
Los fondos de inversión centrados en la sostenibilidad se han convertido en el nuevo fetiche de los partícipes, hasta el punto de que algunos productos se han visto desbordados a la hora de recibir peticiones de entradas de dinero y han decidido aplicar en los últimos meses un cierre parcial o soft close, como se denomina en la jerga financiera, para evitar perjudicar su rendimiento y a los partícipes que ya están invertidos. Los casos más conocidos han sido los del BNP Paribas Funds Energy Transition, el Nordea Global Climate and Environment Fund o el Pictet Global Environmental Opportunities, pertenecientes a firmas muy reconocidas dentro de la temática de la sostenibilidad.
La aparición de la pandemia del Covid el año pasado y la reacción de las autoridades europeas para reactivar la economía, dedicando casi un tercio de los fondos de recuperación a proyectos de sostenibilidad, aumentaron el flujo de dinero hacia fondos con esta estrategia y pusieron el foco en los productos con mejor comportamiento.
Nordea Global Climate and Environment Fund había logrado un rendimiento del 38% en 2019 y el año pasado cerró con un 20%, mientras que el BNP Paribas Funds Energy Transition, que no llega a los dos años de vida aún, obtuvo un extraordinario 165% de rentabilidad en 2020. En el caso del Pictet Global Environmental Opportunities, hace dos años consiguió un 40% de revalorización, mientras que el año pasado terminó con más de un 20%. Estos porcentajes pusieron a estos fondos en la diana de los inversores y encendieron la señal de alerta de las gestoras.
El fondo de BNP, una firma que en esta clase de productos supera los 18.000 millones de euros de patrimonio, ya se ha reabierto, después de que se haya reforzado el equipo de gestión con la contratación de más profesionales. Sol Hurtado de Mendoza, directora general de BNP Paribas AM Iberia, explica que el Energy Transition ha tenido unos flujos de entrada de dinero muy fuertes. "El equipo gestor estaba desbordado y se necesitaban más personas. Pero no había ningún problema respecto al universo de inversión. En el área de transición energética, el universo de compañías no ha hecho más que crecer, al igual que en temas medioambientales", subraya.
Gonzalo Rengifo, director general de Pictet AM Iberia, firma que también tiene otros fondos bajo soft close, como el Pictet Water, el Pictet Robotics y el Pictet Security, asegura que cuando el volumen de activos gestionados es creciente "tomamos medidas", como el establecimiento de umbrales máximos que permitan mantener la calidad de la estrategia. "Los factores que determinan el cierre parcial incluyen la liquidez, recursos, estilo de inversión y la generación de exceso de rentabilidad respecto al riesgo asumido. No es simplemente una función del universo invertible. Además, generalmente, cierta capacidad se reserva para inversores institucionales, que toman las decisiones de inversión en plazos más largos", señala.
¿Podrían generalizarse este tipo de cierres parciales en otros fondos similares en un momento en que el apetito inversor por la temática ESG se ha disparado? Solo en Europa el 51% de las captaciones netas durante el primer cuatrimestre del año se han dirigido a esta clase de productos, según un estudio de Morningstar, acumulando entradas de dinero por valor de 120.000 millones de euros, un 18% más que a finales del año pasado. Y esto ha llevado su patrimonio hasta los 1,3 billones, el 12% del total de fondos de inversión europeos.
Y no solamente han sido los fondos activos los que han experimentado fuertes entradas de dinero, sino que los pasivos también se han beneficiado de esta corriente. "La demanda de ETF temáticos relacionados con el cambio climático por parte de los inversores europeos se disparó el año pasado. Solo en abril han captado 9.000 millones de euros, una cifra que duplica la alcanzada el mismo mes del año pasado. Observamos una tendencia similar en EEUU, donde este tipo de fondos cotizados han alcanzado los 17.000 millones a finales de abril, habiéndose triplicado en el último año", apunta Morgane Delledonne, directora de investigación en la gestora Global X.
Beatriz Hernández, analista de fondos de atl Capital, explica que la capacidad de gestionar grandes volúmenes de patrimonio no depende tanto de que los fondos sean ESG o no sino del tamaño de las compañías en las que invierten. "Las empresas pequeñas tienen el hándicap de que muchas no tienen rating por las entidades de calificación de sostenibilidad. Por lo tanto, en los fondos ESG es más común ver a empresas de gran capitalización bursátil, lo que implica que los gestores no deberían tener ningún problema adicional", subraya
A Francisco Julve, responsable de selección de fondos de A&G, le preocupa sobre todo la juventud de los fondos, ya que solamente el año pasado se lanzaron más de 500 nuevos productos, según Morningstar. "Nos preocupan estrategias muy jóvenes que en poco tiempo alcanzan patrimonios muy altos, muy ligadas a momentum, y en las que existe demanda de clientes finales con la percepción de no perderse una oportunidad. Las revisiones de este tipo de estrategias y sus competidores hay que hacerlas con mucha mayor frecuencia que otros activos más consolidados, porque los universos de inversión cambian muy dinámicamente, los tamaños de los fondos también y las conclusiones sacadas hace pocas semanas pueden variar rápido en el tiempo", advierte.