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El plan bipartidista de infraestructuras sin subida de impuestos alimenta el rally en Wall Street

Joe Biden. Foto: Reuters
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No es coincidencia que David Kostin, el estratega jefe de Goldman Sachs, se sumase esta semana al coro de alcistas ya avalado por su homólogo en Oppenheimer, John Stoltzfus, que sitúa al S&P 500 en los 4.700 a finales de este año. Entre los factores que potencian este renovado optimismo se incluye la fructífera temporada de resultados y precisamente los valores relacionados con infraestructuras superan el rendimiento del mercado gracias a la oleada de revisiones al alza de sus beneficios.

Y es que los inversores a este lado del Atlántico descuentan ya que el proyecto de ley bipartidista de inversión en infraestructuras, que incluye 550.000 millones de dólares en gasto adicional, conseguirá aumentar la inversión sin grandes cambios en el frente fiscal.

Todo ello incluso después de que a última hora del jueves, la Oficina Presupuestaria del Congreso (CBO por sus siglas en inglés) estimó que el paquete total, por valor de un billón de dólares, añadiría 256.000 millones de dólares al déficit federal durante la próxima década. Una píldora difícil de tragar para los senadores republicanos que han insistido en costear la legislación sin aumentar todavía más la brecha pública.

El texto del proyecto de ley de infraestructuras del Senado tiene más de 2.700 páginas y es lo suficientemente jugoso como para beneficiar a múltiples sectores y compañías concretas. De hecho el recuento de palabras es una primera referencia para empezar a estimar sus implicaciones.

Las "carreteras" se mencionan hasta 900 veces. Los "túneles" y "puentes" aparecen 31 y 20 veces, respectivamente, según señala el semanario Barron´s. Por su parte, los "vehículos eléctricos" y su "recarga" cuentan con 117 referencias mientras que el "agua" hace lo propio con 779. A simple vista, los grandes ganadores de este proyecto de ley son los valores tradicionales de infraestructuras que trabajan en las carreteras y con servicios públicos.

"El proyecto se concentra principalmente en las infraestructuras de transporte tradicionales y otras inversiones en infraestructuras relacionadas con los servicios públicos (agua, alcantarillado, electricidad, banda ancha). Omite la mayor parte del gasto en energías limpias y vehículos eléctricos que propuso la Casa Blanca", destaca Alec Phillips, economista de Goldman.

Si el proyecto de ley se convierte finalmente en ley podría desencadenar la mayor inversión en infraestructuras en aproximadamente un siglo. Por otra parte, las empresas también tienen muchos incentivos para priorizar el gasto de capital, dados los bajos tipos de interés, el sólido crecimiento de los beneficios empresariales y el aumento de los precios gracias al proceso de reapertura y recuperación de la pandemia.

Un buen año para las infraestructuras

Los valores relacionados con las infraestructuras han tenido un buen año. El ETF iShares U.S. Infrastructure (IFRA) ha subido casi un 20% en 2021, un poco más que el 17% y el 14% de rendimiento acumulado por el S&P 500 y el Dow Jones. Eso sí, una parte del aumento del gasto ya está descontada y de cara al futuro, el reto para los inversores es averiguar cuánto recorrido existe para los sectores y valores que saldrán beneficiados con el desembolso que se distribuirá a lo largo de los próximos años.

Así pues, el nuevo paquete de infraestructuras representa una guinda a una economía ya de por sí fuerte para los fabricantes de equipos Caterpillar y Deere, así como para las empresas orientadas al agua como Evoqua y Xylem. Pero también supone un colchón inesperado para las empresas de cable y fibra óptica de Internet, con 65.000 millones de dólares destinados a mejorar el acceso a Internet de las comunidades pobres y aisladas.

El plan, que aún debe conciliarse con la versión de la Cámara de Representantes, ayudaría a los proveedores de internet como AT&T y Charter Communications al proporcionar 40.000 millones de dólares en subvenciones que los estados pueden repartir a los operadores que amplíen sus redes a los hogares que carecen de servicio de alta velocidad.

Para Matthew Hornbach, estratega de Morgan Stanley, el estímulo de las infraestructuras también tendrá un efecto en la renta fija, ya que hará subir las primas a plazo. Según estima, la combinación de las expectativas de tipos más altos y las primas a plazo debería elevar los rendimientos del bono del Tesoro a 10 años de EEUU hasta el 1,80% a finales de año.

Pero tampoco debemos olvidar que más allá de este paquete bipartidista se esconde otro mucho más suculento, alrededor de 3,5 billones de dólares, que espera aprobarse a través de una reconciliación presupuestaria. Este necesitará una mayoría simple para avanzar en la Cámara Alta y se espera que incluya, entre otras medidas, deducciones fiscales por la compra de vehículos eléctricos. Esto debería ayudar a las acciones de Tesla y General Motors. Eso sí podría venir acompañado de aumentos de impuestos por valor de 1,5 billones de dólares, según estiman desde Goldman Sachs.

Aunque el proyecto de ley bipartidista de infraestructuras podría ser aprobado por la Cámara de Representantes tan pronto como el próximo septiembre, es muy probable que cualquier decisión esté vinculada al proyecto de ley de reconciliación, retrasando cualquier acción final sobre ambas iniciativas hasta finales de año.

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