
Las bolsas se han topado con un nuevo escollo que sortear en su escalada, y esta vez no se trata de la pandemia, ni del miedo a la inflación, ni de la subida en la rentabilidad del bono americano o del precio de las materias primas. Se trata, más bien, de la barrera que supone que tanto el parqué europeo como el americano alcancen ya ganancias del 10% en lo que va de año, un nivel en el que muchos inversores recogen beneficios a la espera de que se produzca una nueva corrección para volver a entrar en el mercado.
Llegar al 10% es algo que la bolsa europea consiguió primero, y a lo que se unió Wall Street el viernes. Ya la semana pasada, el EuroStoxx 50 coqueteó incluso con llegar a los 4.000 puntos, un nivel no visto desde 2008. Su saldo en el año es una rentabilidad del 11,52%; mientras que el del S&P500, que encadena tres semanas consecutivas de subidas en las que ha dibujado nuevos máximos, suma un 9,71%.
Sin embargo, la cautela se impuso este lunes en ambos mercados, con ligeras ventas, a pesar de que solo unas horas antes, en la noche del domingo, Jerome Powell, el presidente de la Reserva Federal, reconoció en una entrevista emitida en un programa de televisión de amplia difusión, de la cadena CBS, que la economía de Estados Unidos se encuentra en un punto de inflexión ante la expectativa de que el crecimiento y la creación de empleo se aceleren en los próximos meses -algo que el mercado ya tiene puesto en precio-. Aunque matizó, también, que una reapertura demasiado temprana de la economía no deja de representar un riesgo.
Ganancias de hasta el 7%
A la espera de ver si en mayo se cumple uno de los aforismos más famosos en el mundo de la inversión (el sell in May and go away, que viene a ser vende en mayo y vete), lo cierto es que los inversores más agresivos suman ya rentabilidades de casi el 7% en sus carteras en lo que va de año ante la expectativa de recuperación económica alentada por los avances en las campañas de vacunación y los estímulos monetarios y fiscales -ese casi 7% es lo que ganan los fondos mixtos de esta categoría, según Morningstar, con datos hasta el 7 de abril, último disponible-. Casualidad o no, el periodo que va entre mayo y octubre es el más flojo en términos de retornos para la bolsa de Estados Unidos, aunque históricamente han seguido siendo positivos, según datos de LPL Research. Por contra, el periodo más positivo para los inversores se produce entre noviembre y abril.
En el caso de los inversores moderados, que invierten entre un 35% y 65% de su cartera en renta variable y el resto en renta fija, consiguen retornos del 4,6% en el año, después de que perdieran un tibio 0,07% el año pasado (en el caso de los agresivos, las pérdidas, que llegaron a ser de hasta el 24% en el peor momento del Covid-crash, se contuvieron hasta el 2%).
¿Los bonos serán refugio?
Hasta los inversores más conservadores tienen sus carteras en positivo este año, gracias a que en las últimas sesiones el precio de los bonos ha dejado de caer -el lunes, sin ir más lejos, hubo compras-. "Ahora que la rentabilidad de los bonos de largo plazo es más alta, deberían funcionar como refugio y revalorizarse, si hay correcciones bursátiles", señalan en Unicorp.
De esta forma, los perfiles más reacios a asumir riesgo consiguen una rentabilidad del 1,45%, según datos de Morningstar, frente al 0,42% que obtenían a principios de marzo. De cara al segundo trimestre, "habrá volatilidad en renta fija debido a que las expectativas de inflación seguirán siendo la principal preocupación este trimestre", añaden en Unicorp, "pero creemos que cualquier repunte en la TIR de los bonos es oportunidad para invertir, ya que seguiremos en un entorno de tipos bajo cero, y los bancos centrales lo mantendrán estable para facilitar la labor de los gobiernos, que han disparado sus déficits para financiar la recuperación".