El comienzo de curso tras el verano nos deja una foto muy parecida a la de años precedentes, las grandes compañías de la bolsa española se compran baratas respecto a sus beneficios. Sin embargo, lo barato no en todas las ocasiones es rentable, de la misma forma que el dinero del pobre va dos veces al mercado frente al del rico que puede adquirir cosas de mayor calidad.
La intención de comprobar empíricamente si lo barato es más rentable es el motivo por el que en elEconomista nos hemos propuesto enfrentar la cartera que hoy se puede construir por multiplicadores de beneficios más bajos de la bolsa española frente a la que se compran más caros. Teóricamente valor frente a crecimiento. El problema es que si una compañía está históricamente siempre barata por PER -el número de años que el precio de la acción recoge sus ganancias- es un trampantojo de valor. Y de esos hay bastantes ejemplos en nuestro mercado.
Hablar de peres baratos indefinidamente provoca la desafección de mucho inversores y acaba siendo como esas traducciones que se hacen para ser enterradas en documentos oficiales. Javier Marías, en Corazón tan blanco, lo explica de la siguiente forma: "cualquier idiotez que cualquier idiota envía espontáneamente a los organismos internacionales es traducido inmediatamente al inglés, francés, español, ruso, chino y árabe. Quizás no se haga nada con ellas, pero se traduce".
Se traduce como sistemáticamente se habla de una determinada compañía por lo barata que está por PER, para de aquí un año y el siguiente seguir estando barata.
Si el multiplicador de beneficios del Ibex actual es de 16 veces, dentro del índice nos encontramos que una decena de firmas cotizan por debajo de las 12 veces. Y no a todas hay que ponerles la etiqueta de baratas.
Entre estas aparecen los bancos, Telefónica y Repsol -no lo hacen las eléctricas-, y hay que recordar que la foto con la que arranca el comienzo de curso no es muy positiva. Entre los quince mayores bancos europeos, Santander y Caixabank se quedan en mitad de tabla de las mejores recomendaciones, séptima y octava, mientras que BBVA es undécima. En el caso de Repsol se va a la cola, duodécima petrolera. Entre las eléctricas, Iberdrola y Endesa están también en la parte baja, décima y undécima. Y en el negocio de la telefonía y comunicaciones, Telefónica ocupa una deslucida duodécima posición. No debe sorprender que el título que más valor ha creado para el accionista en los últimos años, Cellnex, sea el tercero del sector. Su historia de crecimiento es trepidante después de haber completado este año la mayor ampliación de capital que recordamos, de 7.000 millones de euros. Solo mejoran su recomendación Vodafone y Deutsche Telekom, una de las últimas incorporaciones al Eco30 Stoxx.