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El resurgir de Chesapeake: la pionera del fracking vive su segunda juventud

Sede de Chesapeake Energy Corporation en Oklahoma City. Reuters

Chesapeake Energy es una de esas empresas que ha sufrido varios altibajos desde 1989, fecha de su creación. La que fue segunda productora de gas natural de Estados Unidos y pionera en la revolución del fracking o fracturación hidráulica, llegó a alcanzar una capitalización de más de 35.000 millones de dólares (31.120 millones de euros) en 2008.

Eran buenos tiempos para la compañía y para Aubrey McClendon, su fundador. Sin embargo, en 2016, McClendon perdió su patrimonio neto de 1.200 millones de dólares tras ser acusado de manipular las ofertas por los derechos de perforación y de cargos federales de conspiración. Y no solo eso, ya que un día después de ser acusado, perdió lo más valioso, su vida, después de sufrir un accidente de tráfico.

En 2016, la compañía se desplomó por el precio del petróleo y del gas natural y perdió 18.920 millones de dólares frente a los 3.480 millones que ganó en 2014. En 2020, Chesapeake Energy pasó a alcanzar una capitalización de 116 millones de dólares (103 millones de euros) y una semana después se declaró en quiebra con una deuda que ascendió a 9.000 millones de dólares (7.998 millones de euros), convirtiéndose así en la mayor víctima en el país del desplome de los precios de la energía.

Ahora, recapitalizado y cotizando nuevamente, Chesapeake está viviendo su segunda juventud. La deuda neta se redujo de unos 9.000 millones de dólares a 600 millones, los intereses anuales y los pagos de dividendos preferentes se redujeron alrededor de 700 millones, y su administración y directiva se actualizaron. Ahora todo va bien y buena muestra de ello es que en agosto de 2021 llegó a un acuerdo para la compra de la empresa de gas natural, Vine, por 2.200 millones de dólares. 

El precio de su acción ha pasado de tener un valor de 45 a 60 dólares en seis meses, nada que ver con el 1,5 que llegó a alcanzar en sus horas más bajas. Una acción barata en comparación con otros productores de gas natural, lo que ofrece un punto de entrada atractivo para los inversores. De momento, este nuevo enfoque se adapta bien, aunque la directiva de la empresa sabe que todavía tiene que recuperar a los inversores : "Hablar es barato. Lo entendemos ", indicó Michael Wichterich, presidente de la junta directiva de Chesapeake, según informa Barron's.

Si todo sigue como hasta ahora, Chesapeake espera generar un flujo de efectivo de 6.000 millones de dólares para 2025, aproximadamente igual al valor de mercado de la compañía en la actualidad. Mientras tanto, los inversores comenzarán a recibir el reembolso de forma directa e inmediata. El nuevo régimen de dividendos  comienza en 2022 y tal y como avanza Lloyd Byrne de UBS, la acción rendirá un 12% en dividendos el próximo año.

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