
Históricamente siempre que Washington ha aumentado los impuestos a las empresas y los particulares, el S&P 500 ha registrado un rendimiento inferior a la media durante el primer año y ventas en el segundo, según concluye BTIG.
En estos momentos está previsto que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, proponga esta semana una subida del impuesto sobre las plusvalías para aquellos que ganan más de un millón de dólares hasta el 39,6%. Medida que permitirá financiar su Plan de Familias Americanas que se presentará este miércoles.
De esta forma, aquellos que ingresen más de un millón de dólares podrían llegar contar con una tasa del 43,4%, dado que no se retirará el actual impuesto del 3,8% sobre los ingresos por inversión para financiar programas sanitarios. Si a ello añadimos los impuestos que imponen los propios estados, el impuesto estatal y federal combinado a las plusvalías podría alcanzar el 52,22% para los neoyorquinos y el 56,7% para los californianos.
Esto se sumaría a la propuesta del demócrata de elevar el impuesto de sociedades del 21% al 28% para costear su plan de inversión en infraestructuras. Además, el gobierno de Biden propone duplicar el tipo impositivo mínimo sobre los ingresos globales intangibles de baja tributación (GILTI por sus siglas en inglés) del 10,5% al 21%.
Al mismo tiempo tiene previsto eliminar la deducción por beneficios intangibles derivados del extranjero (FDII, por sus siglas en ingles). Por último se plantea un impuesto mínimo del 15% sobre los beneficios contables, es decir, aquellos que las empresas declaran a los accionistas.
Es por ello que Julian Emanuel, jefe de estrategia de acciones y derivados de BTIG, ha analizado el impacto que históricamente este tipo de movimientos tributarios han tenido en la bolsa americana.
De esta forma descubre cómo el S&P 500 mantuvo las compras en un 62% de las ocasiones durante el primer año en que subieron los impuestos. No obstante ganó de media un 2,4%, muy por debajo de su media anual a largo plazo del 7,7%.
Pero el segundo año fue aún peor. El S&P 500 bajó una media del 0,9% y acumuló un rendimiento negativo en el 54% de las veces. Un ejemplo reciente se remonta a 1993, cuando el indicador ganó un 7,1% al tiempo que el tipo impositivo máximo del IRPF se elevó al 39,6% y el impuesto de sociedades al 35%, niveles que se mantuvieron hasta 2017. En 1994, el S&P 500 registró pérdidas del 1,5%.
Pero tras las subidas de impuestos de 1968 esta dinámica fue aún más marcada. En el primer año, cuando el IRPF máximo alcanzó el 75,3% y el impuesto de sociedades el 52,8%, el S&P 500 repuntó un 7,7% pero cayó un 11,4% en 1969.
Emanuel identifica también algunos ejemplos contundentes del comportamiento del mercado, como cuando se incrementó el impuesto sobre las plusvalías en 1986. Le siguió 1987, "un año con ligeras ganancias (2,3%) intercaladas con el mayor desplome de la historia de los mercados", señala.
Este experto también advierte que el aumento del impuesto sobre las plusvalías ha coincidido con largos periodos negativos para la renta variable.
"El tipo impositivo de las ganancias de capital comenzó a subir en 1968 y alcanzó un máximo del 39,87% en 1976 donde se mantuvo hasta 1978", aclaró. En 1968, el Dow Jones cotizaba en los 985,21 puntos en 1968 pero cayó hasta los 907,74 en 1978.
Aun así, Emanuel considera que todavía queda recorrido para el actual mercado alcista "a pesar de la posibilidad de una pausa a corto plazo".