
Los estadounidenses han recibido esta semana otra mala noticia. Este invierno, las facturas de la calefacción serán más elevadas. Según la Administración de Información Energética (EIA, por sus siglas en inglés), casi la mitad de los hogares estadounidenses que calientan sus casas principalmente con gas natural pueden esperar gastar una media del 30% más en sus facturas en comparación con el año pasado.
La agencia añade que las facturas serán un 50% más altas si el invierno es un 10% más frío que la media y un 22% más altas si el invierno es un 10% más cálido que la media.
Al mismo tiempo, el consumidor patrio ya sufre en los precios de la gasolina el repunte de más del 65% de los precios del petróleo en lo que va de año mientras que los del gas natural se han disparado más del 112% desde enero.
Desde el pasado mes de octubre, los precios de la gasolina han subido alrededor de 1,10 dólares por galón (3,1 litros) y actualmente oscilan los 3,27 dólares por galón, según la AAA. El precio podría continuar escalando a media que el West Texas Intermediate superaba esta semana los 80 dólares por barril por primera vez desde 2014 y mantiene su carrera hacia los 100 dólares.
"Tenemos un aumento de la energía que será un lastre para el crecimiento del cuarto trimestre"
Bruce Kasman, economista jefe de JPMorgan, reconocía en una nota a sus clientes que los periodos de subida de los precios del petróleo suelen dar problemas dado que traen consigo elementos perturbadores más amplios con posibles lastres para el crecimiento.
"Tenemos un aumento de la energía que será un lastre para el crecimiento del cuarto trimestre", avisa al tiempo que aclara que no atisba una recesión "pero sí en el que hay que preocuparse de que afecte al crecimiento de forma importante".
Todo ello en un momento en que la inflación alcanzaba en septiembre un aumento interanual del 5,4% (4% en su tasa subyacente) permeando poco a poco en la cartera de los consumidores mientras los cuellos de botella y problemas de suministro amenazan con destartalar la temporada de compras navideña.
Los minoristas intentan mantener el tipo a pesar de las presiones que se ciernen sobre la recta final del año, entre las que se incluyen la escasez de trabajadores y las interrupciones en la cadena de suministro.
Tres de cada cuatro minoristas estadounidenses afirman que los consumidores esperan más de las tiendas de lo que pueden ofrecer debido a la escasez de mano de obra, según la encuesta realizada por el especialista en gestión de personal UKG. Cerca del 85% espera que las interrupciones en la cadena de suministro afecten a los clientes.
De momento, ICSC, la principal organización de centros comerciales a este lado del Atlántico, se siente bastante optimista respecto a la próxima temporada navideña, a pesar de los quebraderos de cabeza de la cadena de suministro y prevé que las ventas en noviembre y diciembre aumenten un 8,9% en comparación con el año pasado.
El año pasado, el gasto creció un 8,3%. Más del doble del 3,5% de crecimiento medio de los cinco años anteriores, según las cifras de las fiestas comunicadas por la Federación Nacional de Minoristas (NRF, por sus siglas en inglés).