
Las empresas chinas cotizadas en la bolsa estadounidense han sido un dolor de cabeza para los inversores, que han visto como sus participaciones han perdido gran parte de su valor a causa de la alta presión regulatoria del gobierno asiático y las dificultades para conseguir nuevos clientes.
Según los datos de mayo de la Comisión de Revisión Económica y de Seguridad de EEUU y China, 248 empresas del país asiático cotizaban en las bolsas estadounidenses, con una capitalización de mercado total de 2,1 billones de dólares. Sin embargo, a día de hoy, el valor de estas cotizadas ha caído hasta los 1,5 billones, 600.000 millones de dólares menos.
Las valoraciones han caído drásticamente y no se han producido nada más que cuatro ofertas públicas en la segunda mitad del año, frente a las 30 que se llevaron a cabo durante los primeros seis meses de 2021. Sin embargo, gran parte de estas operaciones no llegaron a buen puerto a pesar de que estas empresas presentaban un enorme potencial de crecimiento.
No obstante, el primer semestre del año predecía un resultado notablemente diferente para el final del ejercicio. Simplemente, las 30 OPV que se produjeron entre enero y junio recaudaron un total similar al que reunieron las cotizadas chinas durante todo el 2020. Estas 34 empresas han conseguido 12.600 millones este año, frente a los 11.700 millones que recaudaron las 30 compañías que salieron a bolsa en 2020.
Por el contrario, los resultados para los inversores que adquirieron esas acciones no han sido tan optimistas. "Incluso si el gobierno chino y el gobierno estadounidense dieran luz verde a estas empresas, el rendimiento promedio de las OPV en 2021 es negativo: 42%. Solo el 12% cotiza en positivo", apuntó.
Didi puede ser el espejo en el que se miren el resto de cotizadas chinas
Didi es el ejemplo perfecto de lo que podría ocurrir con el resto de empresas chinas que aún cotizan en los mercados estadounidenses. La empresa de transporte urbano registró la mayor salida a bolsa de 2021. Sin embargo, se desmoronó pocos días después de la oferta inicial y, ahora mismo, se encuentra en proceso de trasladar su cotización a la bolsa de Hong Kong.
Desde el primer momento, la administración china presionó a Didi, advirtiendo a la compañía de que no se hiciese pública en EEUU, ya que los reguladores del país asiático consideraban que contaba con demasiados datos que la convertían en un riesgo para la seguridad nacional, tal y como informó en julio The Wall Street Journal.
Así, después de recaudar más de 4.000 millones en su salida a bolsa, Didi tenía una capitalización de mercado de alrededor de 80.000 millones de dólares. Hoy en día, el valor de la compañía no alcanza los 25.000 millones.
Nuevas regulaciones estadounidenses
A la presión del gobierno chino sobre sus empresas, se unen las nuevas regulaciones de la administración de EEUU. Aquí entra en juego la nueva Ley de Responsabilidad de Empresas Extranjeras que se pondrá en marcha. Esta norma establece que cualquier empresa extranjera que cotice en bolsas estadounidenses debe someterse a auditorías periódicas por parte de la Junta de Supervisión Contable de Empresas Públicas. De no hacerlo, serán eliminados de la lista después de tres años consecutivos de incumplimiento.
Esta nueva regulación afectará en gran medida a las cotizadas chinas, ya que las empresas deben proporcionar pruebas de que no están controladas por sus gobiernos. Cabe destacar que muchas compañías cuentan con miembros en sus juntas ligados directamente al Partido Comunista o al ejército chino, tal y como aseguran desde MarketWatch.
Cabe destacar que la Comisión Reguladora de Valores de China anunció este mismo mes que estaba en conversaciones con reguladores estadounidenses sobre su posible cooperación en la auditoría de sus empresas que cotizan en Estados Unidos.
Sin embargo, el gobierno de Xi Jinping no está por la labor de permitir fácilmente que EEUU obtenga datos de sus compañías, lo que inevitablemente derivará en la exclusión de más empresas asiáticas de las bolsas estadounidenses.
Esto deja a los inversores con el foco puesto en el futuro de las cotizadas más populares, como Alibaba. No obstante, mientras esperan, sus inversiones ya se han devaluado notablemente. El gigante del comercio electrónico, por ejemplo, perdió la mitad de su valor en 2021 y, de hecho, estaría preparando su posible exclusión de los mercados estadounidenses.
Cuidado con las compañías que no hayan previsto una doble cotización
Los pequeños inversores serán los más afectados por esta tendencia. El mayor peligro se encontrará en aquellos que estén posicionados en las empresas que no hayan previsto una doble cotización. Es decir, aquellas compañías que se puedan ver excluidas de las bolsas de EEUU y no cumplan los requisitos para ingresar en la de Hong Kong. Estas serán las más peligrosas de poseer.
De hecho, las exigencias de los reguladores chinos son sumamente complejas. Según Morgan Stanley, estas empresas deben tener una capitalización de mercado de al menos 2.000 millones en el momento de la oferta, y los últimos ingresos anuales deben superar los 500 millones de dólares. Además, deben tener un flujo de caja operativo agregado positivo a tres años de 100 millones de dólares, entre otros requisitos.