de 2023, con el objetivo de establecer un sistema de gestión más eficiente y económico.
Se estima que en la India hay entre 15 y 20 millones de criptoinversores, con cerca de 400.000 millones de rupias (5.370 millones de dólares) en criptomonedas. En noviembre de 2021, el primer ministro Narendra Modi criticó duramente a las criptodivisas y propuso que las monedas digitales no controladas por el gobierno fueran prohibidas de plano. No obstante, con este anuncio, el Gobierno de la India otorga legitimidad a las monedas digitales y da luz verde para que los ciudadanos comercien con ellas, como ya han hecho países como Estados Unidos o Alemania.
Se dispara el lavado de dinero con NFTs
Una de las principales preocupación del Banco de la Reserva de la India y el propio Gobierno del país respecto a las criptomonedas es que podrían facilitar el lavado de dinero y la financiación del terrorismo. Según el último informe de Chainalysis que recoge la CNBC, el lavado de dinero a través de la compra-venta de NFT se ha disparado en 2021. Solo en el cuarto trimestre del año pasado, las transacciones ilícitas rondaron los 1,4 millones de dólares.
Pese a que esta cantidad no es comparable con el dinero que mueven las criptomonedas, representa un gran riesgo para la confianza en los NFT. La firma sostiene que los mercados y los reguladores deberían intensificar su escrutinio para evitar que vaya a más. Por su parte, las plataformas de NFT deberían incorporar reglas contra el wash trading.
Más de 320 millones robados
El protocolo Wormhole, construido en la red de Solana y que sirve como puente de interconexión entre esta criptodivisa y ethereum, ha sufrido un ataque en el que han sustraído más de 320 millones de dólares. Se trata del segundo mayor ataque cibernético de la historia de las finanzas descentralizadas, por detrás de los 600 millones robados a Poly Network.
Han sido los propios desarrolladores de Wormhole los que han confirmado el ataque a través de su cuenta de Twitter. Según los datos de CertiK que publica CNBC, han robado al menos 251 millones de dólares en ethereum, casi 47 millones de dólares en solana y más de 4 millones de dólares en USDC, una stablecoin vinculada al precio del dólar estadounidense.
El hacker explotó una vulnerabilidad en el lado del puente de solana para crear 120.000 tokens de ethereum "envueltos" en sí mismos, es decir, vinculados al valor de la moneda original pero se pueden intercambiar con otras blockchains. Según el informe, utilizaron estos tokens para reclamar ethereum que se encontraban en el lado de dicha criptomoneda.