Poco a poco, las carteras van tomando más riesgo. De cara a la primera mitad de 2022, un 45,5% de los asesores financieros prevé elevar la exposición a bolsa, mientras que otro 43,4% la mantendrá. Así lo revela la última Encuesta EFPA-elEconomista, que se realiza cada medio año. De los 388 participantes en el sondeo, solo el 11,1% aseguró que planea bajar el peso de la renta variable en cartera.
Ese 45,5% de expertos que meterán más parte del patrimonio en bolsa supera el porcentaje del último sondeo, el de junio de 2021, cuando el dato fue del 42%. La encuesta EFPA-elEconomista es el fruto de la colaboración entre este periódico y la Asociación Europea de Asesoría y Planificación Financiera en España. Lleva realizándose desde hace años, y el pasado junio se reeditó con un enfoque semestral.

En el arranque del presente año, el mercado de renta variable tendrá que enfrentarse a dos grandes obstáculos. El primero de ellos es la ómicron, variante del coronavirus que desde finales de noviembre viene ya infectando las cotizaciones. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha advertido que en un plazo de seis u ocho semanas, la mitad de la población europea estará contagiada.
El reto de la inflación
El segundo obstáculo que afrontan las bolsas es la incertidumbre que genera la inflación, y las medidas que aplicarán los bancos centrales para tenerla controlada. De las últimas actas de la Reserva Federal estadounidense se desprendió que existe un consenso notorio sobre adelantar las subidas de tipos respecto a lo inicialmente previsto, y el presidente de la institución, Jerome Powell, afirmó este martes que subirá tipos cuantas veces sea necesario si la inflación sigue desbocada. Goldman Sachs no descarta que podamos asistir incluso a cuatro alzas en 2022.
"Ante la inflación y la retirada de estímulos, los encuestados asumen que la renta variable es la alternativa más coherente", señalan desde Efpa
"Los encuestados asumen que estamos ante un ejercicio con alta inflación. Si a ello se le añade la retirada de los estímulos por parte de los bancos centrales y las malas consecuencias que ello tendrá especialmente en la renta fija, parecen concluir que apostar por la renta variable es la alternativa más coherente para tratar de impedir una pérdida de valor de las carteras", señalan desde Efpa España.
"La otra posibilidad es apostar por inversiones alternativas, pero no todos los ahorradores o inversores están preparados para asumir tal apuesta, pese a que en las últimas semanas las grandes gestoras están haciendo atractivas ofertas en ese sentido", añaden.
Menos bonos en cartera
Ante la llegada de las subidas de tipos, las rentabilidades de la renta fija están repuntando, ocasionando pérdidas en las carteras (ya que, en este activo, el rendimiento y el precio se comportan de forma inversa). La inmensa mayoría de los asesores (184 encuestados, el 47,5% del total de participantes) planea reducir su exposición a renta fija de cara a este semestre. Un 44,6% adicional la mantendrá igual, y solo un 7,9% la elevará (en la encuesta anterior, este último dato fue del 7%).
Pese a que las expectativas de rentabilidad para este activo han ido mejorando a lo largo de los últimos meses, continúan siendo pobres. Una cesta de bonos del Tesoro estadounidense ofrece actualmente un 1% (que era un 0,73% hace medio año), tal y como recoge Bloomberg. El rendimiento de la referencia a 10 años (el T-Note) ha escalado hasta el 1,75% desde el entorno del 1,1% en que llegó a estar el pasado verano. Por su parte, una cesta de deuda europea ofrece un 0,27% (hace seis meses, un 0,05%).
Menos españolas
Del sondeo se desprende que la confianza en la bolsa española es más bien reducida. Casi la mitad de los asesores financieros (el 48% de los mismos) recortará la exposición a la renta variable patria, en favor de la de otras geografías. Un 12% sí la elevará.
Esa tendencia a que España adelgace en las carteras, señalan desde Efpa España, "la llevamos observando desde la crisis del 2008. Desde entonces, la bolsa española se encuentra, año a año, en el furgón de cola de las rentabilidades, debido a que las principales compañías cotizadas del país forman parte de los sectores -especialmente el bancario- que más afectados se han visto por la crisis". El ajuste de las valoraciones de las cotizadas españolas no ha terminado y, por tanto, la bolsa española tiene, por ahora, menos que aportar que otros mercados donde los sectores industriales y tecnológicos tienen más protagonismo. Y hacia estos últimos se van dirigiendo los inversores españoles.
La bolsa española repunta en torno a un 1,1% en estos primeros compases del ejercicio, después de remontar solamente un 7,9% en 2021 (entre las principales bolsas, esta fue la menos alcista). Desde este nivel, el mercado pronostica para el indicador un avance del 16,5% en los próximos 12 meses, según recoge Bloomberg. Este potencial, después de haber vivido el Ibex un peor 2021 que sus índices vecinos, supera al del EuroStoxx 50 (que es del 14%), al del Stoxx 600 (12,2%), así como al del estadounidense S&P 500 (11%) y al del global MSCI World (12,3%).