
El barril de petróleo, tanto en su referencia europea (Brent) como en la estadounidense (West Texas), comenzó agosto con el pie izquierdo. Los bajistas se han impuesto con claridad en las primeras sesiones del mes (ambas referencias se dejan alrededor de un 5% en lo que ha transcurrido de semana), y ahora el barril de oro negro que se usa al otro lado del Atlántico deberá remontar en lo que queda de agosto para dar continuidad a la racha de cuatro meses consecutivos al alza que atesoraba desde abril.
De lograrlo conseguiría batir un récord que no se veía en la referencia estadounidense desde finales de 2017 y principios de 2018, cuando el barril encadenó cinco meses consecutivos de ganancias. Y lograría también auparse por encima de los máximos marcados ese año, en los 76,4 dólares.

Los inversores a corto plazo se sintieron este inicio de semana "inquietos por una ralentización económica en China, provocada en parte por la rápida propagación de la variante del Delta en la región", señala Pierre Veyret, analista de ActivTrades, quien explica que en estas circunstancias "el inversor se ve tentado a trasladar su exposición a sectores más defensivos, como los valores cíclicos y las acciones financieras y sanitarias".
Y es que, "la preocupación por las restricciones, combinada con la ralentización de la actividad fabril en los principales países compradores" es algo que no pierden de vista los inversores, destaca desde IG Sergio Ávila.
¿Le queda poco recorrido?
A pesar de los últimos descensos, el barril de West Texas cotiza ahora por encima de las valoraciones que proyectan los analistas de cara a final de año, que discurren de media por los 67 dólares según recoge el consenso de mercado de Bloomberg.
Sin embargo, sigue habiendo algunos expertos que ven aún más recorrido al oro negro, como los analistas de Commerzbank, Intesa Sanpaolo o Capital Economics, que ven al barril cotizando por encima de los 70,5 dólares de cara a final de año.