
Un déjà vu es una reacción psicológica que hace que una persona sienta que ya ha vivido una situación concreta del presente en el pasado. Eso parecen estar experimentando algunos analistas este año, con un S&P 500 camino de establecer un récord de récords y todo el mundo ganando dinero, algo muy similar a lo vivido antes de la crisis de 1987. No obstante, los analistas perciben ciertas diferencias que quizás eviten que se repita el fatídico "Lunes Negro".
La principal disparidad se encuentra al comparar los resultados del índice S&P 500. En lo que va de año, el incide ha subido un 18%, una cifra muy alejada del 36% registrado durante el mismo periodo de 1987. En cambio, lo que sí inquieta un poco a los analistas consultados por MarketWatch es que los rendimientos de 2019 y 2020, del 31% y del 18%, respectivamente, coinciden exactamente que los obtenidos en 1985 y 1986.
Por su parte, los analistas de Bespoke Investment Group destacan la racha de récords del S&P 500 en lo que va de año, casi 50, que, de seguir así, podría alcanzar 78 máximos de cierre, superando el récord de 77 registrado en 1995.
Sin embargo, esta consecución de récords no implica que obligatoriamente el ritmo se vaya a mantener, señalan los analistas. En los últimos 70 años, ha habido cinco años en los que el S&P 500 ha tenido más de 40 máximos históricos hasta el 16 de agosto, pero solo dos de ellos acabaron el año con récords al cierre.
¿Qué supone para el rendimiento del todo el año?
Según los datos Bespoke Investment Group, los años que el índice S&P 500 no ha alcanzado más de 40 máximos históricos antes del 16 de agosto han registrado de media un mayor crecimiento (3,6%) desde esa fecha hasta final de año que los cinco años en los que sí lo hizo (2,1%), puesto que el batacazo bursátil del Lunes Negro de 1987 lastra dicha media.
Aún así, los analistas recomiendan precaución, pues no se trata de una ciencia exacta y "el rendimiento pasado no es indicativo de los resultados futuros".