
El universo de la renta fija sostenible, que incluye los criterios ESG, no ha parado de crecer en 2021. Está siendo un año en el que el volumen de emisiones de este tipo de deuda está batiendo récords, con 652.000 millones de dólares en nuevas emisiones al cierre de agosto, una cantidad que ya supera en un 36% el total de emisiones que se llevaron a cabo en todo 2020, de 480.000 millones, aproximadamente, según los datos de Bloomberg.
Cada vez son más las compañías que se han lanzado a emitir este tipo de deuda, que exige cumplir ciertos criterios de sostenibilidad para recibir la calificación de ESG, y el universo de fondos que invierten en ella no para de crecer.
Sin embargo, el comportamiento que están teniendo los bonos que cumplen estas características no está siendo bueno en lo que va de año. En un 2021 en el que el índice de deuda mundial de Bloomberg pierde un 2,33% por precio, las pérdidas que deja el selectivo de la misma casa, pero que sólo incluye bonos sostenibles (Bloomberg Global Aggregate Sustainability) son mayores, del 3,06% a cierre de agosto.
Es más, si el año terminase ahora, prácticamente igualaría el peor ejercicio que ha vivido el índice de bonos sostenibles en toda su historia, desde que se empezaron a recoger datos en el año 2007. En 2015 el selectivo cerró con una caída del 3,1%, prácticamente la misma que acumula en lo que va de 2021.
Llama la atención que el peor comportamiento relativo de los bonos que tienen en cuenta los criterios ESG, frente a aquellos que no, esté produciéndose en un momento en el que el mundo de la inversión parece estar más volcado en el aspecto de la sostenbilidad.
Los planes de estímulo en Europa están muy orientados a favorecer la transición verde y sostenible, y el mismo Banco Central Europeo (BCE) ya reconoce que tendrá en cuenta los criterios sostenibles a la hora de llevar a cabo su política monetaria. Sin embargo, es precisamente en el Viejo Continente donde las pérdidas están siendo más abultadas.
Dónde se pierde más
El índice de deuda sostenible mundial que recoge Bloomberg también se desglosa en dos grandes bloques: el de bonos estadounidenses ESG y el de europeos. Ambos retroceden en lo que va de año, pero las pérdidas están siendo especialmente abultadas para los bonos de emisores del Viejo Continente. El Bloomberg MSCI US Aggregate Sustainability Index pierde un 0,8% en 2021, mientras que las caídas del Bloomberg MSCI Euro Aggregate Sustainability Index son del 4,78% en el mismo periodo.
Estas pérdidas contrastan con el 1,22% que se pierde con el índice general de Bloomberg de deuda europea. La diferencia de comportamiento entre el selectivo de deuda ESG estadounidense y el no-ESG de la misma región es mucho menor, ya que este último cae un 0,69% en el año, apenas 0,10 puntos por debajo de su homólogo sostenible.
Si se excluye la deuda soberana y sólo se tiene en cuenta la corporativa, la fotografía es similar en 2021. El índice global de deuda corporativa con criterios ESG pierde un 1,21% en el año, frente a las caídas del 0,22% que experimenta el selectivo que incluye bonos no-ESG.
¿Porqué esa diferencia?
La brecha que se ha abierto en 2021 entre el comportamiento del índice sostenible y el que no lo es no tiene una explicación sencilla. Enrique Lluva, subdirector de renta fija de Imantia Capital, destaca cómo "la respuesta tiene que tener que ver con los componentes", y descarta que pueda tener que ver con una cuestión de oferta o demanda de este tipo de bonos. "Sigue habiendo un apetito enorme por colocar la liquidez del sistema, y ese apetito no es ajeno al ESG. Se está emitiendo mucho y hay mucha demanda", explica.
Se trata de dos índices comparables, ya que ambos cuentan con una duración similar (el de deuda ESG se mantiene en los 7,59 años, y el de deuda global en 7,47).
Una cuestión en la que se diferencian los dos índices, y que puede estar haciendo que la deuda sostenible se comporte algo peor que la global, es la rentabilidad a vencimiento que mantiene cada índice en este momento. Según los cálculos de la agencia, el sostenible ofrece un 0,78% en este momento, frente al 1,03% del global. En un mundo de tipos bajos, en el que la búsqueda de rentabilidad es un gran reto para los inversores, quizá esos 20 puntos básicos extra que ofrece la renta fija no sostenible pueden estar detrás de su mejor comportamiento en 2021.
Desde Capital Group explican cómo "los bonos ESG conllevan una prima de precio (greenium) que se traduce en una reducción del rendimiento de 4,1 y 3,1 puntos básicos en relación con los bonos no considerados ESG, según los datos que recogimos entre noviembre de 2020 y mayo de 2021".