
El escenario de precios del petróleo que manejaban el año pasado las petroleras para 2021 se ha quedado corto. Como es lógico, las empresas del sector suelen ser prudentes a la hora de valorar a qué precios podría moverse el recurso energético, y evitan trazar sus planes estratégicos descontando que se producirá el mejor de los escenarios.
Sin embargo, este año el rally que está experimentando el precio del barril está siendo uno de los mejores que podían contemplar hace meses, y Repsol es el mejor ejemplo.
La compañía española marcó el año pasado los 50 dólares del barril de Brent para la retribución y el desarrollo de su plan estratégico. Con un barril que ya ha alcanzado los 80 dólares, son muchos los problemas inesperados que tendría que sufrir la compañía para que no le salgan las cuentas. De hecho, para la firma española, una subida de 30 dólares el barril, si se mantuviese durante todo un año, supondría un incremento de varios cientos de millones en beneficio bruto.
Antonio Lorenzo, director económico financiero de la compañía, explicaba el pasado mes de julio en una entrevista con elEconomista, que el aumento de 10 dólares el barril que habían confirmado para este año, desde las previsiones del año anterior, supondría un aumento del beneficio bruto de unos 200 millones de euros. "Un cambio de un dólar en el precio del barril para nosotros supone 60 millones de euros en beneficio operativo", señalaba entonces. De este modo, la subida de 10 dólares suponía 600 millones más de ebitda, al que había que descontar unos 400 millones por el aumento del margen de refino.
Cualquier director financiero de una gran petrolera integrada debe tener estas ecuaciones en la cabeza. La realidad es que los cálculos pueden ser muy diferentes para cada compañía, ya que, como explican desde la petrolera española, es algo que depende de infinidad de factores: el tipo de petróleo que manejan, la estructura de costes de la empresa, el recorte en el margen de refino que genera una subida de precios del crudo... etc. También, fuentes de la compañía explican que son datos sensibles para la empresa que suelen guardar con bastante celo.
Lo que está claro es que, con el barril europeo en los 80 dólares, máximos no vistos desde el año 2018, el viento sopla de cola para las grandes petroleras mundiales, siempre y cuando se mantenga así. En un sector para el que ya se esperaba una rentabilidad por dividendo elevada, los altos precios del crudo cimientan estas retribuciones, además de que podrían dedicarse a otro tipo de actividad, como inversiones en renovables, en el caso de la petrolera española, que tiene como objetivo alcanzar el objetivo de cero emisiones para el año 2050.
En general, los analistas avalan ahora el buen momento para el sector del petróleo. Mientras las eléctricas están en el punto de mira de algunos reguladores por la crisis de los precios de la electricidad que se está produciendo, el sector del petróleo sigue teniendo buen aspecto, según la opinión de los expertos.
Los altos precios del petróleo, por ejemplo, contribuyen a asegurar más una rentabilidad por dividendo que para 2021 se espera en el 6,3% para las 20 mayores petroleras integradas del mercado, según el consenso de analistas que recoge FactSet. También, con el beneficio esperado para 2022 en la mano, estas 20 empresas cotizan ahora con un PER (multiplicador de beneficios) de 8,5 veces.
Según los analistas, se trata de un sector atractivo en el que fijarse en este momento, con 10 de las 20 mayores cotizadas recibiendo la recomendación de compra, y las otras 10 siendo un mantener, por lo que no hay ninguna venta en este grupo de compañías. Además, prácticamente todas, 18 de 20, cuentan con potencial alcista en este momento para los expertos.
Técnicas Reunidas, impacto indirecto
La otra empresa del mercado español que tiene una exposición importante al precio del oro negro es Técnicas Reunidas, pero, en su caso, la correlación entre las subidas del crudo y sus resultados no es tan directa como en una empresa petrolera. Técnicas Reunidas es una compañía que ofrece servicios de ingeniería, especialmente para el sector del petróleo y el gas, por lo que sus ingresos dependen de los contratos que consiga en el mercado, y estos, de la reactivación de las inversiones por parte de las compañías del sector.
En este sentido, el incremento de los precios del petróleo es positivo para la empresa, ya que, como explican fuentes de la compañía, "repercute en que nuestros clientes aceleren las inversiones, especialmente si creen que va a seguir subiendo".
Eso sí, se trata de un proceso que "no es inmediato". Es ahora, por ejemplo, cuando la empresa está notando un mayor interés por parte de sus clientes: "Desde finales de verano están más activos", y reconocen que es "muy probable que se plasme pronto en nuevas adjudicaciones".
Aunque la firma no tiene una correlación tan directa con el precio del crudo como puede tenerla Repsol y otras petroleras, sí reconocen que existe una relación entre su comportamiento en bolsa y el precio del oro negro: "Tomando una cesta de empresas de servicios de ingeniería, en algunos periodos hemos encontrado que la correlación entre estas firmas y el precio del petróleo se ha situado en 0,8 y 0,9", explican desde la firma.
El daño del petróleo más caro
Una subida de los precios del petróleo, aunque suele ser positiva para las empresas del sector, también tiene su parte negativa para la economía mundial. El beneficio que consiguen las petroleras y cualquier otro sector que pueda terminar viéndose beneficiado por un barril más caro, no es suficiente para equilibrar el daño que hace al resto de la economía. Según los cálculos del FMI, en 2014 una subida del 10% en el precio del petróleo repercutía en los dos años siguientes en una caída del PIB mundial de casi el 0,3%.
No todas las regiones sufrían igual: Estados Unidos y la zona euro experimentaron un impacto negativo del 0,2% en el PIB en este periodo, debido al encarecimiento del crudo, pero la peor parte se la llevaron otros países. Japón, por ejemplo, vio su PIB recortado en un 0,3%, al igual que China, mientras que otras economías emergentes lo sufrieron en un recorte del 0,4% de su PIB.
Quienes se beneficiaron de la subida del crudo, como es lógico, fueron los grandes exportadores de petróleo. Para Rusia y Arabia Saudí una subida del precio del crudo el 10% aumentó su PIB un 1,3% en dos años, según los cálculos del FMI que recoge CaixaBank Research.
Desde el banco español explican cómo el daño es especialmente fuerte cuando las subidas del petróleo se producen por una escasez de oferta, ya que, en los periodos en los que ocurre por mayor demanda, esto suele estar asociado a un momento de crecimiento económico de forma global.