
Las compras se impusieron ayer de forma contundente en el mercado global de renta fija. Los inversores en bonos celebraron las conclusiones del encuentro de banqueros centrales celebrado en Jackson Hole (Wyoming, EEUU), en el que Jerome Powell, presidente de la Fed, dejó claro que la idea de iniciar la retirada de estímulos este año no implica una aceleración de la subida de tipos.
En cualquier caso, y a pesar de este empujón, las principales referencias a 10 años en deuda pública global cerrarán, a falta de la sesión de hoy, el mes de agosto con ventas (y con un aumento de la rentabilidad, ya que ésta sube a medida que cae el precio). La excepción son Italia y Portugal, que sí han visto reducido ese rendimiento.
La principal referencia al otro lado del Atlántico, el T-Note estadounidense, ofrecía a media sesión de ayer un 1,29% (a cierre de julio, su rendimiento era del 1,22%) mientras que, en el Viejo Continente, el bono alemán continuaba en rentabilidad negativa, en el -0,433%, frente al -0,46% con el que arrancó el mes. Los inversores también pagan por prestar dinero a Francia, concretamente un -0,08% (era del -0,10% al cierre de julio). El bono español a 10 años, por su parte, ofrecía un 0,28%, frente al 0,266% de cierre de julio. Y el papel italiano a 10 años, el que más rentabilidad ofrece en Europa (un 0,6%) fue el que más compras recibió ayer, cuando su rendimiento cedió algo más de 2 puntos básicos.
Este lunes, Francois Villeroy de Galhau -uno de los miembros del Consejo de Gobierno del BCE con mayor peso- dejó entrever que una reducción o desaceleración en las compras es posible, al asegurar que el BCE debería tener en cuenta la mejora de las condiciones financieras cuando decida cuál debe ser el ritmo de la compra de bonos la próxima semana, según recogió Bloomberg.
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