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Japón: un diversificador en las carteras de acciones

  • El análisis de Jacques Henry, estratega de distribución de activos de Pictet WM
Todas las miradas puestas en Japón
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Fumio Kishida ha sido nombrado jefe del gobernante Partido Liberal Democrático y a continuación, este octubre, primer ministro. No se considera que tenga el mismo carisma o la visión que Shinzo Abe, primer ministro en 2016-2020, ni que sea muy innovador en políticas, pero sí que brinde continuidad y estabilidad para garantizar que el Partido Liberal Democrático gane las elecciones anticipadas a la cámara baja del parlamento este 31 de octubre. Además, el estado de emergencia impuesto tras el brote Covid-19 durante los Juegos Olímpicos de verano se ha levantado por completo el 1 de octubre y, a diferencia del anterior primer ministro, Yoshihide Suga, no se enfrentará a un estado de emergencia.

Esto debe allanar el camino a la recuperación de la economía nacional, que hasta ahora ha sido lenta. De hecho, hemos rebajado la previsión de crecimiento del PIB en Japón, a 2,1% desde 2,5%.

El caso es que, a medida que la economía mundial reabre, los exportadores japoneses deben beneficiarse de la demanda. Además, un nuevo paquete de estímulos se discute en el nuevo gabinete del primer ministro para antes de fin de año, lo que puede impulsar la recuperación. Podría ser de hasta 30 trillones de yenes, 6% del PIB japonés. Así que estimamos que para fin de año el índice de acciones japonesas TOPIX llegue a los 2.050 puntos (ver gráfico).

Evolución del Topix japonés
Evolución del Topix japonés

El caso es que hasta ahora las acciones japonesas no han podido igualar a las de EEUU y Europa, donde la rentabilidad sobre recursos propios ya ha superado los niveles anteriores a la pandemia. Las acciones japonesas, a pesar de unos beneficios que superan los de las europeas los últimos años y el catalizador de la renuncia del primer ministro Yoshihide Suga, han demostrado ser las excepción positiva en Septiembre respecto al comportamiento negativos de otros mercados desarrollados e incluso han llegado a alcanzar máximos históricos de rentabilidad total. Pero muestran ligero descuento en valoración.

En general, acciones japonesas y europeas suelen cotizar a múltiplos precio/beneficios similares, pues su crecimiento de beneficios es similar. Pero este año la prima media de riesgo de la renta variable japonesa respecto a acciones europeas se ha llegado a ampliar.

Es cierto que los beneficios de las japonesas tienden a ser algo más volátiles, debido a una mayor proporción de acciones cíclicas, pero si suavizamos tales variaciones, la tendencia de crecimiento de beneficios no ha diferido mucho en 2018-2021 e incluso en 2019-2021 han aumentado un poco más rápido que en Europa.

Además, hay que tener en cuenta que un factor importante del decepcionante comportamiento de las acciones japonesas gran parte de 2021 ha sido el Banco de Japón. Fue pionero entre los bancos centrales cuando introdujo en 2016 el control explícito de la curva de rentabilidad a vencimiento de los tipos de interés a largo plazo, para situarlos cerca de cero y comenzó a comprar ETF de acciones, incluso duplicando el volumen de estas posibles adquisiciones en marzo de 2020.

Sin embargo, desde mayo prácticamente ha detenido estas compras. Esto ha situado a los inversores extranjeros como los compradores marginales de acciones japonesas. Ahora bien, este banco central puede proporcionar más ayuda directa y reiniciar las compras de ETF si los mercados se vuelven una vez más inestables.

Además, las acciones japonesas pueden proporcionar diversificación, sobre todo en un momento en que los bonos se ven desafiados por las presiones inflacionarias. En ocho correcciones del índice S&P 500 desde mayo de 2020, de entre 1,5% y 9,5%, los bonos del Tesoro de EEUU a diez años no lograron revalorizarse, al contrario de lo habitual en dos tercios de las liquidaciones los últimos dos siglos. Ello se debe a la persistente presión inflacionaria y una Reserva Federal menos acomodaticia. Además, las características únicas y factores idiosincrásicos de las acciones japonesas se han puesto de manifiesto el pasado Septiembre, con un comportamiento positivo mientras las acciones en otras regiones caían.

A ello se añade que las acciones japonesas son una forma de acceder al yen, moneda defensiva, que históricamente tiende apreciarse en épocas de ventas masivas de acciones globales. Desde 2007 se ha apreciado en promedio un 1,8% frente al dólar en las liquidaciones del S&P 500.

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